Revista Coaching

8 factores que debes considerar antes de emprender

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

Ser emprendedor es quizá la parte más emocionante en la vida de un empresario. Cuando se cree en una idea, en un proyecto o en un producto y se tienen las herramientas para materializarlo, toda la energía e ilusión se depositan en hacer florecer esa iniciativa.

Es común que el emprendedor no tenga experiencia en hacer florecer esas ideas y como la atención se centra en lograr esa materialización, se pueden obviar otras situaciones que lejos de dejar de ayudar al proyecto, lo perjudican.

Aunado a lo anterior, existen otras situaciones que detienen el crecimiento de las empresas. De acuerdo con el "Reporte Global" de Global Entrepreneurship Monitor de 2014, las principales razones de la discontinuación de las empresas en México y Latinoamérica son:

  1. Que el negocio no es rentable
  2. Razones personales
  3. Problemas en obtener financiamiento
  4. Otras oportunidades de empleo o negocio
  5. Oportunidad de vender el negocio
  6. Algún incidente
  7. La discontinuación estaba planeada
  8. El retiro de la persona

Por su parte el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) presenta indicadores de demografía económica donde se muestran diferentes comportamientos dependiendo del tamaño de los negocios. La probabilidad de muerte de la empresa es mayor conforme los negocios son más pequeños. Por ejemplo, cuando hay máximo 2 personas ocupadas se encontró que cuatro de cada diez negocios mueren durante el primer año de vida y su esperanza de vida al nacer es de casi 7 años. Esta probabilidad decrece conforme las unidades económicas son más grandes y la esperanza de vida tiene un comportamiento creciente conforme aumenta el tamaño. Cuando son de 3 a 5 personas las ocupadas, la probabilidad de discontinuidad en el negocio baja a 30% en el primer año.

Más allá de las características del ambiente de negocios que rodea al emprendedor, que incluye los apoyos de gobierno, la tramitología, las características de la industria y el tamaño del mercado entre otras, el emprendedor puede estar alerta a ciertas circunstancias que elevarán la probabilidad de éxito.

Una buena idea no necesariamente será viable comercialmente. No solo se necesita creer apasionadamente en el proyecto, se debe ser objetivo sobre su aplicabilidad práctica. Algunos expertos señalan que es más fácil encontrar una necesidad actual para satisfacer que crear una necesidad en el consumidor. Un consumidor podrá adquirir un producto o servicio por la novedad, pero si no satisface una necesidad, eventualmente dejará de adquirirlo.

Si detectar y satisfacer una necesidad existente es difícil, mantenerse vigente lo es aún más. Cuando un producto es exitoso, la competencia inevitablemente es atraída como imán al metal. Y en muchos casos vendrá de empresas con alguna ventaja sobre el emprendedor, ya sea en tamaño, recursos, cadena de distribución, acceso a clientes más grandes, capacidad de investigar y mejorar considerablemente el primer producto, costo, rapidez para llegar al mercado o capacidad de producción. Se vuelve entonces fundamental para el emprendedor tener un plan B, o bien la secuela a la primer historia. Debe tener una capacidad importante de adaptación, de aprendizaje y de lectura sobre cómo se puede mejorar el primer producto o servicio rápidamente y ejecutar a la brevedad esa mejora para ir un paso adelante sobre la competencia.

Este no es el momento de tener oficinas lujosas o personal excesivo, cada gasto en el proyecto y su administración deben ser cuidadosamente vigilados. Se deben lograr los objetivos al menor costo posible, aun si esto implica hacer sacrificios de otro tipo de recursos que en esta etapa del proyecto pueden ser aprovechados.

Un ejemplo de estas prácticas es la forma en que muchos proyectos famosos de emprendedurismo captan y conservan talento humano. No lo hacen con grandes sueldos y prestaciones a su personal. No se cuenta con los recursos financieros para hacer esa inversión en el personal ni con la certeza de que efectivamente sea una inversión. Entonces, ¿cómo lograr atraer ese talento y lograr que permanezca en el proyecto? Con la promesa de que compartirán el beneficio de este esfuerzo cuando sea comercialmente viable. Y eso se logra otorgando participación en el negocio a esas personas. Casos famosos de lo anterior son Yahoo, Google y Facebook.

En sus inicios, los integrantes del equipo perciben sueldos modestos y paquetes accionarios que pueden llegar a valer mucho en caso del éxito, y muy poco o nada en caso del fracaso. Ese recurso con el que cuenta el emprendedor, la capacidad de compartir el fruto de su idea, es un recurso que puede aprovechar en este momento, que en los inicios del proyecto no tiene un costo representativo para él y sí un potencial beneficio que aumenta las probabilidades de éxito con la participación del equipo.

Los recursos son escasos y difíciles de conseguir, mientras los proyectos deben ser financieramente viables para subsistir.

