Revista Salud y Bienestar

Yin y Yang : La Cara

Por Dlemus

Las influencias tienden a actuar en la parte superior del cuerpo, desde el plexo solar hacia arriba, mientras que las influencias tienden a actuar en la parte inferior del cuerpo, desde el plexo solar hacia abajo. Como todo cardiólogo sabe, la sal (alimento muy yang) tiende a afectar los ríñones, mientras que el alcohol (substancia muy yin) tiene un efecto directo e inmediato en el cerebro y el sistema nervioso.

Yin y Yang : La Cara

Una de las leyes de la diagnosis oriental, es que lo macro se puede ver en lo micro. El yin y el yang hacen esto posible. La cara, por ejemplo, tiene una parte yin y una parte yang. Si se traza una línea por el medio de la cara, desde la base de una oreja a la base de la otra, la zona que queda encima de la línea es la parte y la zona de abajo es la parte La de la cara (pómulos, nariz, ojos, frente y cuero cabelludo) representa la del cuerpo (pulmones, corazón, hígado y sistema nervioso). La parte que incluye la boca representa la zona máso inferior del cuerpo, es decir los intestinos y los órganos sexuales.

Lo mismo ocurre en el resto del cuerpo.

El cuerpo es una totalidad, un sistema integrado. Este sistema está continuamente influido por , una vez dominado por uno, después por el otro. Si entendemos nuestros desequilibrios peculiares podemos entendernos más profundamente a nosotros mismos y aprender a tomar las medidas necesarias para recuperar el equilibrio y armonía de nuestra vida. De esa manera, podemos ayudar a otras personas a curarse, o bien orientarlas hacia una vida más feliz. La verdadera percepción íntima de la naturaleza de otras personas y de nosotros mismos depende de nuestra capacidad para comprender el yin y el yang y la manera como se manifiestan en cada una de las personas que tratamos .

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Hoy te hablamos de la cara

La es la parte más reveladora del cuerpo humano cuando se trata de leer los sentimientos de otra persona o percibir su carácter. Incluso aquellos que no saben nada de diagnosis oriental analizan las caras de los demás cuando tratan de discernir lo que opinan sobre ciertos temas importantes.

La es la parte más sensible del cuerpo y la que más reacciona. Ninguna otra parte externa del cuerpo revela con tanta claridad los cambios sutiles interiores. ¿A qué se debe esto? Un motivo es que la c es una compleja red de músculos. Sólo en la cara y cabeza hay diez sistemas de músculos con un total de casi cuarenta músculos individuales. Estos músculos dan a la una gran flexibilidad y expresividad. Además de sus sistemas de músculos, la c tiene una increíble combinación de rasgos (ojos, nariz, boca, cejas y mandíbulas), cada uno capaz de un amplio abanico de movimientos y matices. Como sabe todo jugador que se precie de tal, estos rasgos por sí solos proporcionan una enorme cantidad de información sobre lo que siente la persona.

Yin y Yang : La Cara

Con una simple mirada, la puede decir una infinidad de cosas, sin pronunciar una sola palabra. La cabeza (incluida la cara y las orejas) es el centro sensorial del cuerpo. Los ojos, la nariz, la boca y las orejas son cuatro de los cinco sentidos táctiles. Estos órganos son también la puerta de acceso a otros sistemas mayores. La boca es la entrada del tubo digestivo; la nariz, de la respiración; los ojos, del nervio óptico, cerebro y sistema nervioso; las orejas, del oído. Evidentemente, existe una clara relación entre cada entrada y el sistema mismo: cuando el sistema respiratorio y los senos nasales están llenos de mucosidad, la nariz tiende a moquear.

Cuando hay algún problema de digestión, solemos tener mal sabor de boca. El nerviosismo y la tensión suelen revelarse en los ojos. Estos son sólo unos pocos de los signos evidentes que las personas utilizan para detectar el estado interior de otra persona. Pero aparte de estos trozos de información normal, está la verdad más grande de la cara, la de que, a no ser que uno sea un mentiroso patológico, es difícil impedir que la cara revele los sentimientos .

