Adrián Sánchez | El ángulo
Espero acostado
y entonces bajo a nadar.
Ella no puede mojarse.
Algo dentro de su cuerponecesita estar seco
por cinco días.
Nado despacio para no despertarla.
Pero tambiénpara que el fondo no se agite
y el agua se enturbie.
A veces dejo de bracear
y flotando en la oscuridadme pregunto qué sería de mí.
Si tantas cosas.
Qué sería de mí.
/
Una tarde corrí
entre gallinas espantadascon mi primer amor
desnuda sobre mis hombros.
Ella reía nerviosa
porque nos habían descubiertoy pronto sentí su pis
cayendo por mi espalda.
Cuando ya no pudimos escapar
me puse en cuatro pataspara que pudiera desmontarme.
Recuerdo la presión
de sus muslos en mi cuellocomo una despedida.
Después los talones
blanquísimos en el barro.El vaivén del pelo y los brazos
mientras seguía a la abuela.Se iba.
Adrián Sánchez (Buenos Aires, 1970), poemas de su libro El ángulo, aún inédito.