Revista Cultura y Ocio

#184. Estación Once, de Emily St. John Mandel

Publicado el 15 diciembre 2015 por Zeleza @AtardecBajoArbo
#184. Estación Once, de Emily St. John MandelEditorial: KailasPáginas: 344
Encuadernación: Tapa blandaISBN: 978-84-16023-85-1Precio: 17,95 €
Sinopsis
«LA MEJOR NOVELA QUE LEÍ EN 2014», GEORGE R. R. MARTIN, AUTOR DE "JUEGO DE TRONOS" 
Un inesperado virus mortal acaba con la humanidad tal y como la conocemos: ya no quedan trenes que unan los lugares, ni internet que nos permita conocer el mundo, ni siquiera ciudades en las que vivir, solo quedan asentamientos hostiles al visitante ocasional.
En este desolador panorama un pequeño grupo de actores y músicos tienen una iniciativa sorprendente: crear la Sinfonía Viajera, con el fin de mantener vivo un resquicio de humanidad. Pero en este libro nada es fácil y pronto este rescoldo de civilización también se verá amenazado por un violento profeta.
Esta novela va más allá de su argumento y escritura, originales y ambiciosos: nos sumerge en un mundo distinto y nos obliga a reflexionar sobre el presente, sobre lo que tenemos y qué valor le damos. En definitiva, un homenaje inteligente y sobrio a los pequeños placeres de la vida. Un libro difícil de dejar y, más aún, de olvidar.
Reseña
Una más que interesante novela que va más allá del mero entretenimiento.
Cuando me llegó la oportunidad de leer este libro no pude desaprovecharla. La sinopsis tenía algo que me atraía, algo que después de leerlo no podría decir qué fue.
La historia comienza como otras tantas de temática apocalíptica: un día normal, las personas con sus quehaceres diarios y sus rutinas, ajenas a lo que se viene encima. Pero a diferencia de otras tantas historias, en esta todo se conoce a lo largo de la narración.Pero no es algo lineal, sino que hay saltos de tiempo, de personajes, e incluso de tipo de narración.
Estos saltos son muy variopintos, y son los subcapítulos (55) que componen los capítulos (9). Principalmente se dividen en la historia de Kristen y la Sinfonía Viajera, en el Año Veinte, que viajan por el antiguo continente americano tocando y representando obras de teatro, principalmente Shakespeare; la de Arthur Leander, desde su juventud hasta ser famoso,que tiene varias formas de aparecer: cartas, historias a través de terceros, la propia narración...; la de Jeevan; la de Clark... Se conocen a los personajes completamente una vez finalizada la obra (o atando cabos desde el inicio con atención y paciencia). Al principio esta forma puede descolocar mucho, o por lo menos a mí, ya que no entendía qué sentido tiene estar con la historia de Kirsten en el Año Veinte y después pasar a la juventud de Arthur, en el S. XX o toda la historia de Miranda. La primera vez que apareció pensé que sobraban; ahora pienso que sí son necesarias, aunque para mi gusto podrían haber sido un poco más cortas.
Como dice la sinopsis, una parte muy importante son las relaciones interpersonales, y es algo que no se entiende hasta bien entrada la novela.
Debido a las complejas y numerosas relaciones humanas establecidas en la novela. a lo largo de la narración se pueden encontrar un gran elenco de personajes que van a ser importantes para la historia, incluso estando muertos. Que un personaje muera o que desaparezca pronto no significa que no tenga su historia. Prácticamente todos los personajes están por algo, incluso si se presta atención pueden descubrirse conexiones antes de tiempo. Pero hay que estar atento. Decir también que no todas las relaciones personales son iguales; algunas son verdaderamente conmovedoras, mientras que otras dan rabia o producen sentimientos encontrados.En cuanto a los personajes, presentan caracteres muy marcados pero no inamovibles, todos con las mismas ganas de vivir aunque con importantes diferencias: unos llevan mejor el tener que matar que otros, algunos son más nostálgicos que otros con el mundo antiguo, otros simplemente sobreviven mientras que determinados individuos hacen de su supervivencia su fe... Como ya he dicho, personajes muy variopintos, cada uno con su propia función en la historia.
Desde mi punto de vista, por lo ricos en matices que son, se puede acabar odiando y amando a un mismo personaje. En mi caso, Arthur es el amado-odiado, y Kirsten y August los amados.Eso sí, está mucho más definido el carácter o la forma de pensar que el propio físico, ya que de algunos no da pistas hasta bien entrada la novela.
