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Potente visualmente, vacía en su interior. Es obvio que esta película posee una gran fuerza visual, cada imagen que se nos muestra, pretende ser arte en movimiento, y está claro que el dinero gastado en los efectos digitales fue bien amortizado. Incluso podemos apuntar otros dos aspectos positivos: un ritmo decente, que no hacen largas las dos horas de duración, y un Gerard Butler que demuestra empaque y fuerza en todos sus planos. Pero por desgracia, el film no tiene nada dentro. La trama principal no da para más de 30 minutos, y las subtramas son bochornosas (los acontecimientos en el senado son ridículos). Esto provoca un bucle sin fin de secuencias, que se repiten y que son prácticamente iguales, hasta que llega el desenlace. No es una mala película, y entretiene, pero podía haber sido mucho más grande y épica.
Mi Puntuación: 7