Revista Coaching

617.- "Soy de la opinión de que cuando se trata a alguien como si fuera un idiota, es muy probable que, si no lo es, llegue muy pronto a serlo"

Por Ignacionovo

Autor: Fernando Savater ¿Has oído hablar del “Efecto Pigmalión”? Quizá, y sin saberlo, hayas sentido alguna vez, bien en tu vida o en la de alguien cercano, su benéfico impacto. “El efecto Pigmalión” es el proceso mediante el cual las creencias y expectativas de una persona respecto a otra, afectan de tal manera a su conducta, que la segunda tiende a confirmarlas. Es decir, si le decimos a alguien que es capaz de hacer una determinada cosa, la expectativa que le habremos transmitido hará que desarrolle las facultades para cumplir con el reto.
Del mismo modo que el miedo tiende a provocar que se produzca lo que se teme, la confianza en uno mismo, propia o contagiada por otros, puede darnos alas para realizar nuestros propósitos.
Cuenta la leyenda que Pigmalión, rey de Chipre y escultor, no encontraba a la mujer que se acercara a su ideal de perfección femenina. Cansado de buscar, esculpió en marfil a Galatea, su ideal de mujer. La estatua resultó tan bella y perfecta, que Pigmalión se enamoró de ella y la besaba y vestía con preciosas telas.

Pigmalión suplicó a Venus, la diosa del amor, que la estatua cobrara vida para ser correspondido. Al volver un día a casa, observó que la piel de la estatua se había tornado suave. Besó a Galatea y esta despertó y cobró vida, convirtiéndose en la deseada amada de Pigmalión.

El “Efecto Pigmalión” se da en todo tipo de ámbitos: laboral, escolar, social y familiar. Por ejemplo, las expectativas y previsiones de los profesores sobre el modo en que se conducirán sus alumnos, determina sus conductas, que acaban por confirmar lo que los profesores esperaban. Una profecía autocumplida es una expectativa que incita a las personas a actuar en formas que hacen que la expectativa se vuelva cierta.
Es posible, que los profesores otorguen a los alumnos que ellos consideran más capacitados, más y mayores estímulos, más tiempo para sus respuestas, etc. Estos alumnos, al ser tratados de un modo distinto, responden de manera diferente, confirmando así las expectativas de los profesores y proporcionando las respuestas acertadas con más frecuencia. Si esto se hace de una forma continuada a lo largo de varios meses, dichos alumnos 'predilectos' conseguirán mejores resultados escolares y mejores calificaciones en los exámenes
Hay una obra de teatro, Pigmalion, de Georges Bernard Shaw, que retrata de manera brillante este fenómeno. La obra comienza con un profesor de fonética, Henry Higgins, transcribiendo a la salida del teatro Covent Garden, en Londres, la dicción de las personas que se guarecen de la lluvia junto a él.
En ese contexto se topa con la florista Eliza Doolitle, cuyo lenguaje resulta muy vulgar. Ella lo mira extrañada, preguntándose por sus anotaciones y él le explica en qué consiste su trabajo.
En el segundo acto Higgins realiza una apuesta con su amigo, el coronel Pickering. Higgins afirma que, si así lo deseara, podría convertir a la florista en una "dama" en el plazo de seis meses.
Esta obra fue posteriormente llevada al cine en dos ocasiones, la segunda de ellas en 1964, en un filme protagonizado por Audrey Hepburn y Rex Harrison y titulado My fair lady.
”Para el profesor Higgins yo seré siempre una florista porque él me trata siempre como a una florista; pero yo sé que para usted puedo ser una señora, porque usted siempre me ha tratado y me seguirá tratando como a una señora.” Eliza Doolittle en la obra “Pigmalión” de G.B Shaw

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