Recuerdo perfectamente hace tiempo cuando leía mucho más sobre viajes de lo que viajaba (aunque creo que ahora me sigue pasando algo parecido), que siempre me llamaba la atención la fijación de la gente por muchos países del continente asiático. Sobre todo, por esa zona de países amables, calor apabullante, verde intenso y paraísos de aguas cristalinas, que se llama el Sudeste Asiático. En cuanto pude me estrené con Tailandia, el país de la sonrisa y una primera buena toma de contacto con la zona, y después repetí con Indonesia, un país riquísimo cultural y naturalmente donde los ingredientes que también habían funcionado la primera vez, volvieron a repetirse. Filipinas es mi próximo objetivo e iré en cuanto tenga al menos 20 días libres.
De momento, me consuelo pensando en los recuerdos de aquellos viajes y recopilando 15 señales de que me encanta viajar a Asia. ¿Las reconoces en ti también?
Te flipa el mundo submarino
Te gustan esos pequeños rituales del día a día como saludar haciendo una reverencia o descalzarte para entrar a un lugar
Adoras la comida asiática
Te has quedado prendado con su naturaleza: el Monte Everest, paisajes como el Volcán del Bromo o la zona montañosa de Tailandia
Eres de los que lo gozan en los destinos baratos
La comida callejera te va. ¡Te va, te va!
Aún crees que en el mundo abundan las buenas personas… y Asia te ayuda fácilmente a comprobarlo
La forma de ser de su gente de enamora. ¡Y te tiras buenos ratos pensando por qué serán tan majos!
No le haces ascos a las playas de aguas cristalinas y arenas blancas
Crees que ver un atardecer en un lugar de playa tomándote una cerveza del país es un planazo como pocos
Te gusta la naturaleza abrupta
Si hay una ruta que te dicen que puedes hacer, te adentras en la jungla… sin miedo alguno
Soportas bien el calor…
No te gusta un arrozal, ¡ni na!
Eres muy de decir que te gusta el “caos ordenado”. Y así suelen ser las ciudades en Asia…
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure