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10 peliculas clásicas que debes ver antes de morir

Publicado el 10 julio 2017 por Bloguero Libre @chunhingo
¿Se puede decir que el cine clásico es mejor que el cine moderno?
Probablemente, por no asegurarlo rotundamente, sí. Claro que en cada añada han salido grandes cosechas y en distintas partes del mundo (el cine de terror de los 70, el argentino actual, el coreano, Tarantino, Eastwood…, siempre habrá excepciones que confirmen la regla) pero, si hablamos en términos generales, el cine sobre todo de las décadas de los 40, 50 y 60 tiene algo de irrepetible. Primero el contexto histórico. El mundo salía de su guerra más despiadada y necesitaba evasión, una "gran evasión". Había un esfuerzo real por sumergir al espectador en historias que hiciesen olvidar tanta desolación.
Pero si algo tiene de especial el cine clásico es que es arte en carne viva, reducido a su esencia más pura. Es decir, antes o tenías una buena historia y unos buenos actores o no tenías nada. No había bombas ni lásers con los que disimular tus carencias. Se contrataban escritores para elaborar los guiones, se partía de novelas trabajadas y contrastadas. La importancia del argumento, el respeto por los tiempos para desarrollar la trama, tener algo que contar, en definitiva. Justamente lo que "no se ve" hoy en día (en cine, porque las series se están esforzando por buscar desarrollos más dignos).
Ahora las nuevas y no tan nuevas generaciones consideran ir al cine o ver una película como un simple "entretenimiento" más, cuando antes constituía toda una "experiencia" diferencial. Ahora se consume rápido, de cualquier forma y en cualquier lugar, y se da por amortizado si ha conseguido distraerte con sus efectos durante unas dos horas. Acabas y a otra cosa, a esperar que "saquen la 2". La desconexión con el espectador es absoluta y todo se asemeja a un pase de diapositivas. Son bonitas, puede que hasta impresionantes, pero no tienen nada que ver con tu vida.
El cine clásico primero agarra por dentro al espectador, ¿por qué? porque cuenta cosas "posibles", situaciones que uno identifica y conecta con sus propias experiencias, por remotas que sean… "Podrías haber sido tú"…, a lo mejor nunca vas a ser un detective con gabardina, pero reconoces el suburbio, el sufrimiento, su humanidad. Los actores y sobre todo los directores de cine, no eran estudiantes que pasaran toda una vida encerrados viendo "películas" y estudiando montaje audiovisual. Por el contrario habían sido boxeadores, soldados, pintores, mujeriegos, marineros, grandes bebedores, grandes vividores en definitiva. Sabían de la realidad y sabían transmitirla en pantalla. Podían contarte estrambóticas llegadas extraterrestres con una veracidad y sentimiento del que ya no queda.
Bien, pues una vez enganchado el espectador, la película ya puede despegar como un águila con su presa entre las garras. Ya te puede hacer vivir cosas que estén completamente fuera de tu alcance, hacerte soñar, dudar, imaginar, intrigarte (¿qué habría hecho uno en su lugar?). Cuando aterrizas no sabes ni qué hora es ni qué es un móvil.
Aquí tienes diez "experiencias" que uno no debe perderse.
1. "Doce hombres sin piedad", de Sidney Lumet (1957)
10 PELICULAS CLÁSICAS QUE DEBES VER ANTES DE MORIR
Una trama ágil y directa al riego sanguíneo. Una ristra de personajes que son como las distintas caras del ser humano hecho poliedro (todas de una pieza). Lo que hablábamos: una simple mesa, una historia con mucha miga (de las que enciende debates) encima de ella y doce interpretaciones más que sobresalientes (cuando el actor entiende a la perfección su papel, este es el resultado). ¿Para qué más? Un vivo ejemplo de lo que se puede hacer cuando tienes un argumento y unos personajes psicológicamente definidos a la perfección.
2. "Vivir", de Akira Kurosawa (1952)
10 PELICULAS CLÁSICAS QUE DEBES VER ANTES DE MORIR
De "El maestro de la lluvia" (el director que mejor la ha rodado, llegando a "teñirla" con tinta negra) siempre se habla de sus típicos -y muchos más que- "7 samuráis" ("Yojimbo" -de ahí salió "Por un puñado de dólares"- o "Trono de sangre" son tan enormes…) pero se conoce menos su cine negro y su cine social.
De este último siempre nos quedará ese funcionario lánguido luchando por permanecer en el recuerdo y transcender más allá de su insulsa vida. Los ojos vidriosos de Takashi Shimura permanecen suspendidos en el tiempo y balanceándose en la retina como ese columpio nevado. Su historia te encoje y te expande sin piedad, como un acordeón.
3. "El cebo", de Ladislao Vajda (1958)

10 PELICULAS CLÁSICAS QUE DEBES VER ANTES DE MORIR
El cine español, sobre todo clásico, tiene joyas muy poco valoradas, y he aquí un ejemplo. Es coproducción con Alemania y el director era de origen húngaro.
"El cebo" es una obra maestra del cine policíaco y asesinos en serie, con niños incluidos. La persecución es de libro, desarrollada de forma memorable, y el encuentro final pone los pelos de punta. Te lo crees, lo sufres y lo disfrutas.
4. "Cuerpo y alma", de Robert Rossen (1947)
10 PELICULAS CLÁSICAS QUE DEBES VER ANTES DE MORIR
Podría ser calificada como la mejor película de boxeo de todos los tiempos. No tiene combates espectaculares (cuidado que para rodar los que tiene se hacía en patines, dándole un toque trepidante. Esos son los efectos especiales que llegan…), pero su reflejo psicológico del ambiente que rodea al púgil es memorable. Tentaciones, mujeres fatales, pasado marginal…
De ahí bebieron ‘Toro salvaje’ y el primer ‘Rocky’. Una montaña rusa de picos y caídas que contactan profundamente con el espectador. Todo un gancho directo a la mandíbula que, sin embargo, se encaja de maravilla.
5. "Ocho sentencias de muerte", Robert Hamer (1949)

