Revista Ciencia

De mapas, partituras e interruptores: Una revolución musical comienza

Publicado el 20 abril 2015 por Drgen @DrGEN

“Si antes teníamos las notas musicales, ahora tenemos la orquesta completa”

Música y genéticaEn cualquier momento del día escuchas un tema, dos temas, un CD completo, el mp3 de rutina o te cebaste y fuiste al recital de tu banda favorita (pagando un fangote de papelitos). Pero de todas las experiencias cotidianas que tenemos, hay una expresión que representa todas esas vivencias del día a día: la música, esa bella palabra que representa una de las actividades artísticas y científicas (la música es matemática, se expresa por la física y es percibida por la química y la biología) más importantes del ser humano. La música estuvo, está y estará presente en los momentos más importantes de tu vida, en las fiestas, en los cumpleaños, en la primera salida con tu pareja, con amigos y enemigos….o simplemente en tus orejas, en el día a día. La música representa extrema coordinación y así como leer, y más complicado aún tocar, una serie de notas en una partitura puede llevarte tiempo y dedicación……tu universo celular interno hace lo mismo.

Pero…. ¿células? ¿No íbamos a hablar de música? Toma asiento y quedate un rato a leer, yo invito un trago. Te voy a introducir en un tema tan apasionante como tu disco de música favorito.

Desde que sos un bepi, un universo musical comienza a desarrollarse dentro tuyo, un microcosmos que comienza a escribir las partituras de tu vida; partituras que por empezar ya venían de fábrica: la panza de tu mamá. Si bien el pentagrama musical ya estaba escrito, se comienza a darle creatividad, personalidad y qué mejor que ser un bebé el cuál absorbe todo con honestidad y diversión, pero sobre todo con curiosidad.

ADN y músicaPodríamos hacer cientos de analogías de este momento, pero solo voy a hacer una: cuando salís de la amorosa fábrica de tu madre, las trompetas, clarinetes y todos los instrumentos de viento comienzan a sonar. El aire invade tus pulmones y comienza la rola de la vida, el Rock and Roll que más disfrutamos. Pero sobre todas estas cosas, las células que te conforman son millones de mini escenarios, con gustos distintos, públicos diferentes y motivaciones tan simples o tan complejas que hasta el género musical más extraño no le ganaría. Así como una célula de alguno de tus músculos ensayan buenos temas pesados para permitirte mover y realizar tareas físicas (como escapar de un león, o hacer un post en twitter) las células neuronales le dan todo el día a David Guetta… consumiendo entre el 40 y el  60% de tu energía (mucho punchi!). No es trivial que te recomienden desayunar muy bien, ya que a estas células les gusta ensayar por la mañana.

El gen egoísta musicalPero la pregunta a todo esto es: ¿Cómo hacen todos estos músicos, de diferentes géneros para relacionarse entre sí, hacer que funciones y no caer en un pogo mortal? ¿Cómo se las arreglan para que electrónica y heavy metal, suenen como una sinfonía? Quizás tengas algunas de las respuestas gracias a tus profes de la secundaria. Quizás te suenen palabras como ADN, cromosoma, gen, o simplemente herencia. Pero no…antes de que te asustes, vamos a aclarar un poco más ese panorama que tu profe de biología quizás te haya hecho sufrir (o me vas a decir que no sabías que es el ácido desoxirribonucleico y sus histonas). La orquesta de tu cuerpo no funciona solo gracias a tu información escrita en las notas musicales (o en las notas biológicas A, C, T, G). No son solo instrucciones para hacer un pollo. No todo se trata de Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si. Una orquesta es mucho más, años de dedicación y profesionalidad. Todo ese talento, las células lo traducen en complejos mecanismos que funcionan coordinadamente a través de sus instrumentos: las proteínas.

Pero no nos quedemos ahí. Proteínas, interruptores, reguladores, aumentadores, represores, activadores, inhibidores, competidores… genéticos. (Agregale todas las palabras que quieras a la lista). La música de nuestro organismo, el de todos los que habitan sobre el planeta y de la naturaleza misma es un complejo sistema de creatividad y bioquímica.

EpigenéticaProbablemente te suene conocido que hace unos cuantos años (en el año 2003) se completó el primer mapa del genoma humano. Es decir, científicos de decenas de países, tanto del ámbito público como el privado, lograron establecer todas las notas musicales presentes en las partituras de una célula humana. Toda esa biblioteca de información ahora era conocida. Pero las expectativas fueron muy grandes. Conocer el lenguaje de la vida, no nos había otorgado el poder para entenderlo y en última instancia modificarlo en su totalidad.

