2013: ¿mi tercera vida? (ii)

Sigue…

Supongo que llegados a esta encricijada vital, como te decía, lo único que puedo hacer es confiar en la vida, aunque sea por primera vez! Ahora me doy cuenta de que, si no confías en la vida, la vida no confía en mí! Si no soy capaz de creer en mí mismo, ¿por que la vida iba a creer en mí y en mi capacidad de ser feliz? Y es que la vida te da lo que tú crees merecer… aunque te equivoques en tus deseos y predicciones, aunque te convenzas de lo contrario! Y es que, durante demasiados años, intenté ser hábil y astuto con la vida, intentando manejarla según mi voluntad… y no a partir de lo que sentía en mi interior! Y eso, sin duda, se paga con creces…

O sea que no tengo más remedio que confiar en mí y en lo que la vida me traiga, sin avisar! Reconozco que ya no me asusta nada, que cualquier cosa es buena con tal de dejar mi viejo hábito de intentar controlarla, renunciando a lo que verdaderamente soy y siento, negando la ley que dice que en ella todo cambia y que solo es permanente el cambio en sí…

Eso me invita a pensar, sentir y vivir el hoy, sin espectativas ni predicciones, sin planes. Al final la vida traerá lo que traerá! Pero también sé que el mañana -que quizás no llegue nunca- será la consecuencia de cómo vivo el hoy! Ni más ni menos! Y para ello solo debo ser coherente con lo que siento en mi interior, ser honesto conmigo mismo y con los demás! ¿No es eso amar? Quizás sí, la verdadera vida no es más que amar, de verdad!

Y en mi presunta tercera vida que pronto ha de empezar, solo pido poder amar de verdad y sin miedo, osea en paz! Ese miedo que a todos nos invade de vez en cuando ante lo nuevo, lo desconocido, lo que está por llegar! Seguramente es un miedo anclado en la historia, en cientos de experiencias que nos llevan a pensar que el amor no existe y que, en caso de existir, suele hacernos sufrir! Pero hoy me pregunto yo si el verdadero amor es lo que nos hizo sufrir… o solo su emulación, ese amor temporal, basado en el miedo a la soledad y a encontrarnos con nosotros mismos, a solas! Porque ese amor excluyente y exclusivo que creímos vivir era algo consensuado, demasiado real y humano y, como tal, efímero y temporal!

Seguirá…

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