Revista Infancia

A mi hija le podéis pedir besos... ¡no pasa nada!

Por Poqui

 Para comenzar este artículo, primero permitidme daros un consejo: sed cautos con algunos blogs, sobre todo aquellos que dan información como si fuera científica sobre temas de crianza, educación,... y que los escriben personas que no son profesionales, ni tienen una formación adecuada. La libertad de expresión es un derecho y en un blog podemos escribir lo que queramos, pero ahí estamos nosotros para seleccionar la información y las fuentes que nos informan. A veces, se transmiten meras opiniones como si fueran verdades universales.
Cada cual puede ver una misma realidad de manera distinta y por ello voy a comentar un artículo que leí hace poco  que da lugar a muchas reflexiones e interpretaciones. Os  pongo a continuación el enlace para que podáis verlo.
http://espanol.babycenter.com/blog/mamas/por-favor-no-le-pidan-besos
Básicamente, habla del poder de decisión de los niños en cuanto a dar un beso o no a personas desconocidas y nos lo explica de esta manera:"Al saludarnos, mi amiga nos presentó a sus amigas y una de ellas, muy decidida, cogió la mano de mi hija y le dijo como dándole una orden: “¿Me das un beso?”. Mi amiga, al notar que mi hija no quería, también la quiso obligar con “sí, ¡dale un beso!”. Entonces yo intervine: “Lo siento, pero ella no le da besos a personas que no conoce”. Mi hija estaba abrazada a mi y a pesar de que es muy sociable, estaba con la cara recostada contra mi pecho, escondiéndose."
La situación es muy común. Seguro que hasta nosotros recordamos  algo parecido en nuestra infancia, pero con algo menos de dramatismo. Hasta ahí todo bastante lógico. Pero pienso en cómo se debió quedar la amiga con esta contestación, pues seguramente le pidió el beso a la niña por ser agradable. Pero esto es otro tema y quiero ahondar más en lo que podemos aprender de ella.
Sinceramente, después de esto la madre debería haber hablado con su hija y haberle comentado que por educación y, pensando en la otra persona,  debería haberle dado un beso o acercarse para que se lo hubiera dado ella.
Eso no le va a llevar a que su hija sea una futura víctima de abuso sexual. Las cosas hay que diferenciarlas y no sacarlas de contexto.
Os remito  a un artículo que publiqué hace tiempo en el que comento medidas de prevención para estos casos: http://dudasdepapas.blogspot.com.es/2014/10/el-abuso-sexual.html
En el artículo se hace hincapié en el poder de decisión de los niños y, es cierto, que pueden elegir, pero como profesional hago la siguiente reflexión: no podemos dejar que el niño decida todo lo que hace o deja de hacer, porque si no, ¿qué papel tenemos en su educaciòn?
Recuerdo una vez que unos padres me comentaban que el niño cada día decidía en qué coche quería ir: en el de su padre o su madre. Y, claro, con ese poder... cada vez escogía una cosa distinta, manipulaba y manejaba a sus padres como quería.
No debemos olvidar que vivimos en una sociedad y, como tal, existen unas normas preestablecidas. ¿Os imagináis negando el saludo a vuestro jefe porque no os apetece hacerlo?
Así que, más que restringir su aprendizaje en esta situación yo aprovecharía para trabajar las siguientes cuestiones:
  • Habilidades sociales: Cada persona es distinta y no todos los niños se desenvuelven de la misma manera en distintos ambientes. En ocasiones, la timidez, la falta de seguridad en sí mismos nos lleva a situaciones como ésta. Si trabajamos con ellos estas habilidades conseguiremos que el niño aprenda a manejar las distintas situaciones que se le planteen en su vida. La empatía, ponerse en el lugar del otro, enseñarle a hacerlo les proporcionará herramientas para relacionarse. Es algo muy sencillo y a la vez complicado "no hagas lo que no te gustaría que te hicieran".
  • El apego: Que un niño no se separe de su madre no quiere decir que tenga un apego seguro, más bien todo lo contrario. El apego seguro consiste en aquel que deja al niño explorar su mundo y relacionarse con otras personas sin las necesidad de estar continuamente con esa figura, que sólo acuda a ella cuando realmente lo necesite.
  • Las normas sociales: Parte de nuestro trabajo como padres, educadores,... consiste en que nuestro hijo consiga integrarse de manera satisfactoria en la sociedad. Y, para ello,  nosotros le debemos mostrar a través del modelo de nuestro comportamiento y nuestras palabras cómo debe hacerlo. Los saludos, el dejar salir antes de entrar, el pedir las cosas adecuadamente, el esperar el turno... Aunque a veces se nos olviden son importantes para la vida en convivencia con nuestros iguales.
Por otro lado, deciros que, a veces, en niños muy pequeños y, concretamente, en situaciones como la de dar un beso a un familiar, la insistencia por nuestra parte puede hacer el efecto contrario al deseado: que cada vez que vean a esa persona no le quiera dar un beso. Dejadles libres en ese momento, no insistáis, poco a poco irá con el tiempo aceptando a esa persona. En ocasiones, no sólo debe trabajar el niño, sino también el adulto interesado.
Espero que os haya gustado el artículo, yo he visto el tema a tratar desde otro punto de vista y, si os he hecho reflexionar al respecto, me alegro, era mi objetivo.
A mi hija le podéis pedir besos... ¡no pasa nada!

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