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7 palabras tóxicas que están saboteándote

Por Lorena White @lorenagwhite

Seguro que has escuchado hablar de las personas tóxicas. Y seguramente que si te digo que hay palabras tóxicas, que habitualmente utilizamos, y que en la mayoría de los casos sólo nos limitan y nos sabotean, no me creas. Pero es totalmente cierto.

Ya sea llevando a cabo cualquier tipo de proyecto, escribiendo en tu blog o en tu vida personal, hay ciertas palabras que, cada vez más, utilizamos como parte de nuestro día a día y nuestra rutina, sin darnos cuenta de lo dañinas que son para nuestra autoconfianza, para nuestra productividad o incluso para nuestra creatividad.

7 palabras tóxicas que están saboteándote

Hoy te traigo 7 ejemplos de esas palabras tóxicas (aunque hay infinitas). Creo que es necesario recordarte el poder que tienen las palabras, y sólo por el cambio que podemos generar en nuestra propia vida, en nuestra forma de hacer las cosas o en nuestra manera de abordar los problemas, merece la pena que las erradiques de t vocabulario. Aquí van:

1. Perfección:

Me considero una persona perfeccionista, en el sentido de que las cosas me gustan bien hechas y pulidas, y que además, sean fruto de haber dado el 100% de mí para conseguirlo. Sin embargo, también creo que la perfección no existe, que es una especie de utopía, toda una creencia limitante que, en la mayoría de ocasiones sóo sirve para retrasarnos o frustrarnos. Y eso hace que esta palabra sea una de las más tóxicas que existen.

2. Competitividad:

Antes de nada, hay que dejar claro que no está mal ser una persona competitiva. Tenemos el pensamiento de que, el hecho de que nos guste la competición, es una prueba de que siempre queremos ganar, quedar los primeros, quedar por encima del resto. Pero no es cierto. Lo que hace tóxica a la competitividad es llevarla al extremo de sentirnos fracasados cuando no nos toca ganar, cuando no hemos sido los mejores; o de perder la capacidad de reconocer los méritos y triunfos del resto.

3. Incapaz:

Todos nos hemos sentido incapaces de hacer algo alguna vez. De hecho, algunos somos incapaces de hacer ciertas cosas. Pero de ahí, a sentirnos incapaces antes ni siquiera de intentarlo, va un trecho. Retira la palabra “incapaz” de tu vocabulario.

4. Imposible:

Si algo he aprendido a lo largo de mi vida es que, que algo sea posible o imposible es un poco relativo, y depende más de los ojos del que mira la situación, que de la situación en sí. He visto cosas que eran imposibles y se han hecho posibles y he creído que era imposible lograr algo que después conseguí. Ahora simplemente la palabra imposible no me gusta, me parece demasiado imprecisa, demasiado relativa. En cambio, utilizo “poco probable” y me agarro a la posibilidad de que, si existe una pequeña oportunidad, por ínfima que sea, de lograr algo, ya merece la pena intentarlo.

5. Comparación:

En el caso de la comparación ya no es sólo la palabra, es el hecho en sí. Vivir constantemente comparándonos con los demás es una tortura. Siempre habrá alguien mejor que tú, que haga las cosas mejor que tú, que tenga MÁS de algo que a ti te falta… Entonces, ¿no hace todo esto que el hecho de compararse sea absolutamente improductivo? En todo caso, si vas a compararte con alguien, que sea contigo mismo, pero en mejor versión.

Existe al menos un rincón del universo que, con toda seguridad, puedes mejorar, y eres tú mismo.(Alduous Huxley)

6. Fracaso:

Hay conceptos a los que se les ponen palabras que ya de por sí, suenan absolutamente negativas. El fracaso, que perfectamente podría llamarse también “aprendizaje”, es una de ellas. Creo que la propia palabra hace que le tengamos más miedo todavía y en realidad, tampoco pasa nada por fracasar de vez en cuando. Siempre que aprovechemos esa “caída” para impulsarnos.

Mark Cuban dice: “No importa cuántas veces fracases. No importa cuántas veces casi sale bien. Nadie va a saber ni a nadie le importan tus fracasos, y tampoco deberían importarte a ti. Todo cuanto has de hacer es aprender de ellos y las personas que te rodean porque todo cuanto importa que salga bien una vez. Entonces todos podrán decirte la suerte que tienes”.

7. Excusas:

Las excusas no solo son tóxicas sino que son venenosas. Son lo más venenoso que puedes hacer por ti. Son todos esos pretextos que ponemos para no hacer algo que, generalmente, tenemos que hacer. A veces se disfrazan de “algún día”, “ya mañana” o “tal vez luego”. Cuidado con ellas.

¿Y tú? ¿Qué más palabras añadirías a la lista de “TÓXICAS”?


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