A propósito de la 47 Asamblea General de la OEA

Por J.M del Río (Colaborador de la Santa)

Hace unos meses Venezuela comunicó su intención de abandonar este Ministerio de Colonias, que desde que Luís Almagro, obsequioso “gusarapo con levita” al servicio del imperio, asumió su Secretaría General, se han violado todas las normas internas para tratar de arrinconar al Gobierno Venezolano, promover acciones en su contra e intentar crear condiciones para que se produzca una intervención (incluso militar), contra el país hermano. La Canciller venezolana Delcy Rodríguez participa en la convención para ratificar la decisión de su país de separarse de este engendro rocambolesco, exponer sus razones y defender la posición de Venezuela ante los ataques de la derecha continental, representada aquí por un grupo de gobiernos que se han plegado a los mandatos del imperio.

Sobre este tema hable con un amigo “chilango”[i] que se vanagloria por ser mexicano 2 veces. Me refirió que esta reunión ha estado repleta de intrigas desde su convocatoria. Primero iba tener lugar en el DF; pero el gobierno decidió que se realizara en Cancún.

Según mi amigo, esto evidencia la intención del gobierno de tratar de restarle posibilidades a los sectores de la izquierda de desplegar sus fuerzas en favor de la revolución bolivariana. En otras ocasiones han hecho esto mismo. El conclave se realiza en un centro de convenciones de la zona hotelera de Cancún, ubicada en una estrecha isla con una sola vía, el Boulevard Kukulcan, que la atraviesa de un lado al otro, lo que facilita el trabajo a las fuerzas represivas. Existen solo dos posibles entradas por tierra a ese lugar que pueden ser bloqueadas fácilmente. Si alguien quiere manifestarse en contra del conclave o a favor de Venezuela, tendría que hacerlo a varios kilómetros de la reunión a no ser que trate de llegar por barco o en helicóptero, lo que hace más fácil la acción represiva.

Tal vez olvidaron que aunque los habitantes de la Ciudad de Cancún están más apegados a su trabajo en el sector turístico que a estas cuestiones de carácter político, allí también se respira aire de solidaridad y respeto por los hermanos latinoamericanos, que en situaciones como esta se activa con visitantes de otras regiones de México. El Canciller mexicano, uno de los principales instigadores de la intromisión en los asuntos internos de Venezuela, supone que no tendrá que afrontar las protestas de su propio pueblo. Eso está por ver. Mi amigo “chilango” no se explica que hará este funcionario de escritorio cuando Delcy Rodríguez lo emplace, para explicar todas las arcanas barbaridades que han tenido lugar desde hace algún tiempo en México: desapariciones y muertes de estudiantes, asesinatos de periodistas, corrupción generalizada en las instancias de gobierno, participación de funcionarios gubernamentales en el narcotráfico, convivencia de algunos cuerpos policiacos con elementos de los cárteles de la droga; en fin que el canciller tendrá que convertirse en un mago de la palabra o simplemente callar y como bien se sabe “el que calla, otorga”.

[i] Natural de Ciudad México

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