Hay personas que al oír hablar de un espacio completamente blanco (con esto me refiero a paredes, suelo y gran parte del mobiliario) piensan en algo insípido, aburrido… algo que está muy lejos del diseño interior. Los que me conocéis ya sabéis que soy una amante del Total White, reconozco que quizá rozo la obsesión por este color, pero os puedo asegurar que a parte de gustarme a nivel estético, se consigue un ambiente muy acogedor y hogareño, característico del estilo nórdico. Otro punto a favor, aunque parezca todo lo contrario, son espacios fáciles de mantener limpios, y os lo digo por experiencia, yo que vivo con Lua mi labradora de 1 año y 30 kilos.
La idea, como siempre insisto, es llenar el espacio de color mediante pequeños detalles decorativos: Textiles, cuadros, figuras, incluso algún mueble… Eso ya va a gusto del consumidor, pero la idea es que la base sea el blanco ante todo.
A continuació os muestro un apartamento de 50 m2 de estilo nórdico, donde el blanco tiene el papel protagonista, y gracias a los pequeños detalles decorativos se consigue dotar de color y alegría al ambiente. A aquellos que visualicen el blanco como algo soso, les invito a darse una vuelta por esta vivienda y que luego nos cuenten ;O)
Vía Alvhem Makleri & Interior
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