Revista Coaching

505.- "Tenemos que aprender a ser nuestros mejores amigos, porque caemos con demasiada facilidad en la trampa de ser nuestros peores enemigos"

Por Ignacionovo
505.- Autor: Roderick Thorp. El poder de convicción que poseen las afirmaciones, mentales o públicas, que hacemos sobre nosotros mismos, es sorprendente. Digo sorprendente, porque, por ejemplo, el hecho de que alguien se repita así mismo, que dispone de la suficiente capacidad para afrontar un reto concreto, no implica necesariamente que sea así. Será capaz de cumplir con él si cuenta con la habilidad, el talento, la constancia y si desarrolla el esfuerzo necesario, pero no porque simplemente se diga que él puede.
Y sin embargo, la confianza en uno mismo es una línea que nunca falta en la trama de toda historia de éxito. La persona que se determina a alcanzar un logro preciso, podrá no disponer al principio de todas las destrezas que le harán alcanzarlo, pero sabiéndose capacitado las adquirirá mientras se mueve hacia ello. No es lo que somos lo que nos detiene, sino lo que pensamos que somos.
Mucho de lo que nos proponemos en la vida está condicionado por nuestra forma de pensar sobre ello, o lo que es peor, por las ideas inculcadas por los demás al respecto. Si poseemos una voz interna insegura y desconfiada, mejor que procuremos ahogarla en el silencio. Y si nos encontramos con profesionales del desánimo, no les demos crédito. Sería darle balas a un enemigo que en cuanto perciba que despegamos tratará de abatirnos. Y como si no existieran dificultades ya de por sí, encima nos creamos más barreras que tienen que ver, sobre todo, con el miedo a fracasar; como si el fracaso nos inhabilitara, ya de por vida, para intentarlo de nuevo.
No quiero convencer a nadie que en el fondo de su alma no esté ya convencido, pero si recordar que en algún momento de nuestras vidas, y aunque ese momento solo durase un instante, seguro que nos creímos invencibles y capaces de cualquier cosa. Se trata de recuperar ese instante poderoso y prolongarlo indefinidamente. Imagínate tan grande como hayas pretendido en tu sueño mas excesivo, y no dudes en mostrar al mundo que ese eres tú en realidad.
LA VIDA TIENE SU PROPIO ECOUn padre y su hijo menor caminaban entre las montañas.

De repente, el hijo se lastima y grita desgarrado por el dolor: ¡¡¡¡¡Aaaaaahhhhhhhhh!!!!!En algún lugar de la montaña una voz repite su alarido: ¡¡¡¡¡Aaaaaahhhhhhhhh!!!!!Con curiosidad, el niño grita: ¡¿Quién está ahí?!Y recibe una respuesta: ¡¿Quién está ahí?!Enojado con la réplica, ya que parecía que aquella voz pretendía reirse de él y su dolor, el niño grita: ¡Cobarde!Y de vuelta: ¡Cobarde!El niño, al fin, mira a su padre y le pregunta: ¿Qué sucede?El padre sonríe y le dice: Hijo mío: presta atención. Y es el padre quien entonces comienza a gritar a la montaña: ¡Te admiro!Y la voz le responde: ¡Te admiro!De nuevo el hombre chilla: ¡Eres un campeón!Y la voz contesta: ¡Eres un campeón!El niño estaba asombrado, pero no entendía...-Mira hijo. La gente lo llama eco, pero en realidad es la vida. Te devuelve todo lo que dices o haces. Nuestra vida es, simplemente, un reflejo de nuestras acciones. Si deseas más amor en el mundo, crea más amor a tu alrededor. Si deseas felicidad, da felicidad a los que te rodean. Si quieres una sonrisa en el alma, da una sonrisa al alma de los que conoces. Esta relación se aplica a todos los aspectos de la vida. La vida te dará de regreso, exactamente aquello que tú le has dado. Tu vida no es una coincidencia, es un reflejo de ti.

Reflexión final: “Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento.” (Eleanor Roosevelt)

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