Revista Cultura y Ocio

Adiós a Jerry Langford

Publicado el 21 agosto 2017 por María Bertoni

“JL: Muy bien, amigo. Tengo que decírtelo… Éste es un negocio loco, pero no es muy distinto de otros negocios. Existen reglas básicas, por ejemplo, no se aparece en un show televisivo sin experiencia. Sé que es una expresión vieja y trillada pero también es cierta: hay que empezar desde abajo.

RP: Lo sé. Es donde estoy, abajo.

JL: Bueno, ése es lugar perfecto desde donde empezar.

RP: Ya lo sé pero lo que quiero decir… Tiene que haber…

JL: Al televidente le resultan tan sencillas… Esas cosas salen tan fáciles, tan relajadas… Parece que sólo fuera cuestión de tomar un poco de aire, y sin embargo lleva años y años y años pulir todo eso”.

Adiós a Jerry LangfordLangford y Pupkin en el reino de la comedia, también sujeto a golpes palaciegos.

En 1982, Jerry Lewis encarnó a un alter ego bajo las órdenes de Martin Scorsese en El rey de la comedia. Jerry Langford se llamaba este personaje que parecía hecho a imagen y semejanza del capo cómico que falleció ayer domingo: por lo pronto, además del nombre propio y la inicial del apellido, compartía el oficio, la fama y cierto cansancio, acaso hastío, ante los bemoles del reconocimiento masivo.

Entre los espectadores reacios a la exitosa dupla cinematográfica que Lewis conformó con el galán Dean Martin a mediados del siglo pasado, algunos celebramos la caracterización de Langford porque siempre sospechamos que el Jerry original padeció el rol de bufón serial que le impuso Hollywood. Aferrados a esta hipótesis que nunca comprobamos de manera fehaciente, imaginamos que el actor, guionista y director aceptó encantado la oportunidad de mostrarse engreído, amargado, repelente.

Por si algún lector no vio El rey de la comedia, vale recordar que la película escrita por Paul Zimmerman gira en torno a Rupert Pupkin, aspirante a showman televisivo que los productores rechazan sistemáticamente. Para revertir esta suerte, el protagonista a cargo de Robert De Niro acosa primero, rapta después a su ídolo Langford. Promete liberarlo sano y salvo a cambio de un espacio en vivo en el horario central de la emisora con más ranking.

El Jerry de la ficción sólo siente desprecio por el fan devenido en secuestrador. Lo expresa en reiteradas ocasiones, pero también simula empatía cuando advierte que el rechazo explícito alimenta la obsesión enfermiza. Detrás de ese cambio de actitud asoma el Jerry que nació Jerome Joseph Levitch, que empezó su carrera “desde abajo” y que pulió un personaje de envergadura internacional durante “años, años y años”.

En este fragmento de la entrevista que le concedió a Ben Mankiewicz para el canal TMC, Lewis explicó que Langford se llamó primero Charles, y recordó lo que le dijo a Scorsese cuando le comunicó por teléfono su decisión de aceptar la invitación a participar en El rey de la comedia: “Tenemos que filmar un montón de escenas en las calles de Nueva York, y desperdiciaremos celuloide si mi personaje no se llama Jerry, porque cada taxista, mozo, agente de policía, cada neoyorkino que me vea pasar gritará mi nombre y entonces tendremos que volver a rodar”.


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