10 PELICULAS CLÁSICAS QUE DEBES VER ANTES DE MORIR
Encuadrada en la mítica etapa dorada de los estudios ingleses Ealing (su aportación está a la altura de movimientos como el neorrealismo italiano o la Nouvelle Vague francesa), el humor negro y la pura flema británica llegan a su cota más alta con esta cinta. Un joven decide vengarse de la familia aristocrática que le ha marginado eliminando a sus ocho estrafalarios precedentes en la línea sucesoria. Esos "odiosos ocho" no son ni más ni menos que el mismo Alec Guinness en plan estelar. Todo un hito interpretativo.
6. "Cazador de forajidos", Anthony Mann (1957)
10 PELICULAS CLÁSICAS QUE DEBES VER ANTES DE MORIR
El western es un género tan extenso que no podía faltar en el listado. Todos habrán visto "El hombre que mató a Liberty Valance", "Centauros del desierto", "La diligencia" y demás joyas de John Ford, los "Ríos" variados de Hawks o el spaghetti western de Leone. Sin embargo, no pregunten por qué, una de las películas del oeste que más fascinó siempre fue esta pequeña joya escondida.
La historia es sencilla pero magnífica, Henry Fonda como cazarrecompensas está inmenso y con Perkins crea una dupla magistral en plan maestro-alumno; el ritmo es simple y llanamente perfecto y el final te deja ese regusto a clásico redondo e imprescindible.
7. "Con las horas contadas", de Rudolph Maté (1950)

10 PELICULAS CLÁSICAS QUE DEBES VER ANTES DE MORIR
“-Vengo a denunciar un asesinato. -¿Cuál? -El mío.”
Una película que empieza así no puede ser más que una obra maestra (se hicieron dos remakes, uno tan ofensivo en los ochenta que no mencionaremos siquiera). Flashback, crimen, comisarías de largos pasillos, mujeres fatales, antros de jazz… En definitiva, cine negro en estado puro con un ritmo trepidante y un guión contrarreloj. Por tener tiene hasta una traducción lamentable del título original, que hace hasta spoiler. "Ingresó cadáver", "muerto al llegar" o simplemente "Dead on arrival" hubiese quedado mejor. Se llame como se llame, el calificativo de peliculón no se lo quita ni el más osado de los traductores.
8. "Las hermanas Munekata", de Yasujiro Ozu (1950)
10 PELICULAS CLÁSICAS QUE DEBES VER ANTES DE MORIR
El segundo de los tres grandes maestros del cine clásico nipón (faltaría el gran Mizoguchi) posee una lectura más enraizada de su filmografía, menos occidentalizada que la de Kurosawa. Con esta delicia podremos deleitarnos de ese característico ritmo pausado mientras se cuentan cosas de la mayor intensidad emocional, marca de la casa. Dos hermanas de caracteres aparentemente antagónicos sirven de excusa para retratar los contrastes entre el japón tradicional y el japón moderno que comenzaba a abrirse paso tras la post guerra. Esa transición cultural traumática puede aplicarse perfectamente a occidente, y la repercusión e influencia de una férrea educación, a prácticamente cualquiera.
Olvidarse del ajetreo diario; ponerse a ver cómodamente, sin prisas y a oscuras, esta pequeña maravilla; acompañado por ejemplo de una buena cerveza casera; tumbado descalzo en la alfombra del salón mientras llueve fuera; comentarla después en buena compañía… Placeres que no se pagan con dinero.
9. "Alarma en el expreso", de Alfred Hitchcock (1938)
10 PELICULAS CLÁSICAS QUE DEBES VER ANTES DE MORIR
Ya conocemos a Hitchcock, ahora… les contaremos la verdad: que su etapa británica, injustamente menos reconocida, posee una pasión y un entusiasmo mucho más vivo que los grandes clásicos hollywoodienses que todos sabemos de memoria. Aquí hay espionaje, intriga, humor inglés, aventura y lo mejor, un romance insinuado de los más inolvidables jamás vistos en la gran pantalla.
La conversación de los dos protagonistas en el vagón, a medio camino entre la declaración romántica, la ironía descreída y el tanteo divertido del rival, se cuenta entre las secuencias de mayor complicidad de pareja del séptimo arte. Deslumbra entre una, ya de por sí luminosa, trama de espionaje, suspense y acción. Si no se está acostumbrado a ver escenas tan buenas, se recomienda ponerse gafas de eclipse, por precaución.
10. "¿Ángel o Diablo?", de Otto Preminger (1945)
10 PELICULAS CLÁSICAS QUE DEBES VER ANTES DE MORIR
"Femmes Fatales" ha habido muchas dentro del cine clásico. Sin embargo, Linda Darnell no sólo es una de mis preferidas sino que es la que me resulta más convincente. Semejante belleza desperdiciada en un bar rural de mala muerte… de verdad, no hay justicia. En torno a ella y como un enorme agujero negro que absorbe la luz y la mirada del espectador, giran y se desmadran todos los personajes, siempre dentro de su campo gravitacional.
Que el asesino finalmente esposado haga detenerse a los guardias para echar una moneda en la gramola y escuchar la canción que compartían mientras lo trasladan, es como para quitarse el sombrero. Toda una declaración de estilo.Fuente: mediatrends.es

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