Revista Ciencia

3 hábitos saludables de alimentación para perder peso

Por Dimebeneficios @Dimebeneficios

Hoy te hablaré de un mal hábito que la mayoría comete y de la cual muy pocos son conscientes de ello. Se trata de la distribución de los alimentos en las comidas diarias.

Nosotros como sociedad hemos adquirido muchos malos hábitos que ni siquiera parecería que nos hayamos dado cuenta de ello.

Primer hábito - Consume las calorías correctamente

El mal hábito comienza desde que nos levantamos, desde que nos ponemos a desayunar.
Te daré un ejemplo con una alimentación de todo un día.

Nos levantamos y desayunamos unas tostadas con mermelada y algo de jugo o leche. Luego, a la hora del almuerzo, comemos pollo con ensalada y al llegar la noche, cenamos pavo con papas al horno.

¿Has notado algo raro en esta rutina alimentaria?
Si te das cuenta, la distribución de los alimentos va de menor a mayor grado, o sea, consumiendo muy pocas calorías al comienzo del día y muchas al término del mismo.

Nuestro plan de alimentación diario va de menor a mayor, como una pirámide, comiendo muy poco durante el desayuno y terminando de consumir muchas calorías por la noche.
Lo que debemos lograr es conseguir una pirámide invertida, consumiendo una mayor cantidad de calorías por las mañanas y menores calorías por la noche.

Si tu plan de alimentación está invertido, así también estará tu figura.

Y aquí viene mi pregunta... ¿En qué momento del día conviene consumir una mayor cantidad de calorías? ¿Al levarnos o justo antes de acostarnos?

Pues la respuesta, aunque no nos hayamos dado cuenta antes, es a la mañana.
Cuando nos levantamos, necesitamos consumir una gran cantidad de calorías para afrontar las tareas diarias y consumirlas durante el resto de la jornada.

Por otro lado, cuando llega la noche, nuestro cuerpo entra en modo de reparación, por lo que no es conveniente consumir muchos alimentos, ya que si vamos a dormir previo de haber comido bastante, todas esas calorías se transformarán en grasa.

No es conveniente comer después de las 7 de la tarde ni en grandes cantidades.

Si llegas a comer más de la cuenta por las noches, lo ideal será que hagas una caminata para ayudar a procesar la comida. También es recomendable dejar pasar al menos 2 horas después de tu última comida para poder irte a la cama.

Debes procurar de invertir el orden en el cual distribuyes la cantidad de alimentos en tu rutina diaria.

Nuestro cuerpo es como un automóvil y los alimentos que consumimos serían como el combustible o energía que necesita para estar en funcionamiento óptimamente.

Si tú tienes un bonito carro, ¿le pondrás cualquier tipo de gasolina o mezcla de combustible? Seguramente que no, ya que podrías dañarlo.

Lo mismo sucede con nuestro organismo a la hora de comer, debemos comer alimentos saludables y no consumir pura comida chatarra.

¿Has escuchado alguna vez la frase, "Eres lo que comes"? ¡Pues debes recordar que tú eres cuando comes también!

Segundo hábito - Agrega alimentos crudos a tu comida

Siempre que comas algún alimento, debes consumir antes alguna fruta o algo de verdura.Hay 4 beneficios que puedes conseguir al consumir este tipo de alimentos, fíjate bien.

  • Las frutas y verduras contienen enzimas digestivas las cuales te ayudarán a descomponer mejor los alimentos.
  • Las fibras de estos alimentos se expanden en tu estómago y te dan la sensación de saciedad.
  • Estos alimentos nos proporcionan vitaminas y minerales que nuestro cuerpo necesita
  • Las fibras de las frutas y verduras ayudan a empujar la comida junto con los desechos y las toxinas por tu tracto digestivo.

Si vas a comer pollo, primero come algo de ensalada. Si vas a tomar un helado, ve y come primero una manzana. Al incorporar este hábito de comer fibra estarás llenando tu vientre por lo que no comerás de más.

Con solo consumir unos 40 gramos de fibras diarios ya estás perdiendo algo de peso.

Tercer hábito - Come de a poco

Este hábito se trata de comer de 5 a 6 veces por día entre comidas y bocadillos.

Nosotros, desde que éramos cazadores-recolectores hace miles de años, solíamos comer poco a poco durante todo el día.

Cuando comes en pequeñas porciones durante todo el día, tu cuerpo empieza a descomponer los alimentos constantemente, por lo que se acelera tu metabolismo y quemas más grasas.

Consumir alimentos en grandes cantidades altera tus hormonas. Tu sistema digestivo no puede lidiar con tanta comida de golpe, por lo que se pierde energía y se almacena grasa.

En futuros artículos estaré hablando sobre temas muy interesantes, así que si no quieres perderte de ningún post, suscríbete a mi blog y serás privilegiado de recibir la información de antemano justo en tu correo.

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