#184. Estación Once, de Emily St. John Mandel
«Kirsten durmió a ratos, consciente cada vez que se despertaba del vacío del paisaje, de la ausencia de la gente, de los animales y de las caravanas de su alrededor. El infierno es la ausencia de la gente a la que echas de menos.»
La propia historia de la Sinfonía Viajera me ha parecido muy original, sobre todo debido a que el eje de esta es la representación de obras clásicas, sobre todo teatro, generalmente Shakespeare, y música. Hay muchos libros y películas sobre apocalipsis, y en algunas intentan recuperar la civilización, pero no me suena ninguna en la que haya gente que se recorre un territorio hostil y bastante peligroso con la única función de entretener a los pobladores de los distintos asentamientos. Es algo realmente loable, y creo que sin esto la novela hubiese perdido bastante tirón, ya que las otras opciones lógicas a esto aparecen en la propia novela.Y también creo que ha sido un acierto meter todo el universo de Estación Once; es muy interesante como se desarrolla paralelamente a la historia principal y como tiene su importancia. Aunque me he quedado con ganas de saber más, la verdad.
En cuanto a la escritura, es una narración fácil de entender, con un lenguaje directo y sin florituras. Algo práctico, que no obliga al lector al salirse de la historia para buscar palabras, pero no simple, con un vocabulario muy rico, y de vez en cuando con un toque poético que es imposible que deje indiferente a nadie. El narrador es omnisciente, y a veces deja de ser un narrador pasivo para preguntarse cosas sobre la historia a través de los personajes.Están perfectamente detallados los lugares por donde transcurre la acción, tanto antes del derrumbamiento de la sociedad como después. Es increíble el efecto que crea en la mente la narración, tanto que a veces uno puede maravillarse ante una escena y a la siguiente sentir un escalofrío. Un mundo postapocalíptico bello y terrorífico a partes iguales, que hace que se tenga un poco de más conciencia del increíble mundo en el que vivimos y de todo lo que perderíamos.
Debo reconocer que mientras leía el libro tenía siempre una sensación de inquietud. Puede sonar muy mal o muy apocalíptico, pero como están las cosas hoy en día, que se desate una guerra bioquímica no es más raro que una nuclear (y más con los últimos descubrimientos chinos sobre bacterias superresistentes). Esto le ha dado a mi lectura una fuerza, un sentimiento y una atmósfera más oscura de lo que quizás hubiese tenido. Y también reconozco que me he encontrado pensando en qué ocurriría en nuestra realidad y qué habría pasado en Europa, en España o en mi ciudad (al fin y al cabo, la historia ocurre, principalmente, en Canadá y Estados Unidos). Pero si bien la nostalgia por la vida pasada es una constante en la obra, también lo es la esperanza de un nuevo mundo, de una nueva oportunidad, por lo que hay escenas muy desgarradoras y otras verdaderamente hermosas.
Y si de algo tengo que «quejarme», simplemente por ponerle una falta, como ya he mencionado, se me han hecho ligeramente largas las historias completas de Arthur y Miranda. pero sobre todo las de Arthur, En cuanto a «decepciones», me hubiese gustado que profundizase en V, y el haber ampliado la parte de Estación Once. Pero como he dicho, esto es por decir un «pero».El final no me ha quedado frío, ni mucho menos, me ha parecido muy acertado, muy acorde al estilo de la novela, pero ha terminado de una manera en la que me ha dejado con ganas de más y que me invita a pensar que habrá continuación, siendo algo que me gusta pensar. 
A modo de conclusión, novela ágil, fresca y original, con un trasfondo y una misión mucho más profunda que el mero entretenimiento, que es muy probable que haga reflexionar al lector. Un libro distinto que lo recomiendo encarecidamente a aquellos que busquen una historia donde las relaciones humanas tengan un peso importante, aunque en realidad invito a todo el mundo a leerlo, incluso a los que no suelan leer este tipo de novelas. Si a George R. R. Martin le gustó, y ha sido galardonada con el Premio Arthur C. Clarke 2015 y el Toronto Book Awar (más diversas nominaciones) no puede ser una novela corriente, ¿verdad?
Os dejo la presentación del libro de la propia autora.


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