Revista Sexo

10 cuestiones de sexo que no sabía a los 20 años

Por Tenemostetas
Por Ileana Medina Hernández
Tengo 41 años y estoy en el mejor momento de mi vida. Intelectual, corporal y emocionalmente. Mis amigas cuarentañeras están igual. Hermosas, fuertes, creativas, serenas, seguras de nosotras mismas. Reajustando cosas de nuestras vidas y quedándonos solo con lo que tiene que estar. Liberando cargas que no nos pertenecen.
Ahora me doy cuenta de que a los 18 o 20 años, cuando nuestros cuerpos están más plenos de belleza y de energía, solemos tener pocas ideas claras, mucha inseguridad y mucha mierda en la cabeza. En algo tienen que compensar los años y la experiencia.
Anoche de madrugada y después de un gran polvo con mi cazador de mamuts-semental-proveedor-sostén-cocriador-amante-amigo, me venían a la cabeza estas ideas. Aunque no suelo tratar este tema en el blog, sentí que tenía que escribirlas. (Algunas las sé desde los veintipico, eh, no todas tuvieron que esperar a los 40 :-)
Quizás las generaciones actuales ya van mucho más adelantadas. O quizás a las chicas y a los chicos de 15 años aún le puedan enseñar algo. Quizás lo lean mis hijos cuando aún están a tiempo :-) Quizás a alguna treintañera también le venga bien. Está escrito desde mi punto de vista de mujer heterosexual, pero creo que es adaptable para chicas y chicos de cualquier opción sexual. Aquí lo dejo.

10 cuestiones básicas de sexo que al principio te cuestan

1. Hacer una buena felación: Ya puedes buscar por internet todas las técnicas que existen para una buena mamada. Fijarte en las pelis porno o estudiarlo en un tuppersex. Eso ayuda pero no es suficiente. El truco para dar una buena mamada es sencillo: disfrutarlo tú también. Nadie puede ofrecer placer si a la vez no lo siente. Cuando la persona es la adecuada, hay suficiente confianza, y te entra por la nariz (en cuestiones de sexo el olfato es muy importante), el placer llega y la técnica surge sola. Mientras no te apetezca, no lo hagas. No hagas nunca nada que no quieras hacer y que no te produzca goce a ti también.
2. Ponerte encima y gozar tú: La mujer encima, erguida y dominando el ritmo, es una diosa en todo su esplendor. No se necesita un cuerpo perfecto. O sí, tu cuerpo siempre es perfecto tal como está. Se necesita no tener complejos, estar segura de ti misma, sacar todo juicio afuera, fluir. Se necesita concentración en tu cuerpo y en tus sensaciones, soltura de cintura y elegir las posturas, movimientos y gestos que te hagan sentir de verdad. Aunque el sexo sea ofrecimiento mutuo, cada uno al final es responsable de su propio placer. En la medida en que goces tú, más gozará también él porque...

10 cuestiones de sexo que no sabía a los 20 años

La estructura interna del clítoris tiene enervaciones
que van mucho más allá de un simple botón
(Para saber más aquí)


