"305 Elizabeth Street" de Iván Canet Moreno

Robert Easly, un joven de 22 años que sueña con convertirse en escritor, llega a Nueva York para descubrir que, en la gran ciudad, ni las luces son tan brillantes ni las sombras tan oscuras. Y descubre a Sasha, una alocada drag queen que resulta ser la estrella de "The Works", el mejor lugar donde pasar la noche en el Greenwich Village. Descubre también a Guido, un prostituto que se desliza entre sábanas y recuerdos enterrados. Y a Laura, que anhela llegar a protagonizar su propio Desayuno con diamantes.
Robert descubre a Martha, una joven descarada que vive para capturar el momento en una fotografía. Y a Carlos, que prepara las mejores "bombs" de la ciudad. Y a Bonnie, a quien Martha Reeves dijo en una ocasión que tenía la voz muy bonita. ¡Y a Judy Garland! Bueno, no a la cantante, sino a una gata llamada Judy Garland. Y con tanto descubrimiento, en la Nueva York que nunca duerme de 1978... ¿será capaz Robert de descubrirse a sí mismo?
.

Encuadernación: Tapa blanda

Sobre el autor: Iván Canet Moreno

Impresiones

Un jovencísimo chaval de 22 años decide que abandonará su pueblo natal para ir a probar suerte en el flamante New York. Su aterrizaje no puede ser peor: nada más llegar un grupo de chicos le dan una soberana paliza y le roban lo poco que lleva. Es ahí donde conoce a Sasha, que le ofrecerá alojamiento por lo menos esa noche. Obviamente al principio desconfía, Robert no ha visto una drag queen en su vida y le parece poco menos que una loca sin control. Pero el tiempo hará que sea más que su madre, y es que en el fondo es la madre de todos los habitantes de la casa. De Laura y de Guido, que se hará inseparable de Robert. Para mí el personaje que lleva el peso de la narración es Guido, es el amigo fiel que encuentra Robert en una ciudad tan difícil como New York, pero además le hará plantearse muchas cosas y la primera lección que aprende es a no tener perjuicios. Robert está hecho un lío todo lo que supuestamente es políticamente correcto se le desmorona, aunque él seguirá la corriente y encontrará una novia, pero nunca estará seguro del todo de su yo interior.

Una novela que principalmente busca encontrarse, librarse de ataduras, de romper con la familia cuando no te aprecian como deberían y te cuestionan. Una novela de superación, aunque el pobre Robert al principio no escriba más que una línea. No tiene por qué dado que para transformase en escritor primero tiene que saber quién es.

Los personajes están muy bien llevados, cada uno esconde sus secretos y el elenco es adorable. Puedo decir que Laura es la que menos peso tiene, tal vez en mi opinión sobra un poco, podría haber dado más juego. Guido es especial, se ha hecho así mismo debido a los palos que le han dado desde bien pequeño, pero ha sabido conducir su vida con una sonrisa en la boca. Hace un tándem perfecto con Sasha, luchadora y reivindicativa hasta decir basta y es que pensemos que si hoy en día en muchos sitios no miran bien a una drag queen imaginemos en los 60.

En cuanto a la proporción entre los diálogos y la narración es buena, y nos podemos imaginar bastante bien todos los ambientes que describe, alguna escena de sexo explícita sin caer en lo soez, simplemente cuenta las cosas de forma natural sin tapujos, como tiene que ser Robert, alguien natural y los diálogos nos hacen la historia mucho más rápida.

Si tengo que ponerle una pega es que algunos momentos se podrían haber acortado, es una sensación que se tiene al ir leyendo como si el tiempo pasara despacio, aunque a la hora de terminar esa sensación se borra rápidamente. Tiene un final redondo aunque no especialmente deseado, ya lo comprobareis cuando lo leáis, pero es que no tiene por qué ser feliz la vida.

El libro sigue un curso normal, está dividida en tres partes y a su ve en capítulo. Narrada en tercera persona y en pasado. La historia principal es un flash back de Un Robert ya adulto.

Una historia con mucho amor entre sus páginas, mucho sentimiento del de verdad.