Revista Coaching

296.- “Sus recompensas en la vida estarán determinadas por lo que hace, cómo de bien lo hace y qué difícil es de reemplazar en lo que hace.”

Por Ignacionovo
Autor: Brian Tracy. Otra inyección de ánimo en vena para aquellos que piensan que hagan lo que hagan da igual, porque este mundo ‘cruel y fatídico’ nunca se recompensa con justicia a aquel que mas lo merece y mejor lo hace. Pero; ¿Y si consideráramos por un momento que no es así? Al fin y al cabo, nos va a costar el mismo esfuerzo pensar de una manera que de otra.
Cuando a Winston Churchill le preguntaron si era optimista, él contestó que rotundamente sí, porque no parecía excesivamente útil ser otra cosa. Si hay verdades con la dimensión de templos, esta es una de ellas.
Podemos optar por la llantina permanente y la queja perenne y lastimosa al respecto de lo mal repartido que está el mundo. Se puede creer que solo la suerte determina el futuro de cada uno y que a nosotros, curiosamente, siempre nos toca la peor, pero también nos podemos plantear que el empeño, el cariño y el talento que ponemos a nuestros proyectos, serán recompensados justamente cuando legue el momento. Que si nos esforzamos en progresar y en hacer cada día un poco mejor lo que hagamos, con el tiempo (que no importe cuánto) seremos imbatibles.
¿Y si a veces tenemos la tentación de bajar los brazos y rendirnos?. Pues claro que sí. Nadie creo que tenga la absoluta entereza de permanecer eternamente entregado con afán a una causa sin recompensa; y sin embargo, es en ese momento -un instante antes de ceder definitivamente- cuanto deberemos redoblar el entusiasmo, despejar las nubes negras del pesimismo y aguantar y persistir.
Y cuando sintamos que el ánimo está pronto a vencerse, recurramos a cualquier estratagema para evitarlo, porque si lo conseguimos, seremos los absolutos dueños de nuestro destino. Gente capaz de prescindir del resultado final de sus acciones y de las circunstancias que le rodean y solamente centrada en la mejora de su labor. Llegados a ese punto y si logras que no te preocupe nada más, la suerte siempre te acabará alcanzando.
Reflexión final: Tendrás la recompensa adecuada (tienes que saberlo y tienes que confiar en ello), pero el secreto tal vez sea no pensar en absoluto en ella. Simplemente haz más y mejor… lo demás ya vendrá.

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