Revista Opinión

A quiénes intentan detener la opinión, libre como el viento, aunque sea huracanado pero jamás destructivo

Publicado el 29 septiembre 2021 por Solitarios Invisibles @belzinvisible

quiénes intentan detener opinión, libre como viento, aunque huracanado pero jamás destructivo

A quiénes intentan detener la opinión, libre como el viento, aunque sea huracanado pero jamás destructivo

A este humilde siervo y aprendiz de las letras impresas en el panel digital de las pantallas grandes y más diminutas de los celulares, le llegan y cada vez más, algunos comentarios poco gratificantes al incidir de cómo un extranjero se entromete en los problemas "que no le vienen a cuento" (sic), especialmente los que atañe a una injerencia y que no son de su incumbencia.

A quiénes intentan detener la opinión, libre como el viento, aunque sea huracanado pero jamás destructivo

Al respecto del comentario anterior, decir primero porqué quiero y soy libre de expresar lo que siento, pues ancha será mi estepa y amplío el mundo para encontrarme allí donde mi libertad me lleva. Segundo y lo más simple de respetarse es mi sentido abierto aunque lo endulce con cinismo, como yo respeto el de los demás, por no pasar por una calle oscura y no intentar alzar la vista para iluminarme con la claridad de la luna, aunque si el cielo es sombrío y borrascoso emplearé una linterna, la imaginación o un fósforo, o la intuición de los ojos para que me sirvan de guía hasta donde pretenda llegar, agarrado de la mano de la útil y bien argumentada presunción., esa que es aclarada con las pruebas, las ideas y las sospechas.

A quiénes intentan detener la opinión, libre como el viento, aunque sea huracanado pero jamás destructivo

Acabo de alcanzar la esquina que me impide ver lo que deje atrás, y lamento no tener el coraje de volver sobre mis pasos para recoger el hatillo de los problemas o de lo que no he sido capaz de hacer, que sin resolver quedaron amordazados y acumulados, más bien vertidos en un zafacón o cubo de basura ubicado en mi debilitada comprensión, que por lamentarme menos, puedo apuntar que ya está a rebosar de tanta paciencia e impotencia.

A quiénes intentan detener la opinión, libre como el viento, aunque sea huracanado pero jamás destructivo

El mundo se acaba, ahora, siempre o quizás nunca, pero concluye finiquitado y dominado en cuanto a la forma de actuar, pensar, liberarse de la ignorancia y la ignominia, el presumir de todo lo poseido y cuando no se tiene nada, asumir con dulzura la cultura, mortificarse, sentir, amar, experimentar vivencias y sensaciones indiscretas, visibles, ocultas, vivir con honor y morir sin aprietos por no haberlo hecho todo mejor, pero el mundo se acaba sin buscar una etiqueta para en el archivo de la memoria poderlo después identificar de la A a la Z y así perderse entre el recorrido del sol y las tinieblas.. para no recordar lo que creíamos imborrable.

A quiénes intentan detener la opinión, libre como el viento, aunque sea huracanado pero jamás destructivo

El mundo se acaba y todos creemos que eso será mañana, cuando el presente es hoy y ya todo está vendido en el mercado de la existencia, en donde el futuro se ha quedado emborronado y el destino lucha contra la guadaña que sigue impertérrita buscando a su próxima víctima en esa esquina que ya se dejó sin huellas, sembrada de huidas, miedos, traiciones y de no querer echar la vista atrás.

A quiénes intentan detener la opinión, libre como el viento, aunque sea huracanado pero jamás destructivo

El mundo se acaba y ¡ Vive Dios a fe mía ! que nunca creí o creeré en vos, aunque algo me dice que alguna voz llega, a no ser que sea el eco de la mía y ya de madrugada intentando salir con la mortaja invisible de esa ultratumba que acumula mis cenizas, buscando defenderse sin motivo, disolviéndose en el aire de mi propia confesión inacabada, que deje escondida en ese rincón, entre la maleza ficticia, esparcida en ese desierto frío y en ese horrible estado de congelación infernal, totalmente irreconocible con deseos de venganza por haber perdido voluntariamente la razón.

A quiénes intentan detener la opinión, libre como el viento, aunque sea huracanado pero jamás destructivo


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