3. Lo que más les pone no es tu cuerpo serrano: No seré yo quien niegue el poder de la belleza física. La belleza existe y tiene mucho poder. Pero no son las medidas de tus pechos ni de tu cintura lo que más les pone. Lo que más les pone en realidad, en realidad... es...pssss...¡verte gozar! Cuando tú gozas él otro siente que está haciendo también su parte y que está siendo disfrutado. Sentir que gozas y a la vez sentirse deseado es lo que más calienta al otro.  A menudo nos preparamos para el sexo como si fuera un teatro, pensando en lo que el otro verá u opinará y no en lo que tenemos para ofrecer, a su cuerpo, a su alma, a su libido y a su autoestima. Y de paso a la nuestra. Ese es el juego.
4. Obtener orgasmos vaginales: Freud, un tipo visionario que también dijo muchas chorradas, que vio la verdad (la importancia del sexo y de la infancia) pero no fue capaz de quitarse las gafas patriarcales, dijo algo así como que los orgasmos clitoridianos eran propios de mujeres inmaduras, y los orgasmos vaginales eran los "verdaderos". Las mujeres de mi generación sabíamos desde el principio que sin contar con el clítoris no hay ná. Mi amiga la bióloga Irene me contó que no fue hasta 1998 que la ciencia descubrió la verdadera estructura del clítoris y sus enervaciones que se extienden por una buena área de la vulva. Es muy probable que el famoso e inefable "punto G" no sea más que aquellos puntos de la vagina que permiten el acceso a las ramificaciones nerviosas del clítoris. Lo cierto es que con el "mete y saca" que normalmente se ve en los coitos de las películas, difícilmente ninguna mujer llegará al orgasmo.
Después de mi segundo y poderoso parto, yo he sentido sin embargo más placer que nunca recibiendo el falo dentro de mí. En esta etapa lo siento como lo más poderoso, pleno, completo. Y tengo orgasmos hasta en la simple posición del misionero, que ya es mucho pedir. No sé si por las enervaciones clitoridianas, por mi madurez, porque mi sexo tras la maternidad está mucho más abierto y sensitivo... lo cierto es que es posible obtener orgasmos no solo desde la vagina, sino también desde los pechos o cualquier otra parte del cuerpo, sin necesidad de estimulación clitoridiana directa. Son vueltas de tuerca.
5. Decir y hacer lo que de verdad te apetece: Sin sinceridad, no hay sexo verdadero. Lo otro es puro teatro. Ayuda a tu pareja a descubrir lo que más te place. Explora, susurra, expresa, guía, grita, habla. Antes, durante y después. La "liberación sexual" que estamos intentando desde los años 60 está muy lejos de ser completa. Follamos más y quizás mejor, pero estamos aún lejos. Todavía las mujeres seguimos fingiendo los orgasmos. Seguimos siguiendo patrones absurdos, modas y estéticas de las películas que están muy lejos de la realidad, sobre todo de la realidad de los cuerpos femeninos. Seguimos aferradas a hacer lo que sea "para que nos quieran". Seguimos apresadas en los cánones que nos vende la publicidad y los medios de comunicación, que dañan nuestra autoestima. Sin una autoestima mínimamente compuesta, el sexo no funciona. Seguimos pensando que es una cuestión externa, una performance. La belleza, el buen sexo y la felicidad nacen de adentro o no son. Seamos sinceras y busquemos parejas que también lo sean y permitan serlo. Exploremos juntos. Compartamos ideas, miedos y fantasías. Seamos quienes de verdad somos.
6. Tu lado bisexual también existe: Creo firmemente que todas las personas tenemos una (mayor o menor) dosis bisexual. O dicho con otras palabras, que todos los seres humanos tenemos la capacidad de relacionarnos sexualmente con otros seres humanos, sean hembras o machos. Es más, intuyo que los seres humanos salvajes, fuera de la cultura represiva patriarcal, seríamos algo así como los bonobos. Es posible que ese lado no se manifieste en ti en toda tu vida, no vamos a buscar razones, cualquiera que sea vamos a darla por buena. Quizás estés en el extremo derecho de la campana de Gauss :-). Pero si se manifesta, no le temas. Ábrete a la posibilidad y evita las etiquetas. Los gustos sexuales y la identidad sexual no tienen por qué ser fijos para toda la vida. Es posible que hoy te líes con otra tía y mañana vuelvas a los tíos. Es posible que solo consista en explorar, probar y disfrutar. En fantasías mutuas para compartir. En momentos de sexo colectivo. Es posible que establezcas una relación duradera o para toda la vida. Todo es posible. No te reprimas. No lo niegues. No lo mandes al inconsciente ni te censures a ti ni a los demás. Siente tu cuerpo y sé conciencia.