Si bien con este conocimiento comenzó la era moderna de la genética que tanto aprovechamos y muchas técnicas, productos, cultivos, medicinas, etc., fueron desarrollados, la mayoría de dichas alteraciones no pasaban de cambiar algunos graves y agudos en una estrofa o de trasladar algún estribillo taquillero de las células humanas a algún público extranjero en una bacteria. Estilos musicales tan desordenados como el cáncer, aún plantean a nuestros profesionales de bata, desafíos emocionantes pero que muchas veces dan lugar a más puertas y puertas misteriosas.

Ahora, estos misterios podrían comenzar a despejarse. El 18 de Febrero del 2015, se publicó por primera vez un mapa del Epigenoma humano. ¿Epi qué? Para que no te vuelvas loco, “epi” quiere decir “sobre” por lo que estaríamos hablando de un “genoma por encima del genoma”. Lo sé, me odias.
¿Te acordás cuando te dije que por encima del ADN (de las notas ACTG) había mucha creatividad? Bueno, me estaba refiriendo a que vos funcionás y sos una orquesta viviente gracias a que miles de procesos e interacciones se producen para que las partituras de las canciones suenen como “Humano”. Todos los genes que se expresan (o se “prenden”) no solo lo hacen porque sí, sino que la mayoría depende de cierto tipo de secuencias genéticas (de A, C, T y G) que funcionan como interruptores (de tipo ON/OFF). No solo secuencias, también se suman a la fiesta, miles de proteínas que pueden compactar o alivianar el empaquetamiento de nuestro conocido ADN, de forma similar a como tocamos un acordeón. Cuanto más compactado menos genes se expresan y viceversa.

Además, como vos usas esos papelitos de colores como etiquetas, las células también les gusta marcar cierto tipo de genes, como señalizando que “esta frase la cantas más fuerte o este estribillo lo sacas y le mandas un solo de guitarra”. Así como también los silencios son importantes en la música, las células silencian cierto tipo de genes en determinados momentos de tu vida.

Todos estos complejos mecanismos de regulación afectan indirectamente la expresión de nuestros genes, son heredados por nuestros padres y como si fuera poco son influenciados por el ambiente en el cual nos desarrollamos. Todo esto, sin siquiera modificar el orden de una canción. El epigenoma, sería más bien un director de orquesta, pero no cualquiera, sino uno compuesto por miles de integrantes que se comunican entre sí, se señalizan, se compactan, incluso compiten entre sí, para que todas las bandas celulares funcionen con armonía.

Epigenetica - Revista TimeEl nuevo mapa epigenético publicado en la prestigiosa revista Nature, está conformado por la asombrosa suma de 127 (ciento veinte y siete) tipos de células humanas analizadas, incluyendo además muestras de tejidos tanto adultos (de gente arrugada) como de tejidos y células madre embrionarias (de antes de que seas un bepi completo). Como si no fuera suficiente se obtuvieron muestras de sangre con sus consiguientes tipos de células del sistema inmune (linfocitos, etc) y además muestras de distintas partes del cerebro.

Tener un mapa de esta gran orquesta, no solo nos permite relacionarlo y adjuntarlo junto al mapa del genoma humano, el mapa de las partituras. Ahora tenemos realmente un GPS que se encarga de darle play a todo el conjunto de intérpretes bioquímicos que realizan funciones en nuestro cuerpo. No obstante, ahora podemos utilizar ese conocimiento para entender enfermedades en su conjunto, desarrollar fármacos específicos de cada persona, mejorar los cultivos que nos alimentan y entender aún más la misteriosa biología del mundo vegetal, etc. Las posibilidades son infinitas y solo la imaginación puede definir los límites que los recitales científicos van a traernos a lo largo de los años.

Ahora ya lo sabes, si te gustaba la música, podes quedarte tranquilo si tu repertorio no es muy grande. Dentro tuyo tenés más música que todas las generaciones del pasado y todas las del futuro. Te invito a que sigas explorando este universo genomusical de la vida. Anda sacando entrada…
Saludos cordiales.

Autor: Federico Germán Espinosa. Estudiante de Biotecnología.

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