A vueltas con la felicidad…

La felicidad en la vida es algo integral, pero formada por múltiples piezas que, engarzadas una a una, configuran nuestra diaria felicidad! Cada una de esas piezas cumple con su papel! La vida personal, la familia, la vida social, el trabajo, la espiritualidad, cada uno de esos ámbitos conforman nuestra vida personal. Pero, aunque la felicidad no es un fín alcanzable en sí mismo, sino una manera de avanzar por nuestra vida atesorando momentos de felicidad, un puzzle nunca se acaba cuando falta una pieza! Así, nuestra felicidad debe contener cada una de las piezas de ese puzzle…

Siempre digo que la felicidad es la diferencia entre lo que vivimos y lo que deseamos vivir! Cuando nos creamos espectativas, proyectamos nuestra vida, definimos qué queremos en ella y qué no, estamos creando una vida de ilusión que es más que posible que nunca se haga realidad! Esa es una felicidad razonable, pero como tal, reducida a lo que podemos pensar!

La vida sabe más de nosotros que nosotros mismos y, por lo tanto, sabe hacia dónde nos lleva! Contradecirla, negarla, intentar manipularla y/o ser audaces con ella raramente nos traerá la felicidad! Viviremos posiblemente una felicidad a medias y efímera, que durará tanto como duren las circunstancias de la vida! Pero la vida es cambio permanente y, por ello, esa felicidad efímera y conveniente estará al albur de lo que acontezca en nuestra vida! Nadie puede de antemano definir su propia felicidad… la misma vida lo dirá!

Alguien dijo que la vida es tensión y distensión! La tensión es todo el empeño que ponemos para alcanzar algo que deseamos, poner toda nuestra energía en ello cuando proviene de nuestro interior… y la distensión no es más que, después, ceder paso a la vida para que nos traiga lo que para nosotros es mejor! Para ello hay que, primero, confiar en nuestra propia capacidad de hacer realidad nuestras pasiones… y luego confiar en la misma vida para que ella haga el resto! Tensión y distensión… y luego la felicidad aparecerá por si misma!

De alguna forma hemos sido educados para aceptar que la felicidad -como el amor- exije un esfuerzo y es fruto de un trabajo continuado! A estas alturas de la vida pocas personas podrían afirmar que esto es así, pues si así fuera habría muchas personas felices alrededor nuestro, pues quien más y quien menos lucha por su propia felicidad!

No obstante, aunque poner nuestro empeño es importante, también lo es aceptar la propia realidad de la vida, pues ella tiene su propio método para hacernos vivir… y sentir! Si miras atrás en tu vida por un momento, verás que cada una de las circunstancias de tu vida te han llevado hasta tu hoy! No hay casualidades, ni suerte… cada uno es fruto de su propia historia y es lo que es gracias a ella! Seguramente cuando la vida nos ha puesto trabas es porque primero debíamos aprender alguna lección necesaria para saber vivir la vida y lograr ser feliz! Aunque también es verdad que más de uno, en vez de aprender de éstas, han hecho de las dificultades su propia manera de ser! Y eso, obviamente, le priva de su propia felicidad!

Cuando uno se preocupa de su felicidad, dificilmente llegará a ser feliz! Cuando uno lo hace por la felicidad de los demás, sí obtiene verdadera felicidad! Por eso el amor es el único camino hacia la felicidad! Y negarse al amor que sientes, vivir el pasado o el futuro, aceptar solo parte de tu realidad, es renunciar a la propia felicidad y abrir la puerta al sufrimiento!

El amor no tiene otro objetivo que hacer felices a los demás! Pero para amar a alguien, uno se debe amarse a sí mismo… nunca se puede dar ni pedir sin antes poseerlo para sí!

En la felicidad de uno mismo, uno es siempre protagonista de su propia felicidad! Porque la felicidad nace en nuestro interior… y la dejamos expresar o no! Puede haber, sí es verdad, co-protagonistas o espectadores privilegiados de nuestra felicidad! Es entonces cuando se comparte la felicidad! La felicidad se siente internamente, no se piensa, ni se busca… simplemente está!

Amar de verdad a alguien es desearle la felicidad! Luego la vida dirá si uno llega a ser co-protagonista de su felicidad o mero espectador de ella! Amar de verdad nunca es aportar la felicidad al otro si él mismo no la posee! Amar nos procura felicidad, así como nos permite sentirnos felices ante la felicidad del otro.

La felicidad es una actitud ante la vida. Así como la infelicidad o una felicidad a medias también lo es! La felicidad es siempre una opción de vida, nunca una necesidad, porque exije libertad. Todos deseamos ser felices, pero pocos lo logramos porque exije verdadera libertad ante los acontecimientos de la vida y suficiente valentía para hacer de la felicidad una manera de vivir. La felicidad no se toma ni se da, solo se siente y se comparte, si hay libertad!

Seguramente la felicidad no es más que un camino posible en la vida, en el que el amor, el respeto, la libertad y la valentía son su única garantía! Luego, la vida dirá…

Si algo te provoca paz interior y sentir amor… llámale solo felicidad!

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