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4 Tips para enseñar a los niños a gestionar las frustraciones

Por Lai Pv @laicapi

Cada niño es un mundo, pero quizás si hay algo común en la infancia es que los niños se frustran cuando no logran algo…ya sea porque no pueden expresar lo que necesitan, porque no les resulta algo a la primera, puede ser que no logren subir solos al tobogán, o que su hermano siempre le gane en las carreras. Si los adultos nos frustramos, por qué no los niños! En casa una de las terremoto se frustra a menudo. Le gusta hacer las cosas perfectas, y antes de hacer algo lo analiza para ver si va a poder hacerlo sola. Sino, te pide que lo hagas por ella, no quiere que la enseñes a hacerlo, se encierra en el “a mi no me sale!” y listos. Muchas veces se frustra, y tenemos claro que es algo en lo que podemos ayudarla. Así pues, hablando con Marta de El Planeta de A, le pedí unos tips para ayudarla a gestionar sus frustraciones. Aquí tenéis sus recomendaciones.

Tips para enseñar a gestionar las frustraciones

4 Tips para enseñar a los niños a gestionar las frustraciones

como ayudar a gestionar las emociones

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Los niños, en algún momento de su día a día pueden sentirse frustrados y exteriorizar su sentimiento de maneras diversas: con agresividad, con rabietas, abandonando la tarea, demandando atención, con inseguridad, con ansiedad, etc. Estas maneras de expresión nos alertan de que no han incorporado aún una buena manera de gestionar su emoción, y que por tanto, como adultos (padres, madres, docentes o familiar), debemos iniciar un acompañamiento respetuoso y sobre todo, sin perder la calma, con empatía.

La frustración es un estado transitorio que se produce cuando tenemos un deseo, una ilusión o una necesidad, y no logramos nuestro objetivo. Es conveniente recordar que ésta forma parte del desarrollo de la personalidad, y que por tanto, es totalmente normal que se produzca. Es más, no se trata de una emoción que sólo se dé en los niños, los adultos también nos sentimos frustrados en muchos momentos, la diferencia es que gestionamos este sentimiento de manera distinta.

Cuando nos encontramos que nuestros hijos se frustran, nuestro papel debe centrarse en enseñar que estas situaciones pueden ocurrir por muchos motivos, pero también debemos iniciar un proceso de acompañamiento para la búsqueda de posibles soluciones o alternativas que podamos adoptar cuando esos deseos no se cumplen.

“Aceptar el NO por respuesta, le ayudará a enfrentarse a distintas situaciones de manera positiva”

La teoría es más o menos fácil, la práctica ya no tanto, pero llegado el momento concreto, tenemos que aprovechar la cotidianidad como herramienta de aprendizaje, para así, poco a poco, ir interiorizando en ellos una buena manera de resolver conflictos. Pero, ¿cómo podemos iniciar ese camino? Os dejo algunas herramientas:

1.- Conviértete en modelo coherente: dar buen ejemplo a nuestros hijos es una herramienta potente de aprendizaje. Podemos pasarnos el día hablándole y dándole indicaciones, que al final lo que aprenderán será lo que están viendo en ti como adulto de referencia. Así que en el momento en que empieces a identificar una frustración en tu hijo, no pierdas los nervios, mantén la tranquilidad y háblale desde la calma y el respeto. Éste será el inicio de buen camino a la resolución del conflicto en cuestión.

2.- Ponte en su lugar: si nos quitamos nuestras gafas de adultos, y nos ponemos en el lugar del pequeño, podemos ayudarle a identificar la frustración y sobre todo, vamos a intentar entender qué le ocurre. Frases como “Veo que te has puesto un poco nervioso con ese juego”; “Parece que estás enfadado por algo”… nos pueden ayudar al diálogo con nuestro hijo.

3.- Promueve la búsqueda de soluciones: es importante propiciar la reflexión durante el diálogo y no darle las soluciones en bandeja. Lo mejor es que, a través de nuestro lenguaje, podamos ayudarle a que él mismo proponga las soluciones a ese “problema” con el que se ha encontrado. Si lo dejamos pasar no aprenderá a resolver los conflictos, y aunque parezca que lo que ha ocurrido no tiene importancia, para ellos sí que la tienen, y ese momento concreto es único para su aprendizaje. Algunas frases para promover la búsqueda de soluciones podrían ser: “¿qué crees que puedes hacer para arreglarlo?”; “entiendo tu enfado, pero qué te parece si buscamos la manera de conseguirlo?, qué se te ocurre?”

4.- Refuerza aquellas acciones que realiza bien: la mayoría de las veces estamos con el “bolígrafo rojo” corrigiendo todo aquello que no nos parece bien en nuestros hijos, resaltando por tanto, la parte negativa. Pero ¿y si cambiamos esto? ¿y si en lugar de ello, resaltamos todo lo que hace bien? De esta manera estaremos aumentando su autoestima, su motivación y su energía para continuar aprendiendo.

Estas cuatro herramientas se basan en nuestros 4 pilares fundamentales para educar a los niños: escuchar, entender, apoyar y acompañar. Si nos situamos en esta base, y nuestras acciones las realizamos respetando estos pilares, todo fluirá de manera positiva.

Gracias Marta por tus tips, llevaba tiempo pensando en como ayudar a la pequeña, y me doy cuenta de que éstas son cosas que en casa aplicamos y la verdad, poco a poco y con paciencia, han mejorado la situación. Será que hace falta tiempo y más paciencia! Si te han gustado los tips, sigue a el Planeta de A

4 Tips para enseñar a los niños a gestionar las frustraciones


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