Revista Comunicación

Activismo digital

Publicado el 22 enero 2010 por Wahni

Slacktivismo, Nanoactivismo y Ciberactivismo   politicaLeyendo algunas entradas y publicaciones sobre el uso de la web 2.0 en las varias campañas de ayuda a la catástrofe de Haití (entre ellos sobre el primer Tweet real de Obama), me encuentro con este análisis agudo y profundo (como la mayoría del autor) en el blog de Enrique Dans. En este post Enrique hace referencia al Slacktivismo, término que bien describe algunas particularidades sobre una forma de activismo digital.

Me parece interesante a este punto hacer una distinción que en algún momento hemos hecho en es blog sobre lo que considero la gran brecha entre ciberactivismo y cibermilitancia. El ciberactivismo tiene una raíz fundamentalmente causal, se moviliza por ciertas acciones o causas particulares y se pliega a campañas, generalmente iniciadas por ONG’s o OSC’s, con el fin de alertar a la sociedad o recaudar fondos para una temática puntual. A diferencia de este concepto anterior, la cibermilitancia la comprendo como la forma de accionar digitalmente, movilizada por fundamentalmente por una pertenencia partidaria o ideológica. Esto último plantea no sólo un accionar puntual dentro de una campaña sino un traslado de la acción diaria del militante en herramientas sociales.

Ya planteado el marco en el ciberactivismo, en esta entrada pretendemos entender y profundizar un poco más sobre el Slacktivismo como concepto de participación. Comencemos por entender que significa la palabra en sí misma, es la conjunción de dos términos en inglés: Slack y Activism. La segunda se autoexplica y la primera significa vago o perezoso. Ya de por sí el aunar estos dos conceptos le brinda un carácter en cierta manera despectivo a toda actividad denominada como Slacktivista, definiéndola como un activismo flojo o de baja intensidad. Debemos decir que el Slacktivismo lo encontramos en varias disciplinas o ámbitos distintos (la moda por ejemplo), pero como era de esperar aquí haremos eje sobre los medios digitales.

Estas interacciones Slactivistas en Redes Sociales como Twitter y Facebook como Nanoactivismo, hecho que de por sí no me termina de convencer, pero tampoco me desagrada del todo. No podemos cabalmente denominar a la acción de sumarse a un grupo en Facebook en contra o a favor de cierta persona, ideología o causa particular un hecho de participación política en si misma. Y claramente todos los días recibimos/hacemos invitaciones para acciones por el estilo. La acción en si misma no marca un hecho político o cívico y quizás le calza bien la denominación de nanoactivismo.

En el posterior desarrollo a sumarse a un grupo, cambiar el estado del perfil, etc., es donde reside el verdadero accionar cívico. En propagar esa causa,en comentar en los foros temáticos, poner un banner o hacer un post en el blog, en fomentarla en la vida no-digital (si, hay vida fuera de la notebook) es donde realmente el accionar se convierte en activismo político.

Y es que muchas veces  me parece que estas acciones (sumarse a grupos, poner badges en los avatares, entre otras) termina convirtiéndose en una cierta autosatisfacción cívica que no hace más que alimentar el ego ciudadano. Una suerte de medallas socialmediáticas que no tienen otro objetivo más que el de mostrarle a mis contactos y seguidores que soy una persona que se interesa en las cosas de los demás, sin hacerlo efectivamente.

Creo que en el porcentaje de gente que efectivamente da un paso más allá de aceptar una invitación, es donde reside el verdadero potencial de estos accionares. Y en pensar como acrecentar estos porcentajes el verdadero desafío de aquellos que promovemos el uso de estas herramientas en el accionar político.


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LOS COMENTARIOS (1)

Por   Paloma
publicado el 26 enero a las 14:18
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