#15m o la evidencia de lo pacífico, persistente y paciente

En estos días donde las noticias económicas, marcadas a un ralentí como de amanecer o atardecer, designan un presente y futuro cercano siempre de color hormiga vemos como algunos pasos o guiños cercanos al #15m se están produciendo.Me refiero a la posibilidad, todavía solo como "buena práctica" de la dación en pago para ciertos colectivos muy sacudidos por la crisis. La oleada de embargos y desahucios y el más que evidente desbordamiento de pasivos inmobiliarios de los bancos y cajas recomiendan aligerar esa herramienta que al final ha creado más problemas que soluciones. Es cierto que es una medida párvula, pequeña, y que no ayuda a quienes ya han sufrido el desastre familiar y personal de un embargo y desahucio pero pone un punto personal en esta economía que ha ayudado ya con más de 90.000 millones de euros, solo en España, a bancos y cajas y sin embargo a los ciudadanos, y entre ellos a los más desfavorecidos, solo nos reparte la parte más dura y amarga de la crisis en forma de recortes y reducción de derechos. También es cierto que con la medida se acompañará de ayudas, estas ya reales para los bancos y cajas que se acojan a la medida.Pero mi pensamiento va por el camino de que las peticiones de los que nos mostramos a favor de esa queja ciudadana apartidaria, general, básica y radical percola la política, en el gobierno, aún, timidamente, y en la oposición y me hace pensar que lo que se defendía desde el #15m, para algunos grupos "asuntos de radicales sin sentido", tenía sentido, justificación, razón y que poco a poco el tejido político ha de absorber esa corriente de opinión y pensamiento. Esta opinión ciudadana, siempre alimentada por los asuntos que van ocurriendo como la pérdida de derechos laborales o la evidente disimetría entre quienes ocasionaron la crisis, construcción y sector inmobiliario, bancario y políticos (gobiernos), y quienes lo están pagando será lo que cada día alimente a ese cuerpo ciudadano que no son bueyes, como decía Miguel Hernández que no eramos los españoles, sino un pueblo que de manera callada pero firme se queja y sabe de que quejarse para, precisamente, que los más radicales indeseados tomen el protagonismo.Y esto se da porque las ideas se transmitieron de manera pacífica, persistente y paciente de manera general eludiendo la violencia de manera voluntaria, querida y requerida. Este punto, la violencia, es lo que hace perder razones, nos deja en brazos de radicales y desvirtúa el mensaje como ha ocurrido en relación con la desproporción de la represión de la queja del IES Luis Vives abandonando el mensaje por la crudeza y rigor de la violencia. Perdiéndonos al final en el discurso y dialéctica seviciosa de si era un asunto de orden público y de gamberros en las calles más que de una queja justificada de unos alumnos que pasaban frío.Vemos entonces como aquellas quejas que tantos descalificaron, tantos pidieron que fueran tratadas con mano dura para desvirtuar su mensaje y tantos indicaron como imposibles, algunas lo eran, se aprovechan y convierten en la realidad, la realidad de lo necesario, de lo importante, de lo cercano. Vemos como ese movimiento ajerárquico y apartidario poco a poco ha de ir trasladando su mensaje a los partidos, ya que no se ha convertido en movimiento político para evitar que la queja se convierta, de mano de los que no creen en el sistema, en antisistema.También vemos, ¿porque no?, como otras muchas peticiones, como la de la modificación del sistema electoral o la transparencia en la gestión serán próximos farallones de la moral de lo público a conquistar. Lo más cercano parece que es el pago de las deudas de las administraciones que en sus carrera de gasto y dispendio acumuló más de 40.000 millones de euros por pagar. Esta acción más que muchas otras acciones que recortan derechos, hará más por el empleo y por la creación de riqueza que las consabidas, y dictadas, reformas laborales marcadas desde el eje París-Berlín.Es una razón más para apoyar aquel movimiento, que no ha muerto, #15m, #democraciarealya, y tantos otros hashtags que pedían posibilidad de quejarse, de manera tranquila sin estridencias de radicales disfrazados y policías de porra fácil sino pacífica, persistente y pacientemente en espera de que el sistema lo absorba, no por bonancible actitud sino y como se decía en la #puertadelsol cuando los de abajo nos movemos los de arriba tiemblan y para eso no es necesario dar el miedo de la violencia sino la certeza de la aportación de ideas de valor.Personas, quejas, activismo, Recuerdos del día de mañana.Despierte el alma dormida, avive el seso e despierte. A fin de cuenta sino pensamos y vivimos para que queremos estar. Los pensamientos de hoy son recuerdos del mañana que tenemos hoy.