Revista Salud y Bienestar

6 formas de escuchar lo que necesita tu cuerpo

Por Salutis @MariaSalutis
A veces nos desconectamos durante tanto tiempo de nuestro cuerpo, bien con entretenimientos o distraídos en otros asuntos, que no nos hacemos idea del impacto que puede tener en nuestra salud.
Recuerdo muchas noches en las que me acostaba con el móvil en la mano y a pesar de que ya percibía la pantalla un poco borrosa y se me caían los ojos, persistía en no mover mi cuello y seguía enganchada evitando escuchar mi dolor.
6 formas de escuchar lo que necesita tu cuerpo
Hemos aprendido muchas formas inconscientes de huir de nosotros mismos, nos hemos habituado a ignorarnos y  perdemos la oportunidad de tomar acciones que nos ayudarían a sentirnos mejor.
Gracias a Dios la intuición, nuestra voz interior está siempre ahí para apoyarnos cuando nos sentimos mal. Los síntomas físicos son solo una forma que utiliza el cuerpo para hablarnos, pero existen otras vías en las podría estar avisándonos de algo importante.

¿Qué puedes hacer para conectar con esta guía interior y traducir la información que quiere mostrarte? 

Estos son algunos aspectos que puedes ir examinando:

Sentimientos Algunas personas lo llaman "corazonadas" o tener "malas o buenas vibraciones". Quizá no puedas  saber que sensación tienes en tu interior ya que puede tratarse de algo vago como sentirte un poco incómodo, no estar al cien por cien, un sentimiento extraño en tu interior. Pueden brotar cuando estas cerca de algún familiar, algún compañero o persona conocida. Pon atención, puedes tener algo pendiente que comentar con ella/el, o quizá te hable de un bloqueo propio en algún aspecto de tu vida. Descubre que emoción secundaria (miedo, vergüenza, disgusto) puede haber detrás de ese sentimiento y escuchalo aunque te resulte difícil y pon manos a la obra, tu tienes las respuestas.
Emociones Podemos equiparar los sentimientos a las emociones, sin embargo, para algunos, tienen diferencias sutiles. Una emoción puede parecer salir de la nada, como un síntoma en tu propio cuerpo. Quizá estés caminando por algún lugar, escuches algo que te dicen y sientas por ejemplo rabia. Aunque las emociones, al igual que los síntomas parecen nuestras y nos adaptamos a ellas, recuerda interrogarte cuando te sobrevengan para descubrir de que forma te pueden estar avisando de que no estás alineado con ese bien mayor que persigues para tu vida.
Síntomas
Podría ser cualquier sensación física como un hormigueo, escalofríos, fatiga, un "agujero en el estómago", etc. Una de las formas más fáciles de chequear ciertos síntomas corporales es respirar ampliamente varias veces hacia tus riñones y relajarse. Nos han educado para poner remedio e  ir tirando, y quizá pasar por alto lo que verdaderamente es necesario:  algún alimento específico, necesidad de re-ordenar el estilo de vida o un chequeo médico. 

Pensamientos
Existen momentos en los que viene un pensamiento a la cabeza pero la realidad es que la intuición está queriendo servirnos de guía. Recuerdo a mi amiga Marisa que sufría de episodios bulímicos y juzgaba su actitud como que no podía dejar de pensar en comida aún cuando no tenía hambre física. Durante una semana de observación de sus pensamientos descubrió que tras 30 minutos de tener esos pensamientos acerca de la comida, su nivel de azúcar bajaba de forma drástica y podía necesitar ir a urgencias. En esos momentos su cuerpo se sentía tan hambriento que ninguna cantidad de alimentos le podía saciar. Un efecto muy común si llegamos a tener el azúcar excesivamente bajo en sangre, es que se produzca un gran ansia por comer, además  lo haremos en exceso como manera de conseguir que se equilibren los niveles de azúcar en sangre.

Después de investigar los síntomas lo estaba sucediendo es que el sistema digestivo de mi amiga no funcionaba lo suficientemente bien como para captar las señales correctas de hambre en el momento adecuado. Su intestino delgado enviaba una señal de saciedad cuando su estómago estaba realmente hambriento. Pero en el estudio del caso, se dieron cuenta que su cuerpo estaba compensando esos problemas digestivos mediante el uso de sus pensamientos para enviar el mensaje de que "tocaba comer!". Marisa, comenzó a comer cuando pensaba en comida y funcionó muy bien hasta que su sistema digestivo pudo sanarse.
Nuestros cuerpos nos quieren! Cuando juzgamos las señales que estamos recibiendo como "malas" o "buenas", perdemos la oportunidad de permitir que nuestro organismo nos guíe hacia una mejor salud.
Sueños Para algunas personas las señales vienen en los sueños. Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, creía que los sueños golpeaban ligeramente la mente inconsciente y quizá fuese así. En un estudio, personas con amnesia y sin ningún recuerdo consciente de su vida, tenían recuerdos de su pasado cuando soñaban. Estudios como este han llevado a los científicos a creer que cuando soñamos, estamos accediendo a partes de nuestro cerebro que no solemos utilizar durante la vigilia.
Si no estás seguro de que paso es el siguiente en tu vida, pregúntate antes de acostarte y ten la intención de tener un sueño acerca de ello. Otra forma de trabajar con los sueños es escribirlos al despertar y preguntarte qué significado pueden tener, pero sería necesario consultar a alguien experto ya que el lenguaje de los sueños es simbólico y puede resultar peor guiarse por aquello que interpretamos y recordamos sin mas.PalabrasLouise Hay, autora del libro “Usted puede sanar su vida” e inspiradora de estas ideas, siempre ha sido una experta en  interpretar las palabras y determinar como condicionan los pensamientos y creencias personales. Después de superar un cáncer y varias enfermedades ha pasado su vida investigando la relación entre la forma en que nos hablamos y las cosas se suceden en nuestras vidas.
Poner atención a que nos decimos, que palabras utilizamos es otra manera de saber intuitivamente lo que funciona o no en nuestra vida. Por ejemplo, puedes encontrarte diciendo cosas como "Esto es muy duro para mi", "No puedo soportar esto", "El metabolismo comienza a fallar a los 40," o "Nunca me voy a aceptar"… Si te estas diciendo este tipo de mensajes puede que sea el momento de revisar tu sistema de creencias y ver cómo se pueden interpretar y modificar para mejorar tu salud. Recuerda que tu cuerpo escucha bien las palabras que te dices. 
Escucharse con curiosidad y escoger las palabras que nos decimos intencionadamente, son dos herramientas que nos programan para el bienestar.
¿Por donde te animas a comenzar?

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