5 razones para dejar tu blog

Quizá te equivocaste. A lo mejor tenías razón desde el principio y no estás hecho para esto. A lo mejor disfrutarías más con otra cosa radicalmente distinta, con algo más productivo y de utilidad, que exigiera menos esfuerzo quizá porque puede que sí, que te equivocaras, y que el blogging no fuera para ti.

(Mentira. Tú y yo sabemos que estás hecho para esto, porque por muchas dudas, momentos de bajón o de desconfianza en ti mismo, al final estás aquí, en un blog cuya temática mayoritaria es precisamente el blogging. Quizá te falte práctica, rutina, ideas o planificación, pero a quién no le faltan todas esas cosas alguna vez, sobre todo si acaba de empezar. Respira hondo y relájate: estás en el sitio donde debes estar).

Por eso hoy te traigo 5 razones para dejar tu blog, porque claro que las hay.

(Por eso, hoy te traigo 5 razones para no dejar tu blog y seguir adelante. ¡Tú puedes!)

1. No tienes nada claro sobre qué tema escribir:

Un blog no puede hablar de 100 cosas (o al menos, no de las 100 con el mismo rigor). Esta semana escribes un artículo sobre tus últimas vacaciones, y a la siguiente escribes una reseña de una película, y a la siguiente escribes sobre las nutrias marinas… Para. Déjalo. Así no llegarás a ningún sitio.

(Así no, pero centrándote y especializándote sí. ¿No sabes sobre qué escribir o sientes que nada de lo que has probado te motiva lo suficiente? Define el nicho y el target de tu blog. Es un buen sitio por donde empezar ;)

2. No eres capaz de mantener una rutina de escritura:

Empezaste muy motivado, casi escribiendo un post al día (¡a veces te daban ganas de publicar doble!). Sin embargo, con el paso del tiempo te has ido desinflando y ahora eres incapaz de establecer cierta rutina y  organización.

(Nunca es tarde para empezar a organizarse e intentar aprender un poquito de disciplina creativa. Pequeños cambios, darán grandes resultados, ¡prometido!)

3. No tienes suficientes ideas:

Parece que tu musa no sólo se ha ido de vacaciones, sino que ha dimitido y no piensa volver. Cada vez que intentas ponerte a escribir, no tienes ni idea de cómo empezar a hacerlo y lo peor, no sientes que la inspiración va a regresar, por muchas horas que te plantes sentado ante la pantalla. Ser blogger implica tener una fuente ilimitada de ideas…

(o no. A aquellos que no tenemos una fuente ilimitada de ideas, siempre nos viene bien una ayudita para saber sobre qué escribir en nuestro próximo post, distraernos con alguna película que despierte nuestra creatividad o poniendo en práctica alguna técnica útil que nos ayude a inspirarnos).

4. Nadie lee tu blog:

Llevas un tiempo con tu blog y no tienes los suficientes lectores como para mantenerte motivado y continuar. Sientes que cuando escribes en tu blog, el único feedback que recibes es el eco de tus propias palabras tecleadas. Y un blog sin lectores no es nada.

(Aunque siempre puedes empezar a captarlos, compartiendo adecuadamente tu contenido en redes sociales, haciendo que tu blog se atractivo para nuevos lectores y aportando, sobre todo, mucho valor a tu contenido).

5. Ya hay bloggers mucho mejores que tú escribiendo sobre lo que tú escribes:

Para qué vas a molestarte siquiera en continuar con tu blog si hay miles de millones de blogs por ahí, de los que gran parte hablan de lo mismo que tú y pertenecen a bloggers mucho más expertos y mejores escritores.

(Porque vale la pena intentar diferenciarse).

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