Revista Cultura y Ocio

1983

Publicado el 10 octubre 2012 por Sergio B Huidobro

.No hay registro alguno de esta historia pero verdad es que, alguna mañana de 1983, Eugenia Tablada despertó en su parca y provinciana casa de Alicante convencida de haber vivido cuando menos una existencia anterior truncada por el suicidio, según le acababa de revelar un sueño provocado por una noche húmeda de brizna ligera.
Diría Eugenia (pero no le dice a nadie, sola y fantasmal como ha vivido siempre) que aquella muerte suya, por matinal ahogamiento en un silencioso río castellano, la provocó la noticia falsa del brutal asesinato de su hijo de 11 años, enviado unas semanas atrás por ella misma al exilio mexicano para apartarlo de las brumas sanguinarias que los diarios se empeñaron en llamar guerra civil y ella, infierno.
Falsa, dijimos, era la noticia, pero eso no pudo ella saberlo antes de internarse en el río con una piedra atada a la cintura. Entró al agua de un tirón y sin chistar, convencida de que su Albertito era uno de los cuatro niños que, según escuchó decir a un republicano en el mercado, fueron degollados en Morelia por un simpatizante de Franco escondido en las callejuelas mexicanas.
No tendremos nunca forma de saber cuanto de sueño, delirio o verdad hay en lo anterior. Así fue soñado por Eugenia, que ha despertado convencida no sólo de la incuestionable veracidad de su reencarnación sino de que su Albertito existe y sigue vivo. Curioso sería leer la carta que está pensando escribirle pues no se trata solamente de decir “Yo soy tu madre” sino “Yo soy la que en otro tiempo fue tu madre” y esa, ciertamente, no es una cosa muy común para decir.
Dejemos aquí a Eugenia, sentada al borde su cama penumbrosa, tan sola y silenciosa como siempre, perdida en el ensueño de un hijo que nunca tuvo pero que en otra vida asegura haber tenido. No vamos, por supuesto, a dudar de lo que afirma. Vaya el lector a saber si en algún de España, ahora mismo, alguien no estará escribiendo que alguna mañana de 1983 don Alberto despertó en su fantasmal casona en la Ciudad de México y dice: “He soñado que mi madre me soñaba y una carta me escribía.”..

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