La felicidad se nota; también la infelicidad. Asimismo se notan el aburrimiento, la vergüenza, la concentración, la inquietud, la perplejidad, la enfermedad y la salud. La cara es sincera. Revela la verdad de nuestro interior. Y ocurre así incluso en las ocasiones en que nos gustaría que fuera de otra manera. A eso se debe que las personas estudien naturalmente la cara de otra persona para detectar su carácter, pensamientos y naturaleza interior. En Oriente hay un dicho de la sabiduría popular que dice que a los cuarenta años uno ya es responsable de su Esto significa que mientras uno es niño, adolescente e incluso adulto joven, la es todavía el resultado de la herencia familiar y el entorno, pero a los cuarenta años ya ha vivido su propia vida lo suficiente como para haberse creado a sí mismo; se es un adulto, totalmente responsable de su situación y de su cara.

A medida que nos hacemos mayores va surgiendo poco a poco nuestro carácter; nuestros verdaderos principios quedan grabados en nuestra . Estos principios no son necesariamente los que reconocemos tener. Poco a poco, las situaciones sociales, políticas y económicas de nuestra vida se van esculpiendo en nuestro rostro.

En las caras de las personas podemos percibir todo tipo de características: inteligencia y torpeza, carisma y odio a sí mismo, honradez y deshonestidad. Percibimos estas cosas aun cuando no sabemos nada de la persona a la que estamos mirando. A los cuarenta años el carácter ya se nota en la . Pero esto no quiere decir que la ya esté terminada; aún queda mucha vida por delante, para uno y su . Pero ya es plenamente responsable de lo que es y de lo que será. Las características únicas de cada son asombrosas. No hay manera de expresar esa realidad de manera adecuada. La creatividad del Universo es pasmosa.

Yin y Yang : La Cara

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Cuando voy por la calle en Tokio, me sorprende la unicidad y complejidad de las caras japonesas. Y, sin embargo, esas características faciales tienen muchas similitudes. Al fin y al cabo prácticamente todos los japoneses tenemos pelo negro (con la excepción de los que ya lo tienen canoso), piel amarilla y ojos oscuros. Los hombres somos de altura, peso y constitución similar. Entre las mujeres también existen muchas similitudes. Y, sin embargo, no hay dos caras iguales. Cada una tiene su carácter único. Cuando uno va por una calle en Nueva York, se ve frente a un arco iris de colores de piel, nacionalidades, estaturas, pesos y formas. La mente alucina. ¡Qué infinita maravilla! Esa pasmosa variedad ha sido creada con los mismos elementos básicos: dos ojos, una nariz, una boca, y una bola irregular como cabeza.

Usted tal vez se pregunte: Dada esta enorme diversidad, ¿cómo es posible decir algo sobre el rostro humano excepto que cada uno es único? He aquí otra notable paradoja: en la diversidad encontramos notable coherencia.

El cuerpo humano está formado por una ley universal. Sabemos que el ADN asegura la integridad de la forma humana básica. Pero, ¿qué es lo que asegura la integridad de la forma básica del ADN? La respuesta es: la ley invisible que da forma al Universo. Esa ley en sí misma es un producto del Gran Espíritu, que es infinitamente creativo y al mismo tiempo extraordinariamente coherente.
Yang Cara

Constituye el fundamento real de la vida. La vida biológica no es otra cosa que un síntoma de la ley que subyace en el Universo. Si estudiamos los síntomas, o las manifestaciones externas de la vida, lo que nos revela es la naturaleza no vista de las cosas bajo la superficie.

En Oriente, a esta ley subyacente o espíritu suele llamarse Tao. En Occidente, por supuesto, se le da el nombre de Dios. Ni Tao ni Dios se pueden describir; superan la comprensión humana. Lo que podemos describir es la ley por la cual se rige. En Oriente llamamos a esta ley yin Y yang.

El yin y el yang son opuestos diametrales. Son fuerzas complementarias pero contrarias que se combinan para formar todos los fenómenos. Lo primero que se debe comprender es que la mayoría de nosotros somos combinaciones de . En el lado del espectro tenemos grados de pasividad, receptividad y desarrollo intelectual, mientras al mismo tiempo tenemos características yang, como la agresividad, la automotivación y el enfoque. Sin embargo, por lo general nuestras constituciones están desequilibradas a favor de uno u otro.

Al desarrollar la comprensión y conocimiento propios hemos de llegar a saber cuáles de nuestras características son y cuáles son y actuar en consecuencia. Lo ideal es esforzarse para conseguir el equilibrio entre los dos y crear la mayor armonía y paz interior.

Haz click en la imagen, un método donde equilibrar tus sentidos

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