A menos de cinco centímetros (Marta Robles)

Datos técnicosTítulo: A menos de cinco centímetrosAutor: Marta RoblesEditorial: EspasaPrimera edición: 31 de enero de 2017SinopsisMarta Robles entra por la puerta grande en su primera incursión en la novela negra, con una ambiciosa obra coral, con dos pilares clásicos, el detective desencantado y la femme fatale, en torno a los que pivota una trama muy turbia que se desarrolla en múltiples escenarios, y donde el sexo es uno de los principales protagonistas.La mujer es Misia Rothman, la bella y sensible esposa de un multimillonario del mundo de la comunicación, que cae fascinada por Artigas, el escritor de más éxito del momento, cosmopolita, mujeriego y con un punto cínico.Y el detective es Roures, un excorresponsal de guerra, reciclado en investigador de infidelidades, a quien, tras perder la enésima batalla de su vida, le toca reinventarse desde una modesta buhardilla de Malasaña y a quien acude la joven Katia Cohen con un sorprendente convencimiento: Artigas no solo mató a su madre, de quien fue amante, sino que ha asesinado al menos a otras tres mujeres.
Autor
Marta Robles es escritora y periodista.
Ha recorrido una impresionante trayectoria en prensa, radio y televisión, jalonada con prestigiosos galardones en todos los medios. Es autora de varios ensayos, biografías y novelas y en 2013 fue la ganadora del premio Fernando Lara con Luisa y los espejos.Opinión personalMe cuesta dos vidas tenerme que poner a reseñar esta novela. En primer lugar, porque no tengo tiempo. En segundo porque el poco que tengo no me gusta perderlo en hacer posts negativos. Pero es un libro que me tocó en uno de los «sorteos tuiteros» de la Yincana Criminal y una de las condiciones, además de leerlo, es reseñarlo. Os juro por mi Atleti que me apetece menos dos, pero aquí estoy.Esta novela promete mucho y todo se queda en agua de borrajas. No está mal escrita y la historia parece interesante, hasta que empieza a desinflarse y el final es una ida de pinza de agárrate que vienen curvas.Cuando empecé la lectura simultánea, lo primero que dije es que me acercaba a esta novela con muchos prejuicios, pero no porque la autora sea famosa, que en este país ya lo es casi todo el mundo y a mí eso me viene dando completamente igual, sino porque no la veía escribiendo novela negra. Si acaso un thriller, pero no más allá. Y lo intenta, pero no lo remata. Voy a intentar explicar por qué me ha decepcionado y me ha dejado un regusto amargo:

Porque se hace un abuso indiscriminado de las marcas. Que vale, que muy bien, que nos movemos en un ambiente de lujo y a lo mejor alguna es necesaria, pero no creo que lo sea que se nos cuente cuántos botones tiene una camisa y de qué tipo son los zapatos. Demasiado dato innecesario para mi gusto.

Porque aunque los personajes son buenos (algunos, como Roures e Isabel, muy buenos), no termina de sacarles todo el partido que tienen. Se dedica a pasearlos por las páginas pero no los asienta.

Porque las comas (sí, el signo ortográfico) son una plaga. Tantas cortan el ritmo de la lectura y nos hacen que nos detengamos sin tener que hacerlo. Tan horrible es su falta como su exceso, que es lo que sucede aquí.

Porque la mezcla de la frivolidad de Misia con la dureza de la vida de Roures en lugar de ser un contrapunto perfecto me ha llevado a pensar que los capítulos de cada uno los han escrito personas diferentes (o que se han escrito en momentos distintos, pero no seguidos), porque no tienen nada que ver.

Porque promete muchas escenas de sexo y hay tres y mal contadas. Y son muy explícitas, pero no de alto voltaje. Vamos, unas posturas del Kamasutra de lo más normalitas.

Porque en la ambientación deberían contrastar la vida de lujo de algunos protagonistas y la vida de un reportero de guerra, con descripciones muy duras y descarnadas de los conflictos bélicos en algunos países. Y se queda a medio gas. Me han puesto los pelos como escarpias los pasajes de Sierra Leona o Rwanda, pero los dedicados a Artigas y Misia me han dado lo mismo, no me aportaban nada, porque no me interesaba en absoluto se bebían whisky de una marca o comían solomillo a la pimienta.

Porque parece que va a ser un libro sobre libros y se queda en la mención de títulos y títulos de ediciones de coleccionista. Porque apunta maneras de hacer una critica a editoriales, lectores y autores y se queda en la superficie.

Porque a pesar de tratar temas tan duros como la guerra, la trata, la violencia machista, la prostitución o a manipulación de los medios, los toca de pasada pero sin adentrarse en ellos. El abanico que ha abierto es demasiado amplio para poder desarrollar todos en su perfecta medida.

Porque no mantiene la tensión de manera uniforme, ya que se ve constantemente cortada por escenas superfluas que no aportan nada a la trama principal, lo que provoca demasiadas oscilaciones en el ritmo.

Porque algunas de las tramas se quedan sin cerrar, o se cierran en falso y de mala manera, como si hubiese prisa por terminar. Tantos frentes abiertos en una primera incursión en el género pueden terminar pagándose caro.

Y porque el desenlace, como ya he adelantado, es una auténtica locura. Creo que es lo que ha hecho que el resto de la novela, que hasta entonces la había ido sobrellevando más o menos bien, me haya dejado este amargo sabor de boca. Y todo hubiera quedado en un simple calentón por haber perdido el tiempo si no hubiese sido porque la autora, cuando se lo dije públicamente en Twitter, me respondió: «el desenlace en las novelas negras es parte de la historia, no la conclusión». Y con esta respuesta me quise morir, porque ni lo es de una escritora para una lectora ni es una explicación de ninguna clase. Es, simple y llanamente, nada. Me he debido perder algo en los cientos de lecturas que llevo de este tipo, porque esta contestación no es ni medianamente normal.

Valoración: 6
Leído el 8 de febrero de 2017 A menos de cinco centímetros (Marta Robles)