Revista Cultura y Ocio

3 reglas básicas para escribir novela policíaca

Publicado el 17 abril 2015 por Ana Bolox @ana_bolox

Escribir novela policíaca no es sencillo. Se trata de un género con unas peculiaridades muy específicas que el escritor está obligado a conocer y manejar si desea triunfar en su empeño, de modo que conocer ciertas pautas le ayudará a conseguirlo. De algunas de ellas vamos a hablar hoy en esta entrada.

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Una de las exigencias que el género policíaco requiere del escritor es la de poseer la habilidad para implicar al lector en la trama en la que lo ha introducido, esto es, lograr que se convierta en detective.

La novela policíaca es mucho más que una simple historia. Es un juego entre el escritor y el lector, un reto que el primero lanza al segundo y en el que ambos compiten con las mismas reglas. De modo que conseguir que el lector acepte ese reto y se meta de lleno en el juego que el escritor le propone es el primero de los mandatos que el novelista debe cumplir.

Pero no es el único. Entre otros, y aunque sorprenda, todo aquel que desee escribir novela policíaca debe hacerlo empezando por el final. Lo cual va a ser el principio de nuestra entrada de hoy.

1. Empieza por el final

Aunque en principio parezca disparatado, la mejor manera de escribir novela policíaca y conseguir que el misterio que estás proponiendo al lector funcione sin problemas es comenzar por el final, es decir, por la solución del enigma y, a partir de ahí, trabajar hacia atrás. Para ello, debes tener claro estos tres puntos:

1. Quién es el asesino.

2. Cómo cometió el crimen.

3. Y por qué lo hizo.

A partir de ellos, imagina cómo se las ingenió el asesino para cubrir su pista, los errores que cometió al hacerlo (sí, el asesino siempre comete algún error), la coartada que se ha preparado, ¿alguien que lo ha visto? etc. De este modo, una vez que tienes bien trazado el camino que ha seguido el asesino, puedes sacar a escena a tu detective. Ya tienes la senda del asesinato trazada, ya sabes dónde se encuentran los puntos que el detective debe alcanzar (es decir, las pistas) para ir descubriendo el misterio y cómo unir estos puntos de manera que tu detective camine por donde tú quieres que lo haga (incluidos aquellas vías sin salidas que has preparado para él con las llamadas red herrings o pistas falsas).

Siempre conozco el final del misterio antes de empezar a escribir. La tensión debe mantenerse a lo largo de toda la novela y no debe haber demasiados interrogatorios tediosos. P.D. James

Este modo de trabajar es mucho más fiable para el escritor, porque le da una visión general de lo que ocurrió en realidad y de lo que el asesino pretende hacer creer que sucedió, y también porque, siguiendo este modo de trabajo, el escritor siempre caminará por la senda que le interesa: la de justificar con lógica la solución al enigma y todos los problemas que le han rodeado: todos esos detalles que hay que tener en cuenta para que cada hilo de la historia pueda anudarse al final y terminar en una resolución el enigma que satisfaga la inteligencia del lector.

Recuerda que en la novela policíaca es el final lo que realmente importa. El juego entre el escritor y el lector consiste precisamente en eso: en una carrera hacia la resolución del crimen en la que sólo puede ganar uno: el detective (es decir, el escritor) o el lector.

Nadie lee una novela policíaca para quedarse a la mitad. La leen para llegar al final. Si ese final es decepcionante, no volverán a comprar una de tus novelas. La primera página vende un libro. La última vende el siguiente. Mickey Spillane

El hecho de que conozcas con toda exactitud el punto exacto al que te diriges antes de que comiences a escribir te allanará el camino a la hora de introducir las pistas que el detective debe descubrir. Escribir novela policíaca de atrás hacia delante es la forma más eficaz de lograr una historia en la que todo cuadre con lógica.

2. La solución al misterio debe comprenderse, no revelarse

La clave para escribir novela policíaca que satisfaga al lector es hacerle creer que será capaz de descubrir al asesino antes de que lo haga el detective. Por supuesto, el trabajo del escritor consiste en evitar que lo consiga, pero siempre haciéndole creer que puede lograrlo.

