Revista Cultura y Ocio

A través del espejo (1946)

Publicado el 10 septiembre 2014 por Revista PrÓtesis @RevistaPROTESIS
Entre el expresionismo goticista de su puesta en escena y el naturalismo de la actriz

A través del espejo (1946)

Una película auténtica alemana en el exilio

No deja de resultar paradójico que uno de los géneros considerados, en principio, más realistas, como el policíaco (urbano, violento, mortal) se vea atravesado por un interés desmesurado por el onirismo y la psiquiatría. Tampoco parece resultar extraño que, tal y como afirma Enno Patalas (historiador y restaurador del cine alemán), «las películas auténticamente alemanas de los años treinta y cuarenta se han rodado en el exilio. Es ahí donde el espíritu de nuestro cine mudo recupera su forma, con sus espejos, sus sombras, sus demonios y sus espíritus poseídos». (Extraído del libro de Hervé Dumont Robert Siodmak. El Maestro del Cine Negro, editado por la Filmoteca española y el Festival de Cine de San Sebastián en un ya lejano 1987).
De este cruce entre el expresionismo de algunos realizadores alemanes (Bernhardt, Brahm, Lang, Ophüls, Preminger, Siodmak…) y la inclinación por el tratamiento de los temas del psiquismo y la psicología humanos surgen infinidad de filmes que se caracterizan por un «lirismo fantástico» —en palabras de los críticos Coma y Latorre (en otro venerable libro titulado Luces y sombras del cine negro, editado por Dirigido por en 1981)— que entronca con una tendencia narrativa cuyo representante máximo sería el prodigioso William Irish.
el espejo y su reflejo, ¿realidades enfrentadas?
Robert Siodmak se erige como uno de los principales y más genuinos representantes de esta tendencia temática que, en A través del espejo, cifra en el tratamiento de la idea —tan gótica y expresionista, por otra parte, y tan cargada de resonancias psicoanalíticas— del doble, a través de la historia de dos hermanas gemelas, una bondadosa e inocente; otra pérfida, malvada y asesina, encarnadas ambas por una Olivia de Havilland luminosa (que, curiosamente, durante el rodaje se estaba psicoanalizando: como el psicoanalista estaba presente en el rodaje y ella se mostraba solícita a sus cuidados, la relación con el director fue virulenta y desagradable).
El espejo y su reflejo, por tanto, conforman el motivo visual omnipresente en el film, y se articulan en un relato que oscila, ambiguamente, entre el expresionismo goticista de su puesta en escena y el naturalismo interpretativo de la actriz.
La película The dark mirror —expresivo título original— estaba basada en una novela de Vladimir Pozner, escritor francés de origen ruso (amigo de Faulkner, Bertold Brecht y Picasso), que inició una carrera como guionista poco antes de vender los derechos de esta novela suya, aparecida en la revista Good housekeeping, aunque el guión definitivo viniese firmado por Nunnally Johnson y Phyllis Loughton.
Andrés Peláez Paz
Tit. Orig: The Dark Mirror. EEUU, 1946. Director: Robert Siodmak. Guión: Nunnally Johnson. Música: Dimitri Tiomkin. Fotografía: Milton Krasner. Intérpretes: Olivia de Havilland, Lew Ayres, Thomas Mitchell, Richard Long

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