El emprendedor debe contar con múltiples fuentes de financiamiento o por lo menos con varias fuentes probables de financiamiento. Se debe agotar la búsqueda de apoyos gubernamentales y diversificar las opciones como fuente de recursos. Los proyectos inician del financiamiento conocido como friends & family (por el apoyo económico que se recibe de personas conocidas del emprendedor) y puede ser secundado por capitales ángel o de riesgo, normalmente a cambio de un porcentaje en el capital del proyecto o con la promesa de compartir los frutos del mismo.

La adquisición de financiamiento a costos atractivos es fundamental para las perspectivas del proyecto. En estos casos, siempre es aconsejable recibir la asesoría de algún experto, que podrá cobrar un porcentaje por la obtención del financiamiento a costos adecuados.

La tramitología en México es un lastre para los proyectos de emprendimiento. Desde los requisitos y costos para constituir una empresa hasta el costo de cumplir con las obligaciones fiscales para mantenerla en operación. Lo importante en este momento es incubar adecuadamente la idea o producto.

También es importante asegurar la propiedad intelectual de los desarrollos. Ya sea un producto, un diseño, un nombre, una marca o un proceso, el emprendedor debe asegurar esa propiedad intelectual obteniendo los registros correspondientes. Estos representan la titularidad de ese bien tangible o intangible, que generará los recursos futuros. Para hacer ese registro, recomendamos asesorarse por ejemplo con abogados experimentados en la materia.

Otros trámites importantes a considerar son aquellos relacionados con el comercio exterior. Se requieren diversos trámites para realizar actividades de importación y exportación en nuestro país. En este aspecto, también es importante que el emprendedor reciba asesoría de personas experimentadas en el tema, como agentes aduanales.

La cuestión de la elección y continuidad del equipo de trabajo del emprendedor es crucial. En un inicio, tal vez participen personas que compartieron la idea o ayudaron a su nacimiento. Pero no todas las personas son idóneas para todas las actividades. En este punto, el emprendedor debe detenerse un poco en el camino a analizar la asignación de funciones y responsabilidades. Se debe analizar:

  • ¿Quién debe continuar con el desarrollo del producto o servicio?
  • ¿Quién debe promoverlo, venderlo?
  • ¿Quién debe encargarse de encontrar el financiamiento?
  • ¿Quién debe administrar?

Como se indicó arriba, manteniéndose ligeros, se deben asignar estas funciones y responsabilidades a quién mejor las pueda desarrollar. De ser necesario, el equipo de emprendedores debe tomar la decisión de apartar a alguien de alguna función si no fuera el mejor en esa asignación.

Los mentores se caracterizan por ser personas que ya han recorrido el camino y con su experiencia pueden dar consejo valioso al emprendedor, usualmente de manera voluntaria, gratuita y desinteresada. Para el mentor, la principal retribución es la satisfacción de saberse útil y valioso para un nuevo empresario. ¿Por qué no aprovechar ese cúmulo de experiencia para aplicarlo en el proyecto?

Por otro lado, los mentores suelen ser una fuente importante de contactos a los cuales el emprendedor probablemente no tendría acceso sin su ayuda. Una recomendación por parte del mentor abrirá muchas puertas, evita la incertidumbre sobre la calidad del recomendado y agiliza la consecución de resultados. Se eficientan los recursos al evitar errores de la inexperiencia y se agilizan los pasos para llegar a una meta.

En estas relaciones, recomendamos que el emprendedor se muestre agradecido, humilde y atento. Debe cumplir con sus compromisos y dar seguimiento a los acuerdos que tome con su mentor ya que de otra forma, este último perderá interés. ¿Quién quiere dar consejos a alguien que los ignora o no les asigna importancia?

Para conseguir a un mentor, lo ideal es acudir directamente con la persona que se perciba como experta en el tema y solicitar la mentoría.

Existen diversas actividades y funciones que pueden distraer al emprendedor. En este punto de la vida del proyecto, normalmente no se cuenta con personal que se encargue de las labores rutinarias de una empresa, como pueden ser la administración de sistemas, de los recursos humanos, la tesorería, la contabilidad, por mencionar algunos. Y es muy probable que no se desee armar toda una estructura administrativa que realice estas funciones.

Para realizarlas, lo mejor es obtener apoyo de otros especialistas o asesores externos que realicen esas funciones de una manera más eficiente y económica. En lugar de igualas mensuales, se pueden considerar esquemas de intercambio de costos fijos por variables en la estructura financiera del emprendedor o condiciones flexibles en la prestación del servicio.

La clave al contratar los servicios externos de apoyo a los negocios es hacerlo con alguien profesional.

Se tiene la percepción que hay una edad límite para que el emprendedor inicie su esfuerzo. O bien, que solo se puede tratar una vez. Debemos generar el ambiente que fomente el emprendimiento.

Cuando una persona es valiente y cree en su proyecto a tal grado que decide arriesgar sus recursos y tiempo para perseguir ese sueño, debemos evitar poner obstáculos y por el contrario, facilitarle las herramientas para llevar su proyecto a buen puerto. Y si ese proyecto fracasa, se aprenderá la lección, pero no se eliminarán las ganas de volver a intentarlo.

*Integrante y presidente de la Comisión del Sector Empresarial del Colegio de Contadores Públicos de México


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