30 dias de oliva.

Tengo la costumbre de leer las noticias en Google Now y hace un mes, por alguna razón, me encontré leyendo a Celeste Cid, la piba linda del momento, hablando de como “no puede irse a dormir sin aceite de oliva en la cara“.
Si leen mi blog regularmente saben que soy re contra fan de los tratamientos caseros (y baratos) y me copa probarlos (y me copa aun mas desmentirlos porque millenial desconfiada siempre). Asi que cada noche durante el ultimo mes, luego de limpiarme la cara, me ponia unas gotitas de aceite de oliva y lo masajeaba en mi seco rostro para irme a dormir con el peor olor a ensalada griega. Y aun así lo peor no fue el olor, fue la neurosis de lavar las fundas de las almohadas porque el olor se impregna y las sabanas de manchan y todo.
Pero más allá de esos obvios contras debo decir que mi cara, a la mañana siguiente, era un sueño. Suavecita e hidratada en vez de reseca y escamada como normalmente. Todo por unas gotitas de aceite de cocina. Suelo sufrir mucho en invierno porque la piel se me pone horrible, salgo muy temprano a la mañana, la piel se quema y se pela y me pica y les juro que es la peor epoca del año para mi piel. Pero por suerte, con el oliva se alivio bastante todo.
Si bien a la larga (o sea en todo el mes que lo probé) no hubo cambios sustanciales en mi piel y si dejo de usarlo apenas un dia mi piel vuelve a como estaba antes, me encanto el resultado y pienso mantener nueva rutina de aceitarme la cara durante un largo tiempo.

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