Revista Cultura y Ocio

A cielo abierto

Publicado el 15 marzo 2013 por Juliobravo
A cielo abierto Supe por primera vez de esta función de David Hare, cuyo título original es «Skylight», por Nacho Artime, quien la quería, creo recordar, para que la interpretara Verónica Forqué junto a otro actor. Aquel proyecto se diluyó y en 2003 la puso en pie, en Barcelona, José María Pou con el título catalán de «Celobert». El éxito obtenido en la Ciudad Condal y la llamada de Calixto Bieito a Pou para que protagonizara «El Rey Lear» impidieron que el montaje viniera a Madrid. Pero el actor recuperó el texto el pasado año y tras una exitosa temporada en Barcelona, ha llegado, esta vez sí, a la capital, concretamente al teatro Español.
Estrenada en Londres en 1995, «Skylight» obtuvo en su día el premio Laurence Olivier (el más importante del teatro británico) a la mejor obra y un año después, tras su estreno neoyorquino, logró el Tony. David Hare, su autor, es uno de los más notables dramaturgos de nuestros días, con obras como «Via Dolorosa», «El beso de Judas», «La habitación azul», «Plenty» o «La hora vertical». Su teatro es directo, incisivo y valiente, a la vez que sugerente y extraordinariamente escrito.
Lo es también «A cielo abierto», una erizada historia de amor herido e imposible entre dos seres humanos, que es también la historia de amor herido e imposible de nuestra sociedad. David Hare plantea un intenso combate dialéctico en el que, tras una relación desigual y una traumática ruptura, afloran con tanto fervor sentimientos y reproches, gritos y lágrimas, besos y zarpazos. Los contendientes son antagonistas en su manera de entender la vida y les separa una gran diferencia de edad. Pero se quieren... Profundamente. El autor se pregunta si el amor es capaz de superar las muchas diferencias vitales que los aleja. Él mismo se responde negativamente. Los diálogos son brillantes, efervescentes, sonoros. Si algo tengo que reprocharle al texto es su maniqueismo, pero es una formidable pieza de teatro, reflexiva y apasionante.
José María Pou le imprime su sello al montaje. En todas sus recientes puestas en escena (desde «La cabra» a «Los chicos de Historia», pasando por «Llama un inspector») hay un rigor y una solidez extraordinarias, un perfume a ese teatro británico que a él tanto le gusta. En «A cielo abierto» no decepciona, y su interpretación de Tom es al tiempo robusta, acerada y conmovedora. Nathalie Poza también dibuja su personaje, Kyra, con una amplia paleta de colores, de la dureza a la fragilidad. Los dos consiguen que de su duelo salten chispas y que «A cielo abierto» se convierta en una soberbia experiencia teatral.

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