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Además

Publicado el 23 agosto 2015 por Claudia_paperblog

Por una parte, creo que debería describir lo que siento, pero por otra parte, sé que eso me hará sentir incluso peor. Además, no sé lo que siento. Además, tengo muchas ganas de llorar y además no me sale ni una maldita lágrima. Debo tener los ojos secos, igual que los sentimientos. Hace tiempo que no me siento a escribir sin un tema concreto, sin una pauta, sin una finalidad concreta. Y creo que me está sentando bien, aunque mis pensamientos fluyan a una velocidad inalcanzable para mis dedos y solo escriba una vigésima parte de lo que se me pasa por la cabeza.

grita

Soledad. Es la primera palabra que ha cruzado mi mente. No porque me sienta sola, sino porque creo que me irá bien estar sola, y encontrarme, de verdad. Y luego, cuando por fin tengo ese momento de paz, pienso, y pienso, y pienso que tengo demasiado tiempo para pensar, que todo se puede convertir en algo preocupante cuando te enfrentas a ti misma. Que quizá es necesario, pero quizá será mejor que llame a Natalie, o a Nicola o que le envíe un whats a Jason o a Martin, solo para no pensar. Es más cómodo no pensar, tener a alguien que te haga compañía y te ponga las cosas más fáciles riendo, sonriendo, gesticulando, exagerando, bebiendo y olvidando pero nunca recordando. Hablando, hablando y hablando, de cosas divertidas y de cosas sin sentido, también de economía y política, de historia y de arte, de libros. Pero nunca de recuerdos, nunca. Aunque sabes que evitar eso es imposible, que estuvisteis hace exactamente un año en el mismo lugar, brindando con las mismas jarras, la misma sonrisa y bebiendo la misma cerveza.

Todo es igual y eso es lo más agobiante. Pero todo es igual y a la vez no lo es, cosa que es todavía peor. Llegas y te da la sensación de que en un año todo ha cambiado, el cielo es diferente, los niños están más altos, el barrio es más grande y las casas son incluso más bonitas. Y todo parece un cambio para bien al principio, pero giras la vista a tu derecha y tu mejor amiga ya no está; miras a tu izquierda y los chicos que conociste aquella noche han desaparecido; al frente, y ya no queda nada del dependiente de la panadería con el que solías tomarte algo.

La gente ya no está, se ha marchado, se ha fugado, se ha extinguido, se ha esfumado. Y era esa gente la que hacía del pueblo un lugar tan especial. Ya no te queda nada… Bueno, salvo los cambios. Entonces te das cuenta de que esos cambios eran de plástico, fugaces, artificiales, efímeros. A simple vista, todo era diferente, pero en verdad solo habían edulcorado la realidad. Habían pintado el pueblo de principio a fin, esta vez con pintura amarilla, para que todo pareciese nuevo, mansiones nuevas amarillas, parques nuevos amarillos, puentes de amarillo, tiendas de amarillo y pubs de amarillo, calles de adoquines amarillos, papeleras amarillas, césped amarillo. Todo aparentemente nuevo, pero la pintura ya no está reciente y si rascas un poco puedes quitar la capa superficial y ver que todo es como el año pasado y ahora te resulta frustrante, aburrido y monótono.

amarillo

Además, él no está, y además, supongo que tarde o temprano tenía que llegar a este punto. Supongo que más temprano que tarde porque, pudiendo escoger entre miles de sitios, me he decantado por este. He decidido sentarme en el mismo banco donde sus manos me acariciaron aquella noche de niebla baja. Y los recuerdos, la palabra prohibida, vuelven. Además, cuando el viento es caprichoso y juega con el botellín de cerveza produciendo ese sonido, me acuerdo de aquella otra noche en que nuestras respiraciones desacompasadas me excitaban cada vez más y más, tus labios posados en cada parte de mi cuerpo. Además, el otro día, volviendo borracha a casa, meé en el mismo árbol donde tú lo hiciste sin ningún tipo de pudor en su momento. Además, han cambiado al barman del pub, y aunque seáis completamente diferentes, yo siempre logro encontraros algún parecido. No podía pretender que me esperases un año en el mismo lugar, mismo empleo, misma vida. Las personas evolucionan hacia alguna parte, cambian, emigran, se mueven y no es que me pillase por sorpresa, porque ya sabía que no estarías, pero me sigue produciendo una punzada de tristeza.

Además, creo que no te echo de menos a ti, chico, ni siquiera a la imagen que tengo de ti. Echo de menos las sensaciones que provocabas en mí, sentirme querida y deseada, amada y escuchada, comportarme como me comporto cuando soy yo, cuando soy natural, cuando me dan esa confianza.

Además, se me hace difícil dirigirme a ti en otro idioma que no sea inglés. Además, podría seguir así toda la vida y creo que es mejor parar.

We were born to be alone

Everybody all alone

Born alone to be alone

We’ll stand alone forever


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