La cuestión a tratar en este punto es conseguir que, cuando el lector alcance el final de la historia, se golpee la frente diciéndose a sí mismo: ¿Pero cómo no me di cuenta? Es decir, una vez que la solución al caso está ante sus ojos, el lector debe poder volver atrás en la novela, seguir el camino que el escritor ha ido trazando y darse cuenta de que, de verdad, todo lo que necesitaba para descubrir al asesino estaba allí. Esto es lo que se llama jugar limpio con el lector, una regla de oro que el escritor debe cumplir siempre.

El hecho de que el detective haya sido capaz de dar una respuesta lógica al laberinto de pistas verdaderas y falsas que se han ido colocando aquí y allá, mientras que el lector no lo ha logrado, es lo que hace que una novela policíaca tenga éxito o fracase. Si el detective, por el contrario, cuenta con información privilegiada que no se ha compartido con el lector, éste se sentirá engañado.

La clave para escribir novela policíaca con éxito consiste, pues, en que los dos jugadores tengan las mismas oportunidades para solucionar el misterio. El detective debe llegar a la verdad a través de un proceso lógico que sea accesible también para el lector.

Esto es, el lector debe comprender la solución al misterio después de seguir las pistas que se han dado. Revelársela no es satisfactorio para él; hacérsela comprender, sí.

3. La importancia de las pistas

Ahora bien, alcanzar ese final que satisfaga al lector porque sea lógico y porque él haya contado con los instrumentos necesarios para resolverlo depende de las pistas que incluyas en tu historia y de la forma en que las sitúes y el lugar en el que lo hagas.

Por supuesto, escribir novela policíaca placentera para el lector no consiste en ponérselo fácil, sino todo lo contrario, en ponérselo difícil pero accesible, de manera que al final sea él quien se diga que el “culpable” de no haber vencido en el juego propuesto es él mismo porque no se percató de que la solución al crimen estaba ahí mismo, ante sus ojos.

Es decir, escribir novela policíaca que produzca satisfacción reside en colocar las pistas de manera que estén a disposición del lector, pero también de forma que le pasen desapercibidas.

El lector debe contar con las mismas oportunidades que el detective para resolver el misterio. Todas las pistas deben estar a su disposición y claramente descritas. S.S. Van Dine, “Veinte reglas para escribir historias detectivescas” (regla nº 1)

Así pues, toda pista imprescindible para resolver el misterio debe encontrarse ahí, escrita en alguna línea de la novela, pero de tal forma que el lector sólo se percate de su existencia cuando todo haya acabado. ¿Difícil? No creas, hay modos de hacerlo, pero el escritor debe conocerlos y manejarlos con habilidad. Es lo que se llama trucos del oficio.

La importancia de presentar pronto al asesino

Este punto afecta igualmente al asesino en lo que se refiere a su presentación. Una de las reglas básicas a la hora de escribir novela policíaca es la de introducir al asesino en las primeras páginas.

El escritor no puede esperar a mitad de la historia para hacerlo. Ten en cuenta que, desde el preciso instante en que el lector abre el libro, está “mosqueado”. Mosqueado en el sentido de que sospecha de todo. Hacia mitad de la historia, ya se ha ido haciendo una idea y, si es entonces cuando introduces al asesino, el lector no le dará la misma importancia que tendría de haber sido presentado antes.

Puede que esto te resulte una buena idea para despistarlo, pero en realidad lo que estás haciendo es faltar a la regla de oro de la novela detectivesca, al contrato que has firmado con el lector cuando éste compró tu libro: jugar limpio con él.

Hay muchos trucos que un autor puedo utilizar al escribir novela policíaca para que ésta concluya con una explicación razonable de los hechos, de manera que el lector, a pesar de haber perdido en la competición que le ha enfrentado al detective, se sienta encantado y no engañado. Trataremos algunos de ellos en otras entradas, pero si quieres estudiar en profundidad las estrategias que utilizan los escritores de novela detectivesca, te invito a seguir los talleres (Taller de novela policíaca I y Taller de novela policíaca II) que imparto en Escuela de Formación de Escritores. Te sorprenderá conocer la cantidad de tretas de las que se valen los novelistas para conseguir engañar “legalmente” al lector.

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Fuente: Standoutbooks.

Fotografía: George Yanakiev, StockSnap.io.

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