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3 Votos obtenidos¡Vótame!¡Vótame!

Además de algún que otro relato corto, Tormenta Sangrienta es la tercera novela de Tony Jiménez que tengo el placer de leer. Y como en las otras dos ocasiones, la sensación es la de haber disfrutado tanto como un necrófilo en una morgue. Además, como en el caso de los otros dos libros, semanas después de haberlo terminado sigo acordándome de él, rememorando alguno de sus pasajes y recordando el rostro que imaginé para alguno de sus personajes.

Casi setecientas páginas. Quizá parezca demasiado, pero nada más lejos de la realidad, pues a lo largo de esas miles y miles de palabras se crea una atmósfera y un escenario sobrecogedores, de los que no quieres salir pero por los que corres como un desgraciado intentando llegar al final. Empatía, pura empatía, te conviertes en uno de ellos e intentas sobrevivir.

Por la novela desfilan personajes de todo tipo. Un ex-presidiario, un policía, un drogadicto, un anciano malhumorado, un sintecho, familias completas, artistas, una chica gótica, un escritor, un loco y el CHAPEL. Ponerlo con mayúsculas no es por casualidad ni por capricho. El hotel reconvertido en edificio de apartamentos en el que se desarrolla gran parte de la historia es un personaje más. Da a cada uno de los que se pasean por sus zonas (que no pisos) un motivo por el que quedarse. Parece atraerlos, abrazarlos, acurrucarlos entre sus muros y ayudarles a superar la gran tormenta, Lisey, el otro gran personaje. Tarda algo más en aparecer, pero llegará como una bomba de racimo y sacudirá los cimientos de la isla de Manhattan. Traerá consigo el desastre, os lo aseguro, y dejará claro que de lo que menos tendréis que preocuparos es de que haya aparecido una gota de sangre en la lluvia.

El resto del elenco cumplirá su papel con nota. No sobran ni faltan personajes y cada uno está dotado de la personalidad necesaria para que lleguemos a convencernos de que los conocemos. Claro que, eso se lo debemos a Tony. Su prosa no sólo describe, sino que insufla vida a cada uno de ellos. Gracias a eso, a lo largo de la historia resonará en nuestra cabeza la música de Elvis, compartiremos las ponzoñosas pesadillas (o no) de Gwen y casi habremos oído crujir a la Vieja Gruñona.

La historia transcurre en siete días perfectamente estructurados a lo largo de las páginas de la novela. En ningún momento el autor juega con nosotros, pues podemos observar el transcurrir del tiempo cabalmente. No se saca “tiempo extra” de la manga ni alarga innecesariamente el final. Un final que, por cierto, está muy bien escrito y encaja totalmente con el resto de la novela. La sensación de querer más, es por su calidad y el buen sabor de boca que deja.

Antes de terminar, hablaré de la edición a cargo de Applehead Team Creaciones. Ha elegido una portada sublime, con un Chapel recreado a la perfección y que te deja bien claro lo que vas a encontrarte dentro. El diseño con solapas da robustez a un libro tan extenso y la sinopsis elegida, invita a leer, pero no destripa. Sinceramente, la edición me ha gustado mucho.

Casi acaricio al gato, mas me quedé con un puñado de pelo en la mano para guardar en mi bolsillo. No hay problema, me fumaré un Salem´s Light, mientras espero sentado en las escaleras. Y a vosotros, si sabéis qué quiero decir en este párrafo, enhorabuena, reconocéis el estilo marca de la casa del escritor. Yo solo añadiré:

¡Here´s Tony!

Una reseña de Jose Antonio García Santos