Revista Cine

1 de septiembre

Por Teresac
Cuesta decir adiós a agosto. En mi caso, como muchos en España, es el mes de vacaciones, el de olvidar rutinas, relojes y agobios. Un mes entero de libertad, de sol, de lecturas pausadas, de largas conversaciones, de paseos al ponerse el sol y desayunos de hora y media. Sí, cuesta mucho decir adiós a agosto y darle la bienvenida a septiembre. Mes odiado por excelencia. Nunca entenderé a la gente que la gusta el otoño. Es cierto que el paisaje es hermoso, cuando los árboles se llenan de mil tonalidades de ocre, y los caminos se alfombran de hojas olorosas y mullidas, cuando empiezan a caer las castañas y el hinojo endulza el aire. Pero ¿se puede disfrutar de todo ello con un horario laboral de lunes a viernes, de siete horas diarias? Pues no. Si hay suerte y los fines de semana son buenos, es cuando lo disfrutas. Pero entre tanto se te han ido cinco días en los que la luz disminuye, la temperatura baja, y el verano comienza a convertirse en un recuerdo añorado que atesorarás hasta el próximo agosto.Que no me gusta septiembre, ya está, creo que ha quedado claro, pasemos a lo que yo había venido a decir hoy, que esG R A C I A SGracias a todos los que os habéis acercado durante el mes de agosto a leer mi novela por entregas. Habéis dejado pocos comentarios, pero para eso están las estadísticas, para seguiros la pista y descubrir que efectivamente "Mar de agosto" ha sido seguida por un número importante de lectores.A los que me habéis dicho que no soportáis la intriga y os la leeríais solo cuando estuviese terminada, pues bien, este es el momento. Como os dije en la presentación, "Mar de agosto" es una novela muy corta, así que podéis hacerlo de una sentada, y espero que luego os paséis a dejar vuestros comentarios.Comentar que las preciosas fotos de paisajes que han ido ilustrando la lectura, son todas de mi pueblo natal, Mugardos, provincia de La Coruña, al que he rebautizado como Castromar, pero conservando su esencia en cuanto a sus calles, su puerto, su playa, y sus habitantes. ¿Por qué le he cambiado el nombre? Bueno, en parte por imitar a dos grandes como Emilia Pardo Bazán que denominó Marineda a La Coruña, o Leopoldo Alas Clarín, que llamó Vetusta a la ciudad de Oviedo. Eso en parte, la otra parte, muy importante, es para dejar constancia de que todo lo que cuento es ficción. Si he tenido lectores de Mugardos, que alguno habrá, me imagino que inevitablemente querrá identificar a mis personajes entre mis amistades del pueblo, e incluso creerá que algunos de los sucesos de la novela pudieron ser efectivamente reales. No lo fueron, por supuesto, en especial los más macabros, pero sí debo reconocer que he robado alguna sonrisa aquí o allá, o que la cicatriz de la rodilla de Ana es la mía, o que en cierta ocasión, en las fiestas del pueblo, bebimos vino dulce (mistela) hasta sentirnos muy, muy contentas. Son pequeños, pequeñísimos detalles reales dentro de la acción de la novela, que la distingue de todo lo demás que he escrito, porque nunca antes lo había hecho ni creo que lo vuelva a hacer. Por eso, decía, le tengo un cariño especial a "Mar de agosto", y también por eso, y por el tema terrible que trata del acoso a menores, es una historia que me costó mucho escribir y que no he podido nunca retomar.Espero que, tal cual es, con virtudes y defectos, la hayáis disfrutado.Y ahora, entre los propósitos típicos y tópicos del mes de septiembre, me apunto el retomar la actividad normal del blog, y volver a mis reseñas de cine, mis citas, mi información sobre las novelas en las que estoy trabajando, y, si hay tiempo e inspiración, algún nuevo relato corto.Mientras, ya sabéis que también me podéis seguir en el maravilloso blog que comparto con mis 7 pecadoras favoritas: PECADOS CAPITALES.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog