Revista Cultura y Ocio

A propósito de Norma (10) - Hay muchas Normas pero (casi) todas están en ella. Maria Callas.

Publicado el 08 marzo 2015 por Maac @Elblogdemaac
A propósito de Norma (10) - Hay muchas Normas pero (casi) todas están en ella. Maria Callas. Decía John Rosselli en su libro Vida de Bellini  que si María Callas hubiera cantado La straniera, esta ópera estaría ahora en el mapa, y quizás no le falte razón, tal es la repercusión mediática que tuvieron muchas de las óperas que interpretó la soprano grego-americana (Anna Bolena, Medea, Il pirata, La sonnambula, por poner algunos ejemplos). Con la asunción de papeles como el de Norma lMaría Callas acabó con la tradición de soprano verista que había proliferado durante la primera mitad del siglo XX, caracterizada por una voz imponente pero poco flexible (con otros personajes como el de Lucia di Lammermoor, nos haría olvidar a la soprano jilguero) y devolvió al personaje una vocalidad que hoy suponemos próxima a la del tipo de soprano sfogato de mediados del siglo XIX, una voz muy extensa, sólida en los graves, no necesariamente homogénea (con registros diferenciados), con potencia, riqueza tímbrica y especialmente dotada para la agilidad (di forza en el caso de Norma). Posteriormente ha habido sopranos que, con voces más hermosas, se han ajustado, quizás, mejor al estilo de canto belliniano (sobre todo Sutherland y Caballé -a medio camino entre la australiana y Callas-) pero que no han sido capaces de recrear un personaje de manera tan creíble como lo hizo Callas, quizás Caballé pueda haberla superado a la hora de plasmar el lado maternal del personaje (de ahí que hayamos dicho que casi todas las Normas, y no todas, están en Callas), pero la Norma de la soprano greco-americana es poliédrica, mucho más trágica y  rica en matices, no es sólo la madre, es también la sacerdotisa guía espiritual de su pueblo, una mujer poderosa, valiente y violenta pero. a su vez,  muy frágil, atormentada por el remordimiento, condenada a llevar una doble vida, que al principio se mueve por despecho y que termina su existencia con abnegación. Lamentablemente los documentos que dan fe de su presencia escénica, que por los testimonios que tenemos debió ser imponente, son escasos y fragmentarios, al parecer estudiaba hasta el mínimo gesto con la partitura en la mano sin dejar nada al azar, intentando encontrar una ideal correspondencia musical y dramática. Con Callas no había trampa ni cartón, daba todo lo que podía dar de sí (ahí esta el testimonio de Karajan afirmando que nunca se ha encontrado con un intérprete tan disciplinado y obsesionado por la perfección, o de otros colegas que decían que era la primera en llegar a los ensayos y la última en irse) y  era consciente de que no podía jugar la baza de la belleza vocal, como sí lo haría Caballé, o la perfección canora, como lo haría Sutherland, y sabemos que esto es así porque ella misma declaraba en una entrevista: "para transmitir el efecto drámático a la audiencia y a mi  misma he de producir sonidos que no son bellos. Pero no importa que resulten feos mientras sean auténticos", así era Callas, un ser preocupado por la transmisión de estados de ánimo y sentimientos, capaz de recurrir a sonidos "feos" si con ello podía reforzar la expresión de una palabra,  una frase o determinado rasgo del personaje, pero descartando todo aquello que resultara anti-musical. Si todo esto no lo entendemos nunca comprenderemos a Callas. Afortunadamente hay una grabación en vídeo de unos minutos de duración con ocasión de su última Norma, la ofrecida en París en 1965 (el estado vocal es lamentable, a partir de ese año Callas se retiró definitivamente de la escena, sólo volvería para ofrecer algunos recitales junto a Di Stefano en los años setenta):  De entre las 47 óperas que interpretó Callas, "Norma" es la que obtuvo más representaciones (un centenar aproximadamente). La debutó a finales de 1948 en el recientemente cerrado Teatro Communale de Florencia bajo la dirección de Tullio Serafin, con Fedora Barbieri como Adalgisa y Cesare Siepi como Oroveso (en aquella época alternaba este papel con otros como el de Isolda, Brünnhilde, Turandot o Aída). Su evolución en la interpretación de Norma, con desigualdades de calidad sonora según la versión, está bien documentada, la grabó comercialmente en dos ocasiones y se conservan varios testimonios en vivo, los testimonios ideales, por madurez dramática y estado vocal, son los de mediados de los años 50. Si tuviera que quedarme con uno elegiría el del Teatro alla Scala de Milán dirigido por Votto en 1955.
  • 1950 - Palacio de las Bellas Artes, Mexico. Maria Callas (Norma), Giulietta Simionato (Adalgisa), Kurt Baum (Pollione), Nicola Moscona (Oroveso); cirector: Guido Picco. Calidad ínfima, por esta razón, dada la cantidad de grabaciones de que disponemos, no vale la pena escucharla a no ser que se tenga mucho interés o se sea un incondicional de la artista. Dicho esto, si tuviera mejor sonido y otro tenor podría ser una de nuestras Normas de cabecera porque la salud vocal de Callas en esa época era inmejorable.

  • 1952 - ROH, Convent Garden de Londres. Maria Callas, Ebe Stignani, Mirto Picchi, Giacomo Vaghi,  Orquesta y Coros del la ROH Covent Garden, dir.: Vittorio Gui. Esta grabación cuenta con la curiosidad de que tenemos a la que posteriormente será también una gran Norma, Joan Sutherland , interpretando el breve papel de Clothilde. El sonido, muy saturado, es  aceptable para una grabación en vivo pero en ningún caso como primera opción, a su favor diremos que es la mejor forma de conocer la visión que del personaje tiene Callas en la primera etapa de su carrera, antes de someterse al proceso de adelgazamiento. La soprano está en óptimas condiciones vocales,  su timbre es firme y penetrante y puede sobradamente con los pasajes de agilidad di forza que el papel exige. Cuenta además esta Norma con la madurez de la mezzosoprano italiana de la época, Ebe Stignani, con más de veinticinco años de carrera a sus espaldas y una voz poderosísima. El que quiera una Norma en la que el canto no sólo se equipare, sino que supere, a la expresión dramática tiene aquí una buena opción, años más tarde Callas matizará más pero no cantará mejor, en este sentido rivaliza con las Normas de Sutherland y Caballé, no hay más que escuchar la manera en que resuelve la cavatina de entrada (parece ser que la soprano estaba obsesionada con ella y que nunca quedó satisfecha plenamente con ninguna de sus prestaciones, lo que da idea de su obsesión por encontrar una perfección ideal). Mirto Picchi, alejado del estilo belcantista, es un Pollione spinto que resulta solvente.

  • 1953 - Teatro Giuseppe Verdi. de Trieste. Maria Callas, Elena Nicolai, Franco Corelli, Boris Christoff; Orquesta y Coros del Teatro Verdi de Trieste, dir.: Antonio Votto. Aunque la Norma de Trieste no ha sobrevivido en su integridad aquí se completan los fragmentos que faltan por otros procedentes de otras grabaciones. Como en el caso anterior estamos ante una Callas en perfecto estado vocal, segurísima en la zona alta de su tesitura, extraordinaria tanto en Casta Diva como en la cabaletta subsiguiente. Boris Christoff está imponente como Oroveso, un punto exagerado para los gustos actuales, pero qué rotundidad en la voz. Cuenta además con la presencia de un jovencísimo Pollione de resonancias baritonales, Franco Corelli,.
  • 1954 - Grabación en estudio. Maria Callas, Ebe Stignani, Mario Filippeschi, Nicola Rossi-Lemeni. Orquesta y Coro de la Scala de Milán, dir.: Tullio Serafin. Estamos ante la primera grabación en estudio realizada por Callas. Esta grabación, a pesar de ser comercial, es en parte decepcionante por la presencia de Filippeschi y en parte también porque el sonido no es tan bueno como sería deseable tratándose de una grabación de este tipo, Callas está magnífica pero en conjunto no puede competir con otras grabaciones live de la época.

  • 1955 - Teatro alla Scala, Milán. Maria Callas, Giulietta Simionato, Mario del Monaco y Nicola Zaccaria. O. y Cr. del Teatro alla Scala de Milán; dir.: Antonio Votto. Esta es la versión de Norma que hay que tener, todo rueda a la perfección, Callas y Simionato bien coordinadas  y con un contraste tímbrico perfecto (a pesar de lo que decíamos hace unos días hablando del personaje de Adalgisa en relación a que debe sonar más juveil que Norma y que fue concebido para ser cantado por una soprano), Del Monaco que parece, dentro de sus limitaciones, concentrado en conseguir la máxima matización posible, es un Pollione apasionado y muy creíble, yo creo que tener al lado a Callas le hizo crecer y Nicola Zaccaria compone un Oroveso satisfactorio, todos magníficamente dirigidos por Votto. Si no la tenéis ir por ella.

  • 1955 - RAI, Roma. Maria Callas, Ebe Stignani, Mario del Monaco, Giuseppe Modesti. O. y Cr. de la RAI; dir.: Tullio serafin. Grabación radiofónica en versión concierto y sin público. equiparable, en relación a los directos realizados en teatro, a una grabación comercial. Sólo he encontrado un fragmento en Youtube. No puedo decir mucho de ella porque no la conozco bien.
  • 1958 - Ópera de Roma. Maria Callas, Franco Corelli, Giulio Neri. O. y Cr. de la Ópera de Roma, dir.: Gabriele Santini. Sólo el Acto I porque la ópera fue suspendida por indisposición de Callas. Esta grabación tiene más interés histórico que musical. Suponía el debut con este personaje en Roma, no había cantado allí desde 1954, y se organizó uno de los escándalos musicales más sonados de la época dado que el teatro, a pesar de haber sido advertido de la enfermedad de la soprano, no había previsto sustituta. Al acabar el primer acto, y tras ser abucheada por un pequeño sector del público, Callas abandonó el teatro, días después, tras la recuperación, el teatro no la aceptó, había sido sustituida por Anita Cerquetti. Las repercusiones de este asunto llegaron al mismo Parlamento italiano y el gobierno dio instrucción al Teatro alla Scala de que no se volviera a contratar a la soprano, se cancelaron las contrataciones para las temporadas siguientes, pero en esa temporada pudo triunfar en el teatro milanés como Anna Bolena (sin embargo al llegar a su hogar se encontró con puertas y ventanas llenas de excrementos) y El pirata.
  • 1960 - Grabación en estudio. Maria Callas, Christa Ludwig, Franco Corelli, Nicola Zaccaria. O. y Cr. del Teatro alla Scala de Milán; dir.: Tulio Serafin. Grabación en estudio. Con indudables aciertos dramáticos, vocalmente no es su mejor Norma. Callas, en plena madurez, ha desarrollado al máximo sus innatas capacidades expresivas y es una gozada recrearse en la forma en que expresa cada frase, cada palabra, con economía de medios, sin lugar para el exceso melodramático, lástima que tenga que luchar con una voz ya ácida en los agudos y en algunos momentos con un vibrato ancho no muy agradable, pero la musicalidad sigue ahí, y como suele decirse: el que tuvo retuvo. Puesta en la balanza pesa más lo positivo que lo negativo. Al lado de Callas Franco Corelli, que para algunos es estentóreo, para mí está impecable, sólo se le puede criticar la inadecuación estilística, pero estamos a principios de los años sesenta, también está impecable, a su manera, Christa Ludwig quien resuelve muy bien, con frescura, jovialidad y perfección técnica, un papel tan ajeno a su estilo (ya sabéis que a mí la Ludwig me hubiera gustado hasta cantando Wotan); finalmente, interviene un bajo que también participa en la célebre grabación realizada en La Scala en 1955 y que no me parece tan mediocre como lo consideran algunos, Nicola Zaccaria. Tullio Serafin es todo un especialista en esta ópera. El sonido es perfecto y de haberse grabado cinco años antes esta sería la Norma de referencia. Yo incluso creo que es una Norma que por la calidad del sonido y la homogeneidad del conjunto, pasando por alto las imperfecciones vocales ya apuntadas en la protagonista, puede considerarse una primera opción si se complementa con alguna anterior de Callas o con la de Sutherland, Caballé o incluso Bartoli, que, con todos sus defectos, tampoco está tan mal como algunos dicen. Y si no te gusta yo te propongo la solución: escúchala como unas 150 veces y ya verás como caerás rendido/a a sus pies, porque a largo plazo esta Norma es caballo vencedor, y unos gritos aquí o allá tampoco tienen tanta importancia cuando una artista de la talla de Callas está ofreciendo lo mejor de su arte en ese momento de su vida. Y voy a poner un ejemplo, justo antes de la caballeta "Ah bello a me ritorna", reparad en la forma en la que expresa el recitativo "Caddrà! Punirlo io posso (para sí) Ma punirlo il cor non sa" y luego os vais por ahí a pescar versiones y a ver si encontráis algo mejor, seguro que no ¿Y eso os lo vais a perder? Pues allá vosotros.

Existe también grabación efectuada al final de su carrera en París, era el año 1965 y no está completa, si ahora no recuerdo mal fue porque canceló antes del último acto. Si en 1960 ya está muy tocada imaginad como estaría cinco años después.

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