#8 Vetusta Morla - Otro día en el mundo (2008)

"Mírame, soy feliz, tu juego me ha dejado así.
Consumir, producir, la sangre cubre mi nariz.
No sé dónde quedó el rumor que nos vió nacer,
pagó la jaula al domador."

Bombillas fundidas, varadas en los rincones de las veredas. Zumbidos que obstinan la vista, rugidos que hipnotizan pasos, roces censurados, felpudos discriminados, abandonados por los pasos más cuerdos. Letras atrofiadas, empolvadas en los sótanos. Torpes gracejos de horror y cuyas ondas sonoras resquebrajan el vórtice reflejado en la calma del océano.
El ser humano fue su creador y creó espejismos con sus respectivos abismos. Y dudaba con su ignorancia revelada en su primer destino anclado. Escrutaba sus pasos y los encerraba entre signos interrogatorios. Alzaba las cejas y dudaba sobre el cosmos. ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Qué hago y no dejo de hacer? ¿Qué sentido en el sinsentido?
Al final algunos insensatos dejamos las dudas en la gabeta de la edad. Un día mordimos el aire, exhibimos la sabia carcajada porque hallamos el sentido del latir. Abandonamos las altivas jaulas, las agujas de la pared, los números violando palabras, los maniquíes transeúntes. Y la razón era la revolución del sentido.
El sentido era un destello. El sinsentido su anulación.