Una vez tomas la decisión de comenzar (la esencial en cualquier empeño), lo siguiente es crearte un hábito sólido que te ayude a proseguir cuando el inicial entusiasmo por la idea se va desgastando y corre peligro de marchitarse, como todo, con el paso del tiempo. Adquirida una rutina férrea e ineludible, a partir de entonces ya solo quedaría la aplicación perseverante (casi obstinada) para evitar que se te venga abajo el edificio que construyes día a día y en el que cual vas colocando con mimo cada ladrillo… a veces sin cemento alguno.
Ante los agobios por el sobreesfuerzo que conlleva el aumento de la carga de trabajo; ante la desazón evidente que padeces por la falta de inspiración; ante la pereza que te susurra mil veces, cuando no directamente te grita, que huyas raudo hacia tierras menos laboriosas… calma. Siempre calma. Los días en los que no puedes ni levantar el bolígrafo o teclear una letra siempre acaban y dan paso a otros en los que disfrutas al máximo. Lo que no se abandona, jamás se pierde.
Pedí ayuda a los más de 1.350 seguidores que tiene el blog en Facebook, para que eligieran la frase 500 de la serie. Paloma García (mil gracias) envío la elegida, cuya autoría corresponde al poeta estadounidense Walt Whitman. Una excelente elección, sin duda.
Walt Whitman dijo en sus memorias: "Después de años de competir por "la recompensa habitual", decidí convertirme en un poeta." La confianza en nuestros recursos y en nuestra capacidad, se antoja esencial en la vida. Hay gente, no mucha, que logra traspasar el umbral del miedo (pavor) a lo desconocido y se adentran en el dominio de lo incierto, cuya senda les llevará a ser, inevitablemente, lo que sienten están llamados a ser. Dejan la conveniencia o la comodidad de una vida fácil a cambio de un abismo en el que todos son incógnitas. Hay que tener valor para ello, porque si bien el premio será el más grande, la derrota será también la más dolorosa.
La primera edición de la gran obra de Walt Whitman, Hojas de hierba (Leaves of grass), no vio la luz hasta 1855 y fue él mismo quien se encargó de editarla y de llevarla a la imprenta. De los mil ejemplares de la tirada inicial, Whitman vendió pocos y regaló la mayoría. Pero había dado el primer paso, el más difícil, y el único igual de importante que otro: el último.
NO TE DETENGAS
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.No te dejes vencer por el desaliento.No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,que es casi un deber.No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.No dejes de creer que las palabras y las poesíassí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.Somos seres llenos de pasión.La vida es desierto y oasis.Nos derriba, nos lastima,nos enseña,nos convierte en protagonistasde nuestra propia historia.Aunque el viento sople en contra,la poderosa obra continúa:Tu puedes aportar una estrofa.No dejes nunca de soñar,porque en sueños es libre el hombre.No caigas en el peor de los errores:el silencio.La mayoría vive en un silencio espantoso.No te resignes.Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",dice el poeta.Valora la belleza de las cosas simples.Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provocatener la vida por delante.Vívela intensamente,sin mediocridad.Piensa que en ti está el futuroy encara la tarea con orgullo y sin miedo.Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieronde nuestros "poetas muertos",te ayudan a caminar por la vidaLa sociedad de hoy somos nosotros:Los "poetas vivos".No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas...
(Versión de: Leandro Wolfson)
Gracias a todos los que me habéis acompañado hasta aquí.
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