Esta noche juega España. Su rival es la temible Honduras, la misma selección que le chafó el estreno de su Mundial -el de 1982-, por no decir el Mundial entero. Lagarto, lagarto.
Las noticias que llegan desde Sudáfrica parecen indicar que los chicos han digerido ya el bollo suizo, aunque si el partido llega empatado al descanso, pongamos por caso, seguro que a más de uno se le empieza a nublar la vista. Parece que no jugará Iniesta, cuya alineación en el primer partido fue, a juicio de este juntaletras, la gran cagada de Del Bosque en el primer partido. También saldría del equipo un pivote -que podría ser Xabi Alonso, sorprendentemente-, y entraría Torres, por lo que el equipo jugaría con dos puntas. Debería bastar para ganar a los hondureños, pero lo mismo pensábamos de Suiza, ¿no?
Los ya no simpáticos relojeros juegan un poco ante contra Chile, duelo de líderes. Debería ganar La Roja de verdad, no por un afán de rastrero revanchismo, sino por una cuestión de pura calidad.
De todas formas, la jornada promete desde el primer partido. Portugal apura ante Corea (la roja, también) sus opciones de clasificación a octavos. No parece que el seleccionado luso esté para mucho más, la verdad, aunque en un Mundial muchas veces los cruces obran auténticos milagros en los equipos. De todas formas, son enternecedoras las preguntas a Cristiano sobre la posibilidad de que Portugal acabe alzando la copa. Él está a un nivel y su selección a otro. Al menos de momento.
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