Aunque parezca más grande, esta bonita casa a pie de playa tan solo dispone de 42 m2. Cada rincón ha sido aprovechado al máximo, y la sensación de amplitud se consigue haciendo espacios abiertos que comunican entre sí. Las paredes revestidas de madera la hacen muy confortable, así como las tonalidades suaves empleadas a lo largo de toda la vivienda.
Vía Bolig