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7 consejos prácticos para empezar tu propio huerto orgánico

Por Everde @BlogEverde
7 consejos prácticos para empezar tu propio huerto orgánico
Cultivar un huero orgánico, desde tu hogar, tiene numerosos beneficios. Además de pasar un rato agradable y divertido, podrás comer frutas, vegetales y especias más frescas y mucho más saludables. Debido a que has reducido una gran cantidad de toxinas acumuladas en el medio ambiente y de pesticidas, utilizados para que los bichos no coman los productos o para disfrazar la apariencia del alimento.
Los productos ecológicos y orgánicos, suelen ser más costosos que los que se compran en el supermercado, por lo que si decides cultivarlos tú, por ti mismo, en tu casa, te ahorrarás una gran cantidad económica.
1. Diseña Antes de comenzar a cultivar, diseña cómo será el huerto y qué espacio ocupará cada alimento, con el fin de recoger una cosecha mucho mejor. Así que deberás decidir cuáles son las frutas, verduras e hierbas que deseas que crezcan en tu zona y, también deberás buscar locales con semillas orgánicas para comprarlas. Averigua cuánto espacio vas a necesitar y cuál será el presupuesto estimado. Lo más recomendado para los patios pequeños es sembrar los cultivos en macetas. También puedes hacer un pequeño herbario a base de cajas y vasijas. Al realizar el diseño puedes establecer qué plantas crecen mejor según la estación del año en que se encuentren con el fin de tener una buena cosecha todo el año.
2. Empieza poco a poco Al principio puedes querer plantar mil plantas, con diversos comestibles, pero debes tener en cuenta que lo mejor es comenzar con un huerto pequeño para no agobiarte y poder seguir siendo constante. Además, ten en cuenta que si siembras demasiadas plantas de un mismo tipo, puedes acabar repartiendo salsa de tomate por todo el vecindario durante el verano. Comienza con algo pequeño y amplíalo en cada estación, dependiendo del producto a elegir.
Prueba con varias plantas y descubre cuál crece mejor en la tierra y lugar que has escogido. Si vives en una ciudad, puedes crear de forma fácil un huerto pequeño con macetas y canteros elevados en un balcón o en una azotea. Aunque también puedes optar por cultivar estos productos dentro de tu casa o en un invernadero los duros meses de invierno.
3. Elige plantas productivas Elige las plantas que mejor se dan en tu zona, por clima y altitud geográfica. Piensa a nivel local. Nada puede ser más frustrante que intentar que crezcan aguacates en Maine.
Otra cosa que deberás valorar será el tiempo y dinero que requieran esos productos. Por ejemplo, el maíz es un producto barato pero requiere mucho trabajo. Sin embargo, las bayas son muy caras pero muy fáciles de cultivar. Deberás escoger un cultivo que conlleve poco trabajo y dinero.
4. Comparte y haz intercambios Si realizas la compra de un gran paquete de semillas y te sobran, compártelas con tus amigos y vecinos. Puedes hacer lo mismo con las herramientas que utilices en tu plantación.
Compartiendo y diseñando de forma eficiente tu cultivo puedes llegar a disminuir en gran medida los costos de la compra de los equipos, sobre todo si tienes que hacerte con herramientas grandes.
5. Utiliza suministros orgánicos Si quieres que las semillas sean orgánicas puedes comprarlas en tu localidad o a través de correo habitual. No utilices pesticidas ni herbicidas ya que contienen gran cantidad de químicos que solo perjudican a tu salud.
Por el contrario, puedes optar por productos naturales que puedan combatir las malas hierbas, las plagas, enfermedades o problemas que pueda tener el suelo. Estos productos son más sanos y mejores tanto para tu salud como para el medio ambiente.
Deberás asegurarte de que el lugar donde vas a llevar a cabo tus prácticas, no esté contaminado con fertilizantes ni otro tipo de componente químico. Trata la tierra de forma orgánica, así como su abono, el cual puedes crear a través de residuos de tus alimentos.
6. Complementa tus planes Realiza una investigación sobre los métodos tradicionales de horticultura natural con el fin de cultivas las plantas que se lleven bien entre sí y se complementen, como la permacultura.
Por ejemplo, dos productos que crecen bien juntos son las calabazas y los frijoles, o las papas y el maíz. El cultivo complementario es muy interesante ya que contribuye con los nutrientes del suelo y garantiza que la planta tenga éxito de forma general.
7. ¡Diviértete! La horticultura es una actividad que puede unir y mejorar las relaciones de toda la familia. Recuerda que ningún huerto es perfecto, no te obsesiones con ser perfeccionista. Escoge las plantas que más te gusten y disfruta de la vida viendo cómo crecen y ayudándolas en su desarrollo.

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