Revista Coaching

584.- "¿Quieres que te diga algo realmente subversivo? El amor es tan bueno como parece. Realmente vale la pena luchar, ser valiente y arriesgarlo todo por él"

Por Ignacionovo
Autor: Erica Jong¿Qué misteriosa fuerza nos impulsa hacia los brazos de una persona, mientras que nos aleja de otra que podría parecer igualmente deseable a ojos de cualquier observador imparcial?
De los muchos factores que influyen en nuestra idea de la pareja perfecta, uno de los más elocuentes, de acuerdo con John Money, profesor emérito de psicología médica y pediatría en la Universidad Johns Hopkins, es lo que él llama nuestro Lovemap -un grupo de mensajes codificados en nuestro cerebro que describe lo que nos gusta o nos disgusta-. El Lovemap, que todo ser humano posee, explica el porqué de nuestras preferencias en cuanto al cabello, el color de los ojos, la voz, el olfato o la estructura corporal de otra persona. También registra el tipo de personalidad que nos atrae, ya sea del tipo cálido y acogedor o del tipo fuerte y silencioso.
En pocas palabras, nos dejamos 'engañar' y perseguimos a las personas que más claramente se ajustan a nuestro Lovemap, que se empieza a gestar en la infancia. De hecho, a los ocho años de edad, el patrón de una pareja ideal ya ha comenzado a flotar en nuestros tiernos cerebros.
En sus días buenos (y el amor tiene un montón de ellos), todo parece tener sentido. Hace casi 30 años, la psicóloga Elaine Hatfield de la Universidad de Hawai y la socióloga Susan Sprecher de la Illinois State University, desarrollaron un cuestionario de 15 ítems que clasifica a las personas a lo largo de lo que los investigadores llaman "la escala de pasión-amor." Hatfield ha realizado la prueba en lugares tan remotos y dispares como EE.UU., las islas del Pacífico, Rusia, México, Pakistán y, más recientemente, la India, y ha encontrado que no importa dónde se mire: el amor apasionado existe. "Pareciera que solo la gente en Occidente era lo suficientemente 'tonta' como para casarse por amor apasionado", dice  Hatfield. "Pero en todas las culturas que he estudiado, la gente ama locamente."
Lo que los científicos, por no mencionar al resto de la humanidad, quiere saber por qué. ¿Qué nos hace  volvernos locos de amor? ¿Por qué nos preocupamos tanto, y tan angustiosamente, con ese ejercicio elaborado de coqueteos y de guiños y esa expresión tan exagerada de la alegría y la tristeza? "Solo tenemos una comprensión muy limitada de lo que es el romance en un sentido científico", admite John Bancroft, director emérito del Instituto Kinsey en Bloomington, Indiana. Pero esa comprensión limitada está en expansión.
Los científicos ya son capaces de distinguir el romance en ámbitos físicos específicos: visuales, auditivos, olfativos, táctiles, y todos los procesos neuroquímicos que hacen que sea posible. Pero todo esto, que puede ser necesario para la procreación simple, parece esencial para algo más grande. Cuál es ese fin mayor y cómo entenderlo racionalmente, es algo que todavía es una tarea pendiente.
Una fábula de amor (¡Qué pretendéis, es San Valentín!)
Todos los sentimientos se reunieron una vez en una isla: Amor, Odio, Envidia, Tristeza, Decepción, Coraje, Alegría, Admiración, Miedo, Deseo, Valor, Egoísmo, Lealtad, Ira, Fe, Rencor, Locura, Venganza, Lastima, Temor, Esperanza, Crueldad, Soberbia, Pasión, Compasión, Optimismo, Ternura, Soledad, Angustia, Duda , Euforia, Culpa...
Un día se dio la alarma y se anunció a los sentimientos que la isla se hundiría en breve. Así que, con el tiempo muy justo, todos fueron preparando sus botes salvavidas para salir de allí lo más pronto posible. Solo el Amor permaneció en la isla. Quería quedarse hasta el último momento por si alguien se rezagaba y así, ya cuando la isla estaba a punto de hundirse por completo, se vio obligado a pedir ayuda.La Riqueza pasaba junto al Amor en su lujoso bote y el Amor grito:Riqueza, ¿me puedes llevar?No, porque hay muchos objetos de plata y oro en mi barco y no tengo lugar para ti.El Amor decidió entonces pedir ayuda a la Vanidad, que también pasaba junto a él en en una hermosa nave,¡Vanidad, ayúdame por favor!Yo no te puedo ayudar, Amor. Estás muy mojado y puedes dañar mi barco.Tristeza estaba cerca y el Amor también le imploró, Tristeza, déjame ir contigo.Oh ... amor, estoy tan triste que necesito estar sola.La Felicidad navegaba cerca, pero estaba tan feliz que ni siquiera oyó la llamada del Amor.De repente, una voz exclamó: Ven Amor, te llevo conmigo. 
Quien había hablado era un anciano. Amor, agradecido y lleno de gozo, olvidó preguntarle el nombre a su benefactor. Poco después de alcanzar tierra firme, el amor se percató de su olvido y de cuánto le debía a aquel señor mayor y preguntó al Conocimiento:¿Quién me ayudó?El tiempo, contestó el Conocimiento.¿Pero por qué me ayudó el tiempo?El Conocimiento, con una amplia y sabia sonrisa, respondió: Porque solo el tiempo es capaz de entender lo importante que es el amor para la vida.

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