Abolutamente increíble. Esa es la única versión de ti con la que tienes que compararte. Esa que ya tienes dentro, pero que quizá todavía no te has atrevido a sacar a la luz. O quizá quieres, pero no sabes cómo hacerlo. O a lo mejor es que te estás fijando más en tus carencias que en tus fortalezas, más en las amenazas (el qué dirán y el qué pensarán y el cómo se lo tomarán) que en lo que realmente eres y estás (porque ya vive en ti) destinado a ser.
Hoy me he propuesto hacer de tu lunes, un buen día para descubrir las 50 formas en las que puedes construir la más absolutamente increíble versión de ti mismo y además mostrarla al mundo. Porque ya está bien de esperar a que las cosas sucedan, porque tienes capacidad más que de sobra para salir ahí fuera y comerte el mundo.
(En realidad, optimismo manido de manual aparte, este post nació este fin de semana. Observaba una foto que no me habían hecho intencionadamente, pero en la que salía. Me vi ahí, tan imperfecta, que me dio vergüenza de mí. Lo bueno es que este pensamiento me duró apenas unos segundos: “¡Qué carajo!”. Esa foto no decía nada de mí ni de mis imperfecciones ni tampoco de mis defectos o de lo absolutamente increíble que puedo llegar a ser. Así que pensé que escribirte y hacer que te miraras adentro, más allá de lo que veas si te miras sólo de forma superficial, iba a ser lo mejor de esta semana).
1. Haz que cada día cuente en el proceso para convertirte en la clase de persona que quieres ser.
2. Evita a las personas tóxicas e inspírate en aquellas de las que realmente merezca la pena aprender.
3. Persigue siempre aquello que te mueve por encima de todo.
4. Deja de lado los temores. Deja de tenerle miedo al miedo. Sé valiente.
5. Define tu propósito. ¿Qué quieres cambiar en el mundo? ¿Cómo quisieras que te recordaran? ¿Qué cosas puedes hacer para mejorar la vida de las personas?
6. No dejes que nada ni nadie haga que desperdicies tu potencial. Tienes mucho más de lo que tú crees dentro de ti. Aprovéchalo.
7. Repítete cada día: “Me acepto, me quiero y me respeto profundamente”. Deja de huir del espejo. Y deja de castigarte por no ser perfecto.
8. Reserva espacio en el día para tu momento de calma. No te dejes llevar por la vorágine del día a día, donde los unos pisan sin contemplaciones a los otros.
9. Piensa en lo que harías si supieras que no puedes fallar, y hazlo. Aprende de tus fallos y levántate de todas tus caídas.
10. Implementa pequeños cambios en tu día a día para ser un poquito más feliz.
11. Deja de responsabilizarte de las opiniones, los sentimientos y los problemas de otras personas. Apoya a quien tengas que apoyar y escucha a quien lo necesite, pero no conviertas sus preocupaciones en tus preocupaciones. Así no vas a ayudarles.
12. Incluso cuando sepas que no puedes hacer nada por evitar que pase algo, da el 100% de ti. Como si todavía tuvieras opción de cambiarlo. Algunas veces, te sorprenderían los resultados.
13. Sé consciente de todas las cosas que tienes y por las que puedes dar las gracias aquí y ahora. Establece tu propio diario del bienestar.
14. Hay veces que tu cuerpo quiere decirte cosas: necesita un poco de paz, un poco de ejercicio, dormir más, alimentarse mejor… Escúchale.
15. Organiza tu vida (de forma literal). Siendo más ordenado te sentirás mucho más en paz. La mente trabaja mejor en un sitio armónico y limpio.
16. Date el capricho de escribir. La escritura es algo que debes permitirte.
17. Cuando las cosas se tuerzan, aprende a improvisar.
18. ¿Qué harías si fueras el Rey/Reina del mundo y tu palabra fuera ley? ¿Qué cambios harías? ¿Qué cosas tendrías? ¡Vive como si lo fueras!
19. Haz una lista de todas las lecciones increíbles que has aprendido a lo largo de tu vida. Después colócala en un lugar donde siempre esté visible y presente. Amplíala.
20. Elimina de tu vida todas aquellas cosas que hayan dejado de aportarte algo, de hacerte sentir bien, de hacerte feliz.
21. Escribe una lista de todas aquellas cosas que has conseguido en tu vida y que en un principio pensaste que serías incapaz de conseguir. Cada pequeño logro cuenta.
