Revista Viajes

Abu Simbel, Egipto

Por Javier Cabral

Templo de Ramsés II en Abu Simbel

Abu Simbel, Egipto

Templo de Ramsés II

Emociones. Si le gustan las películas de acción con vehículos a máxima velocidad, tipo "El transportador" o  “Rápidos y furiosos”, le cuento que puede vivir esa experiencia yendo a Abu Simbel, que significa “La casa del Trigo”, una localidad al sur de Egipto, en la región de Nubia, hacia la frontera con Sudán.

Abu Simbel, Egipto

Templo de Nefertari

Por tierra, desde la ciudad de Aswan, es obligatorio ir en un convoy custodiado por guardias armados. No está permitido, por razones de seguridad, ir en forma independiente. De los cruceros y hoteles se sale a las 03:00 AM y todos los vehículos turísticos, ómnibus, van, camionetas, autos sedan, etc., se encuentran en un local policial para formar la caravana. 

A eso de las cuatro, se inicia el viaje. Son unos 300 kilómetros de buena ruta asfaltada en pleno y total desierto, arena por acá, arena por allá y arena más allá. Ni se les ocurra tomar mucho líquido antes, no sea que tenga ganas de ir al baño, pues no se detienen para nada. Pero no se preocupe, al llegar hay muchos y amplios baños.

Abu Simbel, Egipto

Templo de Nefertari. Figuras que flaquean la puerta

El viaje se aguanta y como se inicia muy temprano, la mayoría van cabeceando de sueño, además el desierto tienen su magia al amanecer. 

Pobres vehículos. Los choferes aceleran hasta donde el pobre vehículo aguanta, tal es así que se llega en unas dos horas y media. Un promedio muy superior a los 100 Km/h, no es chiste. Por supuesto, no deberían pensar lo que ocurriría si se pincha una goma. Además, no es una típica caravana donde van ordenaditos unos detrás de otros. No, todos los vehículos corren como si alguna momia los persiguiera, pasándose unos a otros.

A las 7:00 de la mañana ingresamos al local de los templos caminando en la arena, y el calor… hacía arder la ropa, y eso que era octubre, otoño en Egipto.

Abu Simbel, Egipto

Templo de Nefertari. Estatuas laterales

¡Qué templo! Al rodear una elevación de arena y rocas, se accede a la orilla del lago Nasser, caminando un poco más… ¡Huauuuu!, aparece un templo increíble, monumental, con cuatro estatuas gigantes de Ramsés II. Pese al sol en la espalda, es para quedarse un buen rato mirando. A unos cientos de metros, hay otro templo bonito y más pequeño, es de Nefertari, la esposa de Ramsés, dedicado a la diosa Hator. Los templos fueron construidos hacia el año 1260 AC, esculpidos en la roca. Son una joya.


Abu Simbel, Egipto

Estatuas a los pies de Ramsés II

Templo móvil. Si algo falta para describir lo grandioso del lugar, es que ambos templos estaban en la zona de inundación al formarse el lago Nasser, con la construcción de la Represa de Aswan y simplemente trasladaron los templos. Mudaron a un lugar fuera de las aguas del lago. En la entrada hay una sala de proyecciones donde muestra el proceso de mudanza, liderada por la UNESCO en 1968. Ambos templos fueron cortados en bloques y luego armados en otro sitio. Cuando uno los mira, hoy, es algo increíble. Antes del cambio de lugar, cada 21.10 y 21.02, aniversarios de nacimiento y coronación de Ramsés II el sol iluminaba su rostro en el interior del santuario. Con el cambio de lugar, el rostro se ilumina con unos días de diferencia. Qué cosa, con la tecnología moderna no se pudo lograr lo mismo.

Llama la atención unos relieves de babuinos en la parte superior. Según dicen, como estos animales salen a gritar al amanecer, los egipcios creían que eran adoradores del sol y se ganaron su lugar en el templo. El interior del templo de Ramsés está lleno de salas y más salas, todas con figuras y jeroglíficos, destacando las hazañas guerreras de Ramsés como la victoria ante los hititas en Asia, quienes a su vez tienen unas pinturas donde indican que ellos vencieron a Ramsés. En fin, habrá que analizar la historia. Pero en el interior de ambos templos uno queda con la boca abierta asombrado por todo que se observa. Amazing, amazing… dirían en una película de Hollywood.

Abu Simbel, Egipto

Estatua destruida en un terremoto

Como en la mayoría de los templos en Egipto, en la entrada, hay personas vestidas con túnicas y turbantes que se ofrecen para tomarse fotos con ellas, previo pago de algunos euros, dólares o libras egipcias. Algunos tienen una llave grande, para la foto con los brazos cruzados, en lo que llaman la posición osiríaca, de Osiris. La foto con la llave es un poco más cara, no mucho. No son insistentes ni molestos.

A eso de las 10 de la mañana, ajústense los cinturones y la caravana emprende el retorno. Pasado el mediodía ya se llega Aswan.

Abu Simbel, Egipto

Detalle de las estatuas de Ramsés II

¿Por tierra, agua o por avión? Hay vuelos a Abu Simbel, en caso que no deseen hacer el viaje por tierra que implica cinco a seis horas de viaje, ida y vuelta, que afectan según el estado físico y la edad de cada uno. Es una decisión personal. Lógicamente en avión es menos tiempo pero más caro. 

Otra opción son los cruceros que llegan hasta el templo por el lago Nasser, habrá que ver según la temporada y la cantidad de turistas. Pero independientemente del cómo llegar, no hay que perderse la visita a los templos de Abu Simbel, son fabulosos. 
Dicen: ¡Quien no fue a Abu Simbel y Luxor... no conoce Egipto!

Abu Simbel, Egipto

Casa en Abu Simbel

Tips de Abu Simbel1. Fotos. En el interior de los templos no se puede tomar fotos. Hay fiscales de civil que controlan y hacen pasar malos ratos a los que sacan a escondidas.2. Calor. Ojo, hay que llevar el arsenal completo de cremas bloqueadoras de sol, mucha agua, sombreros, lentes, cuanto más cubiertos mejor. Despreocúpese de elegancia3. Es bueno tener cambio pequeño o libras egipcias, para el uso de los baños o compras menores.4. A la salida hay una especie de feria con puestos de venta de recuerdos de todo tipo. Los vendedores son pegajosos e insistentes.
Abu Simbel, Egipto
5. Existe la posibilidad, según el tiempo y el dinero disponible, de quedarse una noche en Abu Simbel para ver el templo iluminado a la noche. 6. En el caso de las camionetas Van, los grandotes y los altos se acomodan como en el juego Tetris. Supongo que los que van en los ómnibus grandes irán más holgados.

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