Revista Coaching

Acepto el reto: 9 semanas para establecer un plan de vida

Por Patricia Núñez López @tueterest

Acepto el reto:  9 semanas para establecer un plan de vida.

Existen una serie de palabras que asocio con aburrimiento y seriedad. Palabras como: organizado, planificado u ordenado que me transmiten una vida monótona y gris. Me recuerdan a un gran archivo lleno de polvo, me suena todo a normas y formulismos anquilosados.

No se lo digáis a nadie pero huyo de las personas aburridas o demasiado convencionales, incluso los supuestos triunfadores me dan cierta grima. Esa gente que lo tiene todo, si, han logrado un bienestar económico, una posición social, pero a veces me pregunto quién esta detrás de todo eso. ¿Hay una persona detrás?

Los hay también los que llamaré seres mágicos, como puede ser esa chica guapísima, que piensas: ¿será tonta? y resulta que no, y luego piensas entonces sera egoísta y mala persona, y descubres que en secreto colabora con un comedor benéfico o lleva años cuidando de un familiar enfermo.

A veces, si lo pienso bien, yo también puedo resultar un ser mágico para otras personas, pero eso es simplemente porque aún no me conocen bien.

Consciente de que tengo que mejorar en algunos aspectos, y que cómo siguiese dejándome arrastrar por la marea de acontecimientos diaria, mis malos hábitos ganarían la batalla.

Llevo meses queriendo cambiarme, una batalla continúa conmigo misma. En un determinado momento, apareció el concepto: " Plan de vida".

Lo cierto es que organizar una vida entera, cogiendo lápiz y papel, parece una locura. Pero me dí cuenta, de que cuando hago la típica lista, ya sea de propósitos, o de cosas pendientes tipo: hacer la compra, limpiar los cristales, organizar el armario... En esos casos, al menos cumplo la mitad, o más de la mitad. Mientras que sino tengo un plan, o no lo he escrito en ningún sitio, algunas cosas se quedan solo como ideas en mi cabeza y otras se van alargando y sumando a la lista de pendientes. Esa misma lista que en alguno casos me impide casi respirar del agobio, o ir a tomar un café con un amigo porque no tengo tiempo.

De modo que he encontrado un curso mooc de la Universidad de Cantrabria, en la plataforma Miriadax: "Habilidades y competencias a través del coaching personal. (4ª edición)" En este curso proponen, realizar un portfolio personal con todos los ejercicios a modo de "diario" y también comentan que se puede hacer en formato blog.

Lo positivo del portfolio, es que puedes observar tu evolución y ver como han cambiado tus creencias, comportamientos y hábitos con el paso del tiempo.

Otro de los puntos clave, que me ha llevado a animarme a seguirlo, es la flexibilidad. Para realizar el plan de vida, que es como una especie de esquema o brújula, no me gustaría crearme una expectativas tan cerradas que si algo se sale del plan no sepa como actuar. Pero claro de ahí a no tener un plan...

Lo grandioso del plan de vida es que se ocupa de todas las áreas, ya que sino como siempre nos encontramos en la típica situación en la que tu economía va de lujo pero tu familia ni te ve el pelo. Todas las áreas deben tener nuestra atención y establecer metas y plazos en todas.

Establecer un plazo, es casi tan difícil como saber lo que quieres. El éxito del plan de vida reside en esos puntos: la flexibilidad, las metas y los plazos. Para todo ello hay que prestar atención al proceso.

Antes de establecer mi plan de vida tengo que realizar un trabajo previo introspectivo, de autoconocimiento. Empezando por contestar a preguntitas un tanto incómodas:

¿Quién soy? Creo que no lo tengo claro aún, pero os diré lo que no soy, no soy lo que tengo, no soy ni mis logros ni mis fracasos, no soy mi familia, no soy mis amigos, no soy los libros que leo, o la televisión que consumo. ¿Realmente todo mi entorno puede cambiar quién soy? ¿Hasta que punto el entorno decide quién soy hoy? ¿Y hasta que punto soy yo quien decide?

Así que realmente, la única manera de definirme que se me ocurre es apartándome del entorno, pero no llego a comprender bien donde empieza y termina lo uno y lo otro.

De modo que os diré quien soy: " yo soy quién elige, soy quien decide hacer que cosa y en qué momento, soy quien escribe estas líneas, soy alguien que quiere mejorar y proyectar un plan de vida"

Pensando un poco más sobre el tema, me asalta la duda, de si yo soy mis emociones y los comportamientos que de ellas derivan.

Si soy quien elige, tal vez también sea la persona que las maneja, que maneja estas emociones, es decir, el autocontrol.

¿Qué hago? Mis acciones, algunas veces son razonadas y otras fruto de dejarme arrastrar por las emociones. Yo diría que 50% a 50%, dependiendo del ámbito. En lo personal ya si que dejo que una manada de caballos salvajes me arrastre.

En cuanto lo que hago para conseguir lo que quiero, he comenzado a comprender que el perfeccionismo no es bueno. Mi norma ahora es: "Aunque no este perfecto complétalo, completa la tarea y entrégala" Mejor algo terminado y con errores que cumple su función. Que un proyecto con ideas de ser perfecto, y esta inacabado y olvidado...

¿Cómo soy? Pues en parte arrastro cosas desde que tengo consciencia, como mi afán por contar todo lo que hago y compartir lo que me gusta con los demás. Ha esto lo llamaré extroversión, simpatía...

En cuanto a la empatía, hubo un momento en el que realmente conecte y siempre me ponía en los zapatos de los demás, pero ahora reconozco que es un área a trabajar.

Me enfado y me desenfado a la misma velocidad, aunque soy un poquito rencorosa. Soy desconfiada, y esto es raro, porque tengo mucha mano para establecer enseguida amistad, pero luego no confío en las buenas intenciones de las personas.

Soy un poco prejuiciosa, los prejuicios se curan viajando o como en mi caso tratando con ellos y viviendo experiencias. Las mejores personas que conozco pertenecen a colectivos que en el día a día son motivo de burla o rechazo.

Por poner un ejemplo: "No me gustan las feministas", "No me gusta la gente pija que juega al golf o al padel". Estos son algunos de los puntos en los que tengo que trabajar.

Hasta aquí pensaréis, la tía es simpática, pero eso no compensa la cantidad de cosas malas que ha descrito antes...Así que para equilibrar la balanza diré a mi favor, que aprendo rápido, y más aún de mis errores.

En este punto me esta costando encontrar más cualidades positivas, diría que social, me encanta estar en compañía de otros y trabajar en equipo, de hecho aprendo y rindo mucho mejor en equipo.

También soy buena líder, me encanta hacer planes. Y como diría Hannibal en el equipo A: " Me encanta que los planes salgan bien". Otro detalle es que adoro los grupos heterogéneos, de esos en los que no se sabe muy bien de donde sale cada uno. La diversidad es riqueza, eso, y que cuando hay alguna persona parecida a mí solemos chocar, o somos inseparables o chocamos.

Y hasta aquí el primer ejercicio del curso. ¿Qué responderíais vosotros a estas preguntas?

Fotografía realizada por Sara Ucci, "Mirando al Bósforo al atardecer"


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