Las primeras impresiones (o las macro impresiones) no son siempre las más acertadas. Senegal es una potencia regional. Su gran urbe, Dakar alberga a millones de personas y es la sede de numerosos organismos internacionales. Decenas de ONGs han abierto en su capital oficinas regionales que gestionan proyectos en casi todos los países del África occidental.
Calle de Matam
Y sin embargo, tras esas cifras la realidad es que en Senegal, el país preferido de la cooperación occidental tiene en algunas zonas serios problemas en relación a la desnutrición infantil.Así que ahí estamos, en Matam, una región en el nord este del país, un poco olvidada por las ONG quizá por la lejanía de la capital pero no será por el recibimiento de la gente, todo el mundo encantados de tenernos en sus tierras.
Matam, la capital es una ciudad pequeña, con tres cuatro restaurantes, un par de bancos, varias calles y multitud de pequeñas tiendas.
En el mapa, con la banderita, la única residencia del pueblo (hay un centro de formación que también tiene habitaciones), el lugar donde hemos estado durante 2 semanas. Desde ahí hemos hecho decenas de visitas (autoridades publicas, policía, gobernador de provincia, gobernador de la región, jefes de casas de salud, hospitales) con el fin de presentar el proyecto. No tiene sentido querer llevar a cabo un proyecto en una zona sin que los poderes públicos y sociales estén al corriente. Una vez hechas las presentaciones (que ya se iniciaron en Dakar) es el momento de ir perfilando las actividades.
En eso está mi colega Montse; y mientras yo continuo en Dakar, los dos estamos en el proceso también necesario de contratar a gente.
Con crisis o no, a los 14 puestos ofertados en un periódico de tirada nacional se han presentado más de 700 candidatos cuyos curriculums hay que leer, clasificar y convocar a pruebas. (parece que en materia de empleo, estamos cercanos a los senegaleses)
Nadie dijo que el proceso fuese fácil
Boda en Matam