Revista Cultura y Ocio

50 Razones para NO vivir

Por La Cloaca @nohaycloacas

En relación al artículo en el que generosamente te otorgábamos 50 razones para vivir , si ya no las tenías o acaso necesitabas recordar alguna más.

Hoy sin embargo, sin intención de empujar a nadie por la ventana, ofrecemos 50 razones para NO vivir. ¿Qué te aporta este deprimente conocimiento? La posibilidad de encontrarse reflejado en alguna de ellas y REACCIONAR.

Y sobre todo no sentirse ofendido por ninguna de las siguientes líneas, que en sí ya sería una reacción. El enfoque es meramente poético, pero no subestimemos el poder de lo poético. Porque una sóla razón para no vivir se puede transformar en una poderosa razón para vivir intensamente. Y para ello, cualquier razón nos sirve.

Publicado por Rodrigo Borja-

Es fácil encontrar, o toparse, con listas que la gente de espíritu alegre escribe con sus motivos para vivir. En este mismo blog aparecía una hace unas semanas. Admirable y envidiable. Pero no todos han tenido la fortuna de ser bendecidos con ese tesoro, el más valioso que existe: el optimismo. A otros lo que les ha tocado en el reparto de caracteres ha sido sombras y tristeza. Monstruos nacidos y alimentados en lo más profundo de la mente que se apoderan de todo y a los que la razón, por más que lo intente con ahínco y sinceridad, no llega a vencer.
No es imposible que algunos habitantes del lado luminoso tengan curiosidad, siquiera sea malsana, por saber cómo es ese mundo de oscuridad y angustia. Para quien quiera asomarse a las tinieblas he aquí una puerta entreabierta.

1. Los fracasos: todos los fracasos de una vida.
2. No haber estado a la altura.
3. El miedo.
4. Un cuerpo, fuerte y sano, sin defectos y, quizá por ello, de una voluptuosidad que no se ha sabido satisfacer y duele.
5. La belleza, la elegancia y la inteligencia de una compañera de clase.
6. El dinero, el puto y asqueroso dinero.
7. La indiferencia de la compañera de clase.
8. Haber equivocado el camino.
9. La mano de otro hombre acariciando la pierna de la compañera de clase. Y verlo.
10. Los errores, tantos errores…
11. Nuria Rialt, Julie Fowlis, Arianna Savall…Su belleza, su música, su inteligencia. La naturaleza, el azar, tan generosos con ellas, tan pobre en casi todo con otras, con otros. ¿Por qué?.
12. Las dudas.
13. El dolor que nuestro propio dolor causa a los nuestros.
14. Valer más muerto que vivo: el seguro de vida, la pensión de la mujer, la pensión de la niña y esas cosas.
15. Napoleón: “La muerte no es nada, pero vivir vencido y sin gloria es morir todos los días”.
16. La valentía.
17. La cobardía.
18. Otra vez el miedo.
19. Los momentos felices que no volverán.
20. El vicio incorregible de leer.
21. El vicio incorregible de pensar.
22. El vicio incorregible de ser abstemio, de haberlo sido siempre y estar orgulloso de serlo.
23. El castigo implacable por esos vicios: una lucidez que no descansa nunca y que obliga a mirar a la vida de frente, sin contemplaciones y sin engaños.
24. Querer andar el propio camino.
25. No haber sido capaz de seguir la corriente.
26. Las mujeres: su belleza y su indiferencia.
27. El deseo insatisfecho.
28. No haber conocido el amor de una noche.
29. Ser hombre, terrible e irremediablemente hombre.
30. Larra: “Estar ebrio no de vino, sino de deseos y de impotencia”.
31. Advertir cuando se aproxima la vejez que se ha desperdiciado con necedad culpable la juventud. Y que eso ya no tiene remedio.
32. José Martínez Ruiz: “Azorín ha mirado largamente estos cinco retratos. Y ahora sí que él, que tiene alma de artista, se ha puesto triste, muy triste, al sentirse sin la voluptuosidad, sin la fuerza, sin la elegancia, sin el dinero y sin la poesía.  Y ha pensado en su fracaso irremediable; porque la vida sin una de estas fuerzas no merece la pena vivirse”
33. No haber sido seducido nunca por una mujer.
34. Las pequeñas derrotas de cada día.
35. Sentir en un paso expuesto de montaña la llamada del abismo y su terrible promesa de paz.
36. La porquería sembrada en uno mismo a lo largo del tiempo y que parece ya imposible de limpiar.
37. No encontrar un “para qué”.
38. No saber quién se es, ni quién se puede llegar a ser.
39. El águila de Zaratustra, siempre lejana y esquiva.
40. La propia mediocridad.
41. Los sueños incumplidos.
42. No tener ya sueños.
43. Las frustraciones: todas las frustraciones de una vida.
44. La ambición desaforada de elegir ser Prometeo en vez de Sísifo.
45. El amor no correspondido a una mujer.
46. El amor no correspondido de una mujer.
47. La mirada y la sonrisa de una hija, que hacen dudar si no habría sido un deber sacrificar por ella la vida muriendo día tras día en aquella oficina.
48. Siempre el miedo.
49. A pesar de todo, el amor insobornable a la libertad y a la belleza.
50. Y la pregunta última, tras la que se abre el abismo: después de tantos motivos para no querer vivir, ¿cuál hay para no querer morir?.
Cuando la última pregunta golpea, un vacío se apodera de las entrañas y en la boca se siente el sabor del miedo. Pero también aparece, entre las sombras, una luz: todavía por delante innumerables días amargos, oscuros, y entre ellos, seguro, el día claro que traiga, por fin, el sentido. Seguir el camino por curiosidad, por saber cuándo amanecerá ese día.


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