7. La menstruación no es asquerosa: Los anuncios de compresas nos siguen diciendo que la menstruación es un incordio y que nuestros flujos huelen mal. La mayoría de las mujeres sufrimos algún trastorno durante el ciclo menstrual: sindrome premenstrual, anovulación, dismenorrea, etc... Las mujeres vivimos la menstruación como un jodido obstáculo, porque la sociedad, sus ritmos, sus procesos, ha sido construida por los hombres. El proceso de reconciliarnos con nuestros ciclos y con nuestra condición femenina es largo y quizás lleve toda la vida y a nivel colectivo, necesite un par de siglos más. En medio de ese panorama desolador, es normal que también nos cueste integrar con naturalidad la sangre en el acto sexual. Empecemos a atrevernos a mirar, tocar y oler nuestra sangre y la de nuestras parejas con más valor. Quizás descubramos que son parte nuestra, que no huele mal y que nuestro cuerpo no es impuro. No haríamos mal en comenzar.
8. La masturbación es una aliada: La masturbación en la infancia y adolescencia es un instrumento fundamental para conocernos y familiarizarnos con nuestro cuerpo, nuestra sexualidad, nuestras reacciones. Cuando crecemos y tenemos pareja también sigue siendo una buena aliada. No significa que no deseemos a nuestra pareja ni que nuestra pareja no nos desee a nosotros. Significa que nuestro cuerpo sigue siendo nuestro para hacer con él lo que nos apetezca. Para dar alas a la imaginación. Para engrasarnos y entrenarnos y volver al sexo con el otro de un modo más rico. Mi amiga la terapeuta Mónica dice "no es lo que se hace, sino desde el lugar en que se hace" y es una frase que me encanta. Un mismo acto puede hacerse desde un lugar de amor y luz o desde un lugar de ahogo y huida. Aprender a saber de qué lado estamos en cada momento es lo que se llama conciencia. Y entonces ya (casi) siempre elegimos estar en el lado bueno ;-)
9. La intimidad sexual es intimidad emocional: No importa que os acabéis de conocer o que no os vayáis a ver nunca más. No importa que sea sexo ocasional, o de aquí te pillo aquí te mato. Compartir el cuerpo es siempre compartir un poquito del alma. No estoy hablando de promesas, de compromiso ni de fidelidad. Hablo de conexión. Un buen polvo, aunque sea único o efímero, siempre necesita conexión emocional. Si solo tocas un cuerpo, y no tocas un alma, lo que estás tocando es la coraza, la máscara, el disfraz. Es pornografía o deporte, pero no buen sexo. No es verdad. Nos deja vacíos. El cuerpo es el lugar de las emociones. La rigidez corporal es rigidez emocional y viceversa. Incluso a veces la destreza acrobática también está desconectada, ensimismada, frecuentemente lo está. Busca el lugar interior desde el que puedas ofrecer un cachito sincero de tu alma. Escucha, conversa, masajea, alimenta, sonríe. Ofrece ternura y cuidado.Agasaja. El sexo es un homenaje recíproco. Ponle amor y alma a cualquier acto que realices, también al sexual. El mundo te lo agradecerá.

10. Huir de quien no te respete: Los chulitos se conocen a distancia. Los prepotentes. Los machistas. Los narcisistas. Los egoístas. Los gallitos de pelea. Los que son tan frágiles que te necesitarán toda la vida como su madre. Los inútiles. Los cobardes. Los insensibles. Los que no son capaces de mirarte a los ojos. Los que no hacen labores domésticas. Los que te usan. Los que te exhiben como un trofeo. Los demasiado promiscuos. Los inmaduros. Los que menosprecian tu inteligencia. Los celosos. Los posesivos. Los que te piden que seas como no eres o que hagas lo que no quieres hacer. Los que te humillan. Los falsos. Los mentirosos. Que no liguen, y menos todavía que se reproduzcan. No te enamores de nadie esperando que luego cambie. Huye. Corre. No te detengas. No mires para atrás.

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