Revista Comunicación

“A vueltas con los yihadistas” después de Charlie Hebdo

Publicado el 13 enero 2015 por The Greedy Ugly People

El atentado terrorista contra la revista Charlie Hebdo en París ha sido uno de los más sangrientos ocurridos en el país durante los últimos años. Una desgracia de esta magnitud siempre esconde temas en ella que pueden haber sido apartados del ojo del público por un tiempo determinado, y los pone de nuevo sobre la mesa de manera que puedan ser discutidos de casi hasta la saciedad.

Este caso no ha sido para menos. La matanza de los periodistas de la publicación, y más tarde de algunos de los rehenes y los propios terroristas, ha suscitado varios debates que, aunque latentes, habían dejado de ocupar una primera plana en los asuntos diarios de prácticamente todos los ciudadanos. Entre ellos destacaré dos que me han llamado la atención.

En primer lugar, ¿cuáles son los límites de la libertad de expresión? Y sobre todo, ¿es lícito ofender a los practicantes de una religión? (A aquellos que se sientan ofendidos, que por supuesto no son todos como a veces se intenta hacer pensar). No han sido pocas las voces que se han decantado por el no.

Juan Manuel de Prada escribe para ABC Yo no soy Charlie Hebdo, donde opina que "llegados a la culminación del dislate, hemos escuchado defender un sedicente "derecho a la blasfemia", incluso en medios católicos. Sirva este artículo para dar voz a quienes no se identifican con este cúmulo de paparruchas hijas de la debilidad mental." Como él, muchos medios católicos han aprovechado para mostrar su rechazo al tipo de humor de la publicación francesa.

En segundo, ¿cuál es la relación entre la religión musulmana y el terrorismo? Por desgracia, en un momento en el que la xenofobia se abre camino entre los europeos, muchos continúan negándose a establecer las diferencias necesarias. El Confidencial, por ejemplo, llama a todos los musulmanes franceses a demostrar su oposición al terrorismo en una manifestación. ABC directamente titulaba su portada del 10 de enero Francia venga a sus muertos como declarador y directo resumen de lo ocurrido.

En casos así cabe recordar que, hace no muchos años, el fundamentalista cristiano Anders Behring Breivik asesinó en Oslo a 77 personas. En Estados Unidos, los trabajadores de Planned Parenthood conocen bien lo que es estar en el punto de mira de antiabortistas que no dudan en atacar las instalaciones y a ellos mismos el nombre de Dios. Por ahora, ningún medio occidental se ha pronunciado sobre la necesidad de los cristianos de demostrar que son contrarios al terrorismo ya que, lógicamente, es algo que se da por hecho.

En este sentido, me gustaría destacar un artículo de opinión que leí no hace mucho tiempo en El País, titulado A vueltas con los yihadistas y del cual he robado el título para esta entrada. La autora es Ángeles Espinosa, corresponsal internacional especializada en la información sobre Oriente Próximo y escritora en el blog del periódico A vueltas con el Golfo.

En el texto hace hincapié en el tratamiento que hacen los medios occidentales de la información relacionada con estos países, en concreto a raíz de las noticias surgidas a partir del crecimiento de ISIS. Para ello se centra en el uso que éstos hacen de la palabra yihadista.

A menudo he recibido comentarios de lectores musulmanes que se quejaban de su asimilación a "guerra santa", la traducción periodística más frecuente. Una y otra vez me han explicado que se trata de un concepto religioso que hace referencia al "esfuerzo o lucha interior" para acercase a Dios, que se refiere a una guerra defensiva, que sólo puede declararla una autoridad religiosa legítima... Lo que he leído al respecto tampoco me han proporcionado una solución.

[...]

Contra lo que pudiera sospecharse, no es sólo la prensa occidental la que los utiliza. En los medios árabes también se habla de yihadiyin, o yihadihyn(de yihadihah, que podríamos traducir como yihadismo). El argumento es que la palabra árabe para quien hace la yihades muyahid(plural muyahidín, aunque en castellano es frecuente ver escrito muyahidines).

¿Seremos capaces en los medios de comunicación de cambiar cómo llamamos a esos terroristas? Tengo serias dudas. Yihadista se ha generalizado demasiado, y takfiri suena académico. Aun así tal vez debiéramos intentarlo.

En general, considero que la mayoría de europeos estamos muy verdes en cuanto a la información que manejamos sobre la religión islámica. Por esta razón, antes de lanzarnos a la piscina con opiniones que pueden hacer mucho daño, quizás deberíamos aprender un poco más.


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