Revista Sociedad

8 de cada 10 empleadas donésticas en Euskadi no cotizan a la Seguridad Social

Publicado el 15 enero 2012 por Hogaradas @hogaradas

Pese a este dato, no cabe hablar en todos los casos de economía sumergida, ya con el anterior régimen no era obligatorio cotizar si se trabajaba menos de veinte horas semanales. Se calcula que alrededor de un 7% (5.040 personas) se ajustaba a esta condición y que el resto, unos 68.000 empleos, sí se ejercían fuera de la legalidad.
El cambio de ley obliga ahora a cotizar desde la primera hora, lo que debería suponer que se regularizara la cifra mencionada de los 72.000 empleos. Pero una cosa es la teoría y otra la práctica.

ŤLa reforma es un paso adelante hacia la equiparación del sector con el resto de trabajadores, pero no esperamos ningún aluvión de contratosť, ya que la tentación de permanecer en el empleo sumergido seguirá presente, asume Isabel González, asesora laboral deComisiones Obreras en Donostia y responsable de informar sobre la reforma de la Seguridad Social a empleadas y empleadores.

El sector parte de una situación muy desfavorable caracterizada por la precarización de las condiciones laborales. El estudio del Gobierno Vasco resaltaba que uno de los factores que han contribuido a esa depreciación del colectivo ha sido Ťla necesidad inmediata de dinero, lo que se ha traducido en un descenso del umbral de exigencia laboralť.

Los abusos han ‘atacado’ desde diferentes flancos, pero uno de los que han proliferado han sido las agencias privadas de intermediación, a pesar de que sólo son legales las que tienen autorización del INEM. En un sector Ťpeculiarť, muchas trabajadoras no encontraban suficiente aliciente que justificara su afiliación, porque no les compensaba económicamente ni valoraban tener una situación regularizada.

El sector suele ser, además, una salida para las personas que quieren completar su salario ‘oficial’ con un dinero extra que no se cotiza. Muchas de ellas seguramente preferirán seguir desempeńando su trabajo al margen de la ley. La propia flexibilidad de la anterior norma ha dado como resultado un amplio abanico de situaciones que ahora deberán convergir en la nueva normativa.

Desde el 1 de enero, toda persona que tenga un empleado de hogar en su casa debe darle de alta en la Seguridad Social, como en cualquier trabajo, aunque éste se desempeńe en la privacidad de un domicilio o lo haga durante unas pocas horas a la semana.

La regulación ya liquidada, que sindicatos y trabajadores consideraban del todo anacrónica, permitía no cotizar si se trabajaba menos de 20 horas a la semana, lo que dejaba muchas horas de trabajo fuera de la economía regular. También contemplaba la posibilidad de cotizar por cuenta propia del trabajador si el empleado trabajaba al menos 72 horas mensuales para más de un hogar.

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