22. Cambia de actitud. La vida es un 1% lo que pasa y un 99% cómo reaccionamos ante ello.
23. No te canses de perseguir tus sueños. Incluso cuando sientas que no los vas a conseguir y que todo el esfuerzo no sirve de nada. SIGUE ADELANTE.
24. Hazte a la idea de que todos los días de tu vida pueden contener un poco de magia. A veces es tan fácil como sonreír un poco más, escuchar un poco más, aprender a leer lo que pasa a tu alrededor, permanecer despierto.
25. Construye un muro de autoconfianza que tu vocecita machacona no pueda atravesar nunca más. Las personas somos lo que creemos que somos y muchas veces somos totalmente ignorantes de nuestro propio valor.
26. No pasa nada por admitir que algo se te da muy bien, que eres bueno haciendo tal o cual cosa o que quieres más. Sé ambicioso, sobre todo con tu propio aprendizaje y crecimiento personal.
27. Entrena tu creatividad. La creatividad es todo lo que tenemos para poder evadirnos de la realidad. Sé consciente de tu propio pensamiento creativo. Creer es crear.
28. Ama tu pasión sin ningún miramiento o vergüenza. Tu pasión es el motor que te mueve, a medio camino entre tu talento y tu vocación, entre lo que se te da bien y lo que te mantiene en pie. Descúbrela y vívela intensamente.
29. Conócete a ti mismo. Cuanto más autoconocimiento, mejor actitud ante la vida. Conoce lo que te gusta, lo que no, lo que quieres para tu vida y lo que no querrías jamás, lo que te da miedo, lo que te mueve. CONÓCETE.
30. Haz que tu carrera profesional sea mucho más que un simple trabajo por el que te paguen para vivir.
31. Quiere a los demás, pero primero quiérete a ti. Ninguna relación sana de pareja o de amistad se hace fuerte en la inseguridad, sino en el auto-amor y el amor por el otro.
32. Aléjate del ruido y escucha tu voz interior.
33. Ama tu vida. Aunque no venga envuelta ni adornada con un lazo, sigue siendo un regalo y sólo tienes una.
34. La negatividad forma parte de la vida, pero no tiene que formar parte de lo que eres o de tu actitud hacia ella. Esfuérzate por ser un poco más positivo. Notarás el cambio.
35. Tus padres o tu familia no son los culpables de que no tengas la vida que crees que mereces. Tú eres el único arquitecto y constructor de lo que tendrás en el futuro y de ti depende que salga bien.
36. A veces hay días en los que nos apetece mandarlo todo al carajo. ¿Y sabes qué? No pasa nada. Esos días también forman parte de quién eres y, mientras no se conviertan en tu rutina, son bien recibidos, naturales. Te ayudarán a valorar lo bien que se está estando bien. Abraza tu propia tristeza cuando la sientas.
37. No hace falta ser la hostia para merecer cosas que sean la hostia.
38. Aprende a perdonar a quien te aflija. El rencor se enquista y luego es muy difícil de extirpar. Vivir con él es doloroso.
39. Deja ir a quien quiera marcharse de tu vida por su propio pie. Es cosa suya decidir si quiere o no seguir formando parte de ella.
40. Puede que tengas muchas dudas acerca de la vida y que sientas que no tienen solución. Pero eso también forma parte de la magia de estar en el mundo. Seguro que cuando conozcas esas respuestas, tus preguntas cambiarán. Ser curiosos forma parte de nuestra naturaleza.
41. Establece tus prioridades de tal forma que no se te olvide lo más importante: ser feliz.
42. No dejes que nunca nadie te impida brillar todo lo que te mereces. Que nadie nunca te arrincone.
43. Atrévete a dejarte guiar por tu instinto. A veces sabe mucho más de ti de lo que tú te piensas.
44. Aprende que para ser imparable, tienes que sentirte imparable.
45. Sé generoso. Ayuda a los demás, hazles la vida más fácil. Conviértete en el motivo por el que sonrían.
46. No des por perdidas tus metas antes de intentar siquiera alcanzarlas.
47. Tómate cada cambio como una nueva aventura. Y recuerda que lo importante no es hasta dónde llegues, sino el camino en sí.
48. Tu tiempo es limitado. Adminístralo con inteligencia.
49. La autoexigencia es buena, pero no si te está impidiendo ser todo lo feliz que puedes ser. A veces es mejor ser práctico que ser demasiado estricto con uno mismo.
50. Siéntete orgulloso de cada uno de tus fracasos. Porque gracias a ellos eres lo que